CARCA: 5 MINUTOS MUERTO, CORAZÓN NUEVO Y SHOW EN LA TRASTIENDA!

Si hay un tipo que puede decir “estuve muerto y volví para dar un recital”, ese es Carca. El multiinstrumentista que lleva 35 años haciendo ruido en el under argentino, el mismo que teloneó a Soda Stereo en Obras y que desde 2008 le pone teclados y guitarras al delirio Babasónicos, hoy celebra la vida a puro decibelio. Cronología rápida del milagro: Agosto 2023: ingresa al ICBA con Marfan avanzado y el corazón en las últimas. 10 días antes de Navidad: para 5 minutos. Lo reviven. Sube al puesto 1 de la lista de trasplante. 11 de diciembre: le ponen un corazón nuevo. 10 meses internado: graba Exultante, su disco 100% hospitalario con tablet, guitarra y susurros a las 2 AM. Octubre 2025: sale el álbum. HOY, 6/11, 21 hs: La Trastienda. Su primer show SOLISTA en DOS AÑOS. “Quiero celebrar que estoy vivo, no presentar un disco que ya todos escucharon”, tira Carca en el living de Belgrano, todavía con la cicatriz fresca pero la púa en la mano.  Exultante en 3 frases: Rock setentoso + funk...

el regreso de callejeros / volvieron los chabones



















http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-2448-2006-09-28.html
Por Cristian Vitale
DESDE CORDOBA

Claudia tiene 19 años y cuenta que el año pasado vivió en Carlos Paz el momento más intenso de su existir. Se enamoró de Pedro mirando el amanecer sobre el lago San Roque, después de una noche de lujuria, vino tinto y monamusic a morir. Por entonces, ni ella ni Pedro tenían idea de la existencia de un fenómeno rockero y chabón llamado Callejeros. “El primer tema entero que escuché de ellos fue en el Cosquín Rock del 2005, cuando pasaron el disco. Había muchos pibes con remeras y le hicieron un homenaje impresionante por lo de Cromañón... pero no me gustaba esa canción que pasaron”, dice al NO. Esa canción –”Una nueva noche fría”– es la que deshace a Claudia en el Chateau. Al primer acorde se le escapa una lágrima; dos ante la estrofa “Voces, solo voces como ecos” y cuando termina está inundada. Le había pedido por favor al novio no viajar a la villa. No se podía perder el polémico retorno de Callejeros. Pongamos que de la mitad más uno de los 20 mil fans que estuvieron –porque la mayoría que copó el Chateau era cordobesa– hayan descartado, como Claudia, el día más esperado del año para quedarse a ver a la banda de Fontanet. Y de día. Y con paranoia. Y sin bengalas. ¿Cuál es el secreto? “Es cierto –ratifica Carlos, un rubión de pelo largo con cara de triste– desde marzo estamos juntando guita para comprar fernet y vino, y pirar a Carlos Paz. Está bueno porque cogés y te liberás. Pero no, loco, a Callejeros no lo puedo dejar de ver.” El también moquea pero es ante “Los Invisibles”. Se identifica, especialmente, con la parte que dice: “Soy un muerto encerrado en un cuerpo vivo / soy un vivo que hace un tiempo se murió”. ¿Estuviste en Cromañón? “No”, responde el pibe. ¿Los seguís hace mucho? “Maso... hace ocho meses”. Todas las escenas, ante cada tema significativo (Prohibido, 9 de Julio, Imposible), se repiten. O se llora o se hace un pogo redondo y se canta a garganta pelada. Y, aunque sea imposible recopilar historias que resulten en un veredicto “estructural”, suponemos que buena parte de la hinchada es post-Cromañón. Novata. AC, Callejeros era un grupo convocante. Pero los seguidores pertenecían a las barriadas conurbanas y sufridas. A los bordes bonaerenses, que se identificaban con la pluma de Fontanet. Veintiún meses después de la tragedia, sus temas con tonitos, resbales y tonadas, se bajan por celular y sus recitales –de repetirse la gran Chateau– se trasmiten exclusivamente por radio para todo el país y con una cobertura multimediática inédita para la historia del rock Argentino. Algo ha cambiado, diría Pappo.

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