El flamante papa fue muy crítico cuando se trataba en el Congreso el proyecto que permitiría el matrimonio igualitario. En 2012, cuando el Congreso se encontraba debatiendo la ley que permitiría el matrimonio igualitario, Bergoglio dio a conocer una carta de repudio dirigida a los cuatro monasterios de Buenos Aires. “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios” , expresó en esa ocasión. Posteriormente, en el mismo texto, agregaba: “No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. Asimismo, el cardenal entonces cardenal agregó: “aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra”. En cuanto al aborto no punible, en septiembre de 2012 Belg...
Elis Regina
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Elis Regina
Los trágicos últimos días de la Edith Piaf de Brasil
La cantante murió hace 40 años, a los 36, en San Pablo. Su intensa,
pero frágil, forma de cantar la ubica cerca de Piaf o Billie Holiday. Un
libro cuenta su final.
El pelo corto. Una marca de su look, con la que evitó incurrir en clichés de la femineidad. /Fotos: Gentileza Híbrida.
Arthur de Faria
En aquel momento que, hoy sabemos, era el final,
Elis tenía menos pelos en la lengua que nunca. La entrevista que le
concedió a su amigo, el periodista gaúcho Juarez Fonseca, fue vetada por
el editor del diario Zero Hora con el argumento de que “parecían declaraciones de una drogadicta”.(...)
Elis:
«Estoy muy hinchada las pelotas. De la música y de muchas otras cosas.
Incluso hice una pausa grande, de seis meses, aunque no creo que sea la
solución de ninguna crisis. La solución es arremangarse e ir para
adelante. Pero la cosa es que estoy cansada de buscar y no encontrar.
Quiero cantar cosas nuevas y todo me resulta muy viejo. A veces creo
que los compositores no se dieron cuenta de que muchas cosas se
modificaron en los últimos tiempos. Nadie habla de lo que está pasando
en Brasil." (...)
"Quiero cantar cosas nuevas y todo
me resulta muy viejo. A veces creo que los compositores no se dieron
cuenta de que muchas cosas se modificaron en los últimos tiempos."
Elis Regina
Sí, yo ya conocía razonablemente bien a Elis para entender sus altibajos. Depende del momento, ella podía estar eufórica, feliz, tierna, optimista; o estar amargada, irritada, agresiva, sin esperanzas.
Eran
características que a veces oscilaban entre períodos más o menos
largos, y a veces entre un día y otro. Por eso, la gente que no la
conocía bien se dividía entre los que la consideraban antipática y los
que habían sido conquistados por ella. Los que la conocían sabían que no
había contradicción, que esa inestabilidad estable era una
característica de su temperamento y hacía la unidad viva de su persona,
de la artista, de la ciudadana. (…) No sé si ella ya estaba tomando cocaína y ni si me pasó por la cabeza mientras conversábamos.
Cuando empezó 1982, todo parecía sereno.
Sonrisa triste. Elis Regina tenía una personalidad con emociones mezcladas.
De novia
Elis Regina Carvalho Costa era un mito en el auge de su carrera. Feliz, estaba de novia,
como contó Juarez, con el abogado Samuel McDowell. La ironía es que
ella lo reencontró en funciones justamente por la separación de César
(Camargo Mariano). Fue a su oficina a intentar, jurídicamente, retrasar
el estreno del show Trem azul. No se pudo, pero los dos quedaron encantados el uno con el otro.
La
única conexión de Samuel con la música era tener al Sindicato dos
Artistas de San Pablo y a la propia Elis como clientes. Pero, aunque
trabajara para ella desde hacía siete años, raramente se habían
encontrado. Como solía ocurrir con muchos de los hombres que se
acercaron demasiado, Samuel se enamoró profundamente.
El 5 de enero ella dio su última entrevista –en el programa Jogo da Verdade, de la TV Cultura– a Maurício Kubrusly, Salomão Esper y al viejo amigo Zuza Homem de Mello. (...).
