Después del sorprendente debut del 2003 ("Echoes"), The Rapture vuelve con un disco que sube la apuesta.http://www.clarin.com/suplementos/si/2006/10/13/3-00401.htmTxt. Chris Salmon. The Guardian y ClarínHace tres años The Rapture era lo más. Como la de muchas cosas interesantes, su sede era Nueva York. Sus discos eran editados y producidos por el dúo top DFA. Y lo más importante, eran los responsables de House of Jealous Lovers, un hit punk-funk tenso y agudo que despedazó las pistas de baile de moda, sentando las bases para que bandas de la talla de Franz Ferdinand y los Killers lo convirtieran en un éxito comercial. Mientras firmaban un contrato millonario con Mercury y su álbum debut, Echoes, era considerado entre los mejores del año, los aplausos no se tradujeron en mayores ventas.
"Si escuchaste nuestro primer disco, probablemente creerías que éramos gente seria", admite Jenner, cuya risa de hiena no es distinta a su voz cuando canta. La música del grupo también parece más animada, como lo refleja su nuevo álbum, Pieces of the People We Love. "Dicen que éste disco es mucho más sentido y más optimista", dice Roccoforte, sentado en un pub de Belfast. "Y pienso que eso refleja en qué estábamos cuando lo hicimos". Aunque