Fernando Ruiz Díaz, líder creativo de Catupecu Machu, compartió recientemente detalles sobre su recuperación tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) el 15 de febrero de 2024. Con valentía, reconoció que el proceso de recuperación fue una verdadera montaña rusa emocional, pero subrayó que la música fue su mejor medicina: “hacer música fue mi mejor terapia”, declaró en la entrevista La música como clave de sanación Más allá de los tratamientos médicos formales, Fernando apostó por el arte como herramienta curativa. Señaló que componer, tocar y crear música no solo le devolvió fuerza física, sino que también le ofreció estabilidad emocional durante los momentos más difíciles. La música, explicó, le permitió reconectarse consigo mismo y enfrentar las fluctuaciones internas tras el ACV . Emoción en subebaja constante Durante su recuperación, el músico describió su estado anímico como una montaña rusa emocional . Admitió que, incluso en medio de la calma, aparecían olas de incertidum...
Crítica de “La vagancia”, el extraño y absurdo universo de Ayar Blasco
La primera película con actores “reales” del creador de Chimiboga es
tan divertida y desconcertante como sus anteriores propuestas de
animación.
LA
VAGANCIA es la nueva peli. En competencia internacional en BAFICI. ///
Lunes 22 a las 21:00 en el Gaumont /// Miércoles 24 a las 16:25 en el
Museo Larreta con sorpresa este miércoles por que vamos a tocar con
@horriblebanda antes de la función. CORRAN A BUSCAR LAS ENTRADAS QUE SE
AGOTAN!!!! (del fb de Ayar Blasco)
¿Qué es La vagancia (2021)? ¿Es una comedia romántica o se trata de otra fábula conspiranoide del responsable de El sol (2009) y Lava (2019)? Quizás sea las dos cosas, porque si bien nos identificamos con la peleas adolescentes de la pareja que componen Roberto (Ayar Blasco) y su novia María Fernanda (Sofía Gala Castiglione), rápidamente la fantasía absurda y el ridículo le ganan terreno al realismo en ese universo nada cotidiano que presenta la película.
El misterio ronda alrededor de un tal Cumbio (Martín Piroyansky), personaje enigmático mitad humano mitad espectro que se cuela en redes para sabotear programas de radio y controlar la psiquis de, al menos, Roberto. Además, su novia tiene superpoderes: Cuando ella se enoja, surge una fuerza incontrolable que deja sin voluntad a los que la rodean. Una consecuencia surrealista de las peleas banales de pareja.
Entrar en el código de la película no es fácil, la animación hace posible lo irracional por su propia dimensión artificial mientras que la acción real presupone un realismo que se diluye a los cinco minutos de empezada la proyección. El humor absurdo, siempre presente en los relatos de Ayar, hace verosímil lo inverosímil de las acciones. ¿Pero qué tan creíbles pueden resultar las peleas de pareja llevadas al límite?
La actuación del propio Ayar Blasco es un guiño, una suerte de cartoon dentro de un live action. Su rostro nunca llega a convencernos de los acontecimientos cómo si estuviera advirtiendo(nos) en todo momento de que estamos ante la presencia de un chiste demasiado sofisticado, o tonto para el caso. El sentido del humor del sinsentido.
La vagancia es una apuesta difícil porque requiere conocer el universo Chimiboga para adentrarse en el tono y registro paródico del director, guionista, productor y, ahora también, actor. Hay que dejarse llevar por ese mundo que creemos reconocer pero que dista bastante de la realidad, para disfrutar de una película tan extraña como divertida.
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