Ojeras profundas,
muchas sonrisas y poca tensión. Fumando Carlton. (...) Finalmente, dio
otra clase más de política y conciencia de clase: “No podemos formar
caravanas para ir al Ministerio de Educación [y Cultura] para pedir por
el amor de Dios que los discos no sean tachados como superficiales. La
que tiene que hacer eso es la discográfica. Pero hay gente que va. ¿¡Qué
voy a hacer!? Ellos son manipulados hasta ese punto: ¡pelear por los
intereses del patrón! Yo no voy a pelear por un interés del cual recibo
el 10 %. Que vaya a pelear el que tiene el 90 %. Poca gente tiene conciencia de clase,
¡¿qué vamos a hacer?!” Pero concluyó que no daba para ir más a fondo:
“Yo no estoy para morir atropellada por un auto cualquiera una noche de
estas en un callejón oscuro de San Pablo. Yo tengo tres niños por criar…”
“No
podemos formar caravanas para ir al Ministerio de Educación [y Cultura]
para pedir por el amor de Dios que los discos no sean tachados como
superficiales."
Elis Regina
Catorce días después, a las 11:45 del 19 de enero de 1982, Elis Regina estaba muerta.
Ídola. Con los rituales masivos de su muerte, se demostró su popularidad.
La muerte
La noticia corrió rápidamente por la radio y la
tevé. Si nacieron antes de la década del setenta seguramente recordarán
dónde estaban cuando se enteraron de lo ocurrido.
Samuel y Elis tuvieron una discusión la noche anterior.
El motivo habría sido si irse a vivir juntos o no, considerando que
ambos tenían sus hijos de otros matrimonios. Él se fue enojado,
esperando que ella lo llamara. No lo llamó. Después de un rato, él se
calmó y la llamó.
Siguieron discutiendo y Elis le cortó el
teléfono. Su amiga Rejane Wilke contó, en 2014: “Yo tengo una carta, que
me envió en noviembre del 81, en la cual comenta que Samuel comenzaba a
insistir en vivir juntos, y ella era la que no quería. Ella me
comentaba: ‘Imaginate a él llegando a casa un viernes con una pila de
casos bajo el brazo, para leer y estudiar el fin de semana, y yo con la
casa llena de gente ruidosa, cantando, tocando, ¡¡¡una joda de
aquellas!!! No va a funcionar, vivimos en mundos muy distintos.
Mejor cada uno en su rincón’. Que a ella le molestaba cuando él,
después de trabajar la semana entera, tenía que pasar el fin de semana
con los hijos, era verdad. Y él estaba muy dividido entre el amor por Elis y la culpa por alejarse de los hijos”.
Minutos después, ella se arrepintió y llamó. Volvieron a discutir
y ella cortó de nuevo. Samuel llamó muchas veces y ella no atendió. Se
dio por vencido y lo dejó para la mañana siguiente: una noche de sueño
suele serenar los ánimos.
A las nueve y media de la mañana, es
ella la que llamó a la oficina de su novio, tranquila y conciliadora.
Iban entendiéndose, pero su voz comenzó a sonar pastosa.
Hasta que ella dejó de responder. Samuel se imaginó que algo malo había
pasado y voló en un taxi hasta el departamento de Elis.
Con el pequeño João Marcello, de once años, alrededor, él fue derribando las puertas hasta dar con Elis morada, inconsciente.
Llamó a una ambulancia, que tardaba. Decidió tomar un taxi.
Rumbo
a la guardia del Hospital das Clínicas, embarcaron Samuel, un médico
que llegó en aquel instante junto con un amigo de Samuel y el cuerpo
inerte de la mayor cantante de Brasil, envuelto en una sábana.
Posiblemente ya sin vida.
Adicciones. Tras su muerte, comenzó la polémica sobre su consumo de drogas.
