Lee Ranaldo, el guitarrista de la "juventud sónica", habla del último disco de la banda ("Rather ripped") y de sus veinticinco años como emblema del indie.http://www.clarin.com/suplementos/si/2006/09/29/3-00801.htmTxt. José Bellas."¿Estás en B.A?", pregunta al teléfono el guitarrista Lee Ranaldo desde NY. Quizás sea porque el más beatnik de los Sonic Youth necesita trasladarse con la mente a una ciudad que ya visitó dos veces. Primero, con el baterista William Hooker en el marco del ciclo Experimenta (1998). Y después, con Sonic Youth (2000), en un memorable recital donde la tormenta eléctrica que rayaba el cielo rivalizó con la que se emitía desde el escenario. "La primera vez me acuerdo de unas chicas (NdeR: Rosario Bléfari, María Fernanda Aldana y Daniela Cugliandolo) que hacían una performance mientras pintaban, algo muy cool. Y la segunda la recuerdo como una muy buena noche sobre el escenario", dice masticando una donut como la que le podría haber obsequiado Homero Simpson cuando la banda fue invitada para el capítulo Homerpalooza. Ahora mismo, esta figura del rock experimental y a la vez fan de los Grateful Dead, es el asesor musical del director Todd Haynes (Velvet Goldmine), en su proyecto biopic sobre Bob Dylan. "Es un trabajo que me está encantando y lo hago desde un lugar de músico y fan".
A la altura de su disco número dieciséis y a veinticinco años de su primer epé (Sonic Youth), con el recién editado Rather Ripped, Sonic Youth lleva ya nueve dentro de la estructura de la multinacional Geffen (acá, Universal) y sigue siendo considerada la banda indie por excelencia. ¿Contradicción? Como decía Perón sobre el peronismo, Ranaldo cree que Sonic Youth funciona mejor en "un movimiento pendular". "Vamos y venimos: estamos en el mainstream de una manera muy humilde y al mismo tiempo existimos en pequeños espacios experimentales. A veces hacemos discos cortos y directos como éste último, y a veces más intrincados".
—En el último incluso hay una canción política, como "Do You Believe in Rapture?"...—Bueno, es una idea de Thurston (Moore) y es tan política como cualquier expresión artística puede serlo. Es preguntarse que tanto creemos que seguirá funcionando esta realidad social que nos contiene.
—Ustedes empezaron dentro de una movida como la "No Wave" que se proponía destruir el rock establecido. ¿Cómo te sienta ser hoy en día parte del rock oficial?—¿Vos decís como un "dinosaurio del ruido"? Jajaja. Es parte de las decisiones que vas tomando: cuando uno es joven quiere morir y cuando es viejo, quiere vivir. Pero no nos hacemos cargo de haber querido "destruir el rock" como otros compañeros de generación.
—¿Qué balance harías de los 25 años que llevan en carrera?—Ufff, las sensaciones son muy variadas. Pienso en una continuidad donde hemos hecho discos, girado, apoyado artistas e inspirado a más gente de la que incluso nos ha escuchado. Somos como unos Motörhead del avant garde: vendemos más remeras que discos.
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