El velorio
En medio del espanto, el velorio: en el Teatro Bandeirantes, el mismo que recibió el álbum Falso brilhante, veinticinco mil personas,
en fila, subieron al escenario donde estaba el cuerpo. Muchos se
sentaron para llorar en la platea. Durante toda la noche, la madrugada,
al día siguiente.
Elis, en el cajón cerrado con
una abertura de vidrio para que se viera su rostro, vestía la camiseta
con la bandera brasileña vetada por la censura en el espectáculo Saudade do Brasil (la que decía “Elis Regina” en lugar de “Orden y Progreso”).
Un auto del Cuerpo de Bomberos demoró una hora y media en recorrer los quince kilómetros hasta el cementerio de Morumbi. A lo largo del camino, millares de personas rodearon el camión, gritando “E-lis” a coro, tirando papel picado y pétalos de rosas desde arriba de los viaductos.
En Morumbi, esperaban más de tres mil personas. Una conmoción comparable a las muertes de Carmen Miranda y Francisco Alves.
Entrega. Elis Regina dejaba su alma en el escenario. /Foto: AFP.
El ritual
En esa misma noche en que fue velada en San Pablo, en Porto Alegre varios artistas se reunieron para hacer el mejor ritual posible,
a la distancia: un show improvisado en el Auditorio Araújo Vianna, al
que asistió una legión de fans que se enteraron por el boca a boca.
Varios de los que estaban ahí, admiradores y artistas de las más
variadas áreas, por años seguirán escribiendo quijotescamente en los
muros de la ciudad: Elis Vive Mientras tanto, en el departamento de la
familia en la rua Melo Alves, en Jardim Paulista, ocurría una
barbaridad.
No se sabe cómo, ya que el edificio tenía rejas y portero, algunas personas invadieron el departamento.
João Marcello recuerda: “Hubo una conmoción popular. La gente, los
fans, se llevaban cuadros, fotos, todo lo referido a Elis… se lo
llevaron. Libros firmados o dedicados, ropa. Siempre nos hacen la misma
pregunta: ‘¿Dónde está el acervo?’. Se lo llevaron… La mayoría de las
fotos familiares que tenemos pre-1982 son de la prensa”.
"La
gente, los fans, se llevaban cuadros, fotos, todo lo referido a Elis…
se lo llevaron. Siempre nos hacen la misma pregunta: ‘¿Dónde está el
acervo?’. Se lo llevaron."
João Marcello (hijo de Elis Regina)
La causa
Dos días después, el 21 de enero, se divulgó la causa de la inesperada muerte: sobredosis de cocaína y alcohol.
Fue una nueva conmoción nacional.
Veja, para no decepcionar a quien espera lo peor de ella, hizo una nota sensacionalista y estampó en la tapa: “La tragedia de la cocaína”.
Caetano Veloso dejó de atender a la revista después de eso. Caio
Fernando Abreu fue todavía más radical: trabajaba allí y renunció a modo
de protesta.
Incluso haciendo que aspiraba en plena Rede Globo —en el clip de “Alô, alô, marciano”—, poquísima gente sabía que Elis tomaba cocaína. Samuel, por ejemplo, ni siquiera desconfiaba.
Y entonces comenzaron las teorías conspirativas.
La mayor parte de ellas relacionadas con una terrible coincidencia: el
médico que firmó el parte certificando su causa mortis era Harry
Shibata. El mismísimo sujeto que prestaba servicios a la dictadura
militar, certificando suicidios a presos políticos asesinados bajo
tortura.
(...) La cocaína era entonces una novedad en los noticieros brasileños.
Antes de Elis, el único tomador célebre había sido el cantante Nelson
Gonçalves, décadas antes. (...) Ronaldo Bôscoli, en su autobiografía:
“Algunas personas influyentes, de Globo, hicieron que Elis tomara
cocaína. Varios músicos hicieron que Elis tomara cocaína. Varias colegas
cantantes hicieron que Elis tomara cocaína”.
Como si alguien
“hiciera” a otra persona –sobre todo a alguien como Elis– empezar a
tomar… Pero Ronaldo llegó a afirmar algo de lo que jamás podría estar
seguro: el nombre y el apellido de la mujer que “introdujo a Elis en la
cocaína”.
Nelson Motta, en Noites tropicais, es muchísimo
más razonable: Elis nunca fue una drogadicta o dependiente de nada.
Bebía un poco de vez en cuando, fumaba un porro aquí y allá, pero nunca
hizo nada compulsivamente. Estaba entrando en la cocaína en un momento
en el que mucha gente ya estaba comenzando a salir. Peor: siempre preocupada con la voz, la garganta,
sus mayores bienes, estaba evitando inhalar cocaína, y prefería
mezclarla con whisky: de esa forma, la droga va para el estómago y tarda
más en entrar en la corriente sanguínea, volviéndose muy difícil
controlar las cantidades. Eso fue lo que mató a Elis.
"Elis
nunca fue una drogadicta o dependiente de nada. Bebía un poco de vez en
cuando, fumaba un porro aquí y allá, pero nunca hizo nada
compulsivamente."
Nelson Motta
En medio del caos, Bôscoli pidió la custodia de João Marcello. El propio niño manifestó que quería seguir viviendo con los hermanos, en la casa de César. Bôscoli aceptó. Hasta la muerte de Ronaldo, nunca serían íntimos.
La edad
Días después del entierro, el 25 de enero, el show Viva San Pablo debía ser el aniversario de la ciudad, pero terminó repitiendo la catarsis del velorio y del entierro, en mayor escala: cien mil personas homenajearon repetidamente a la cantante. Cada artista que subía al escenario (...) hacía su homenaje particular de quien adoptó la ciudad de San Pablo como suya.
Elis tenía treinta y seis años. La cabalística edad de treinta y seis años. Que, si bien no llegan a ser los míticos veintisiete con tan alta tasa de mortalidad de músicos, es la edad en que murieron Mozart,
Raphael Rabello, Phil Lynott (Thin Lizzy), Bob Marley, Georges Bizet,
Marilyn Monroe (que también cantaba), el jazzero Eric Dolphy, el
bluesman Stevie Ray Vaughan, Custódio Mesquita, Renato Russo y el
cantante y compositor gaúcho Carlinhos Hartlieb.
En esos treinta y seis años de vida y veintiuno de profesión, grabó veintiocho LP y
unos veinte simples que vendieron, en vida, aproximadamente cuatro
millones de copias. Números que, después de su muerte, crecieron mucho,
sin contar los discos póstumos lanzados (como Elis em Montreux). Pero, como ya afirmamos, ningún número de ventas de discos en Brasil es absolutamente confiable. (...)
Vivió toda su vida adulta en una dictadura militar.
Nunca votó para presidente.
El libro. Esta nota es parte del libro biográfico sobre la cantante, "Una biografía musical", del crítico Arthur de Faria.
La eternidad
Pero inscribió para siempre su nombre como una de las grandes cantantes del siglo veinte. Björk, la islandesa más cool
del planeta, compuso para ella la canción Isobel. Un día le dijo a João
Marcello: “Elis va a lugares a donde me gustaría ir, pero no me animo.
Ella se entrega de una manera tan intensa, emocional y definitiva”.
“Elis va a lugares a donde me gustaría ir, pero no me animo. Ella se entrega de una manera tan intensa."
Björk
Glênio
Reis, locutor, su amigo fallecido en 2014 y uno de quienes más la
incentivaron para que se marchara de Porto Alegre hacia el centro del
país: “Incluso sabiendo el triste final que tuvo, yo nuevamente le aconsejaría irse.
Porque, en el poco tiempo que tuvo de vida, ella pudo brillar. Si se
quedaba acá iba a ser alguien normal, un ama de casa, cuidando a sus
hijos. No me arrepiento y se lo aconsejaría de nuevo. Le diría: ‘Elis, andá. Porque vas a salir de la vida y entrar en la historia’".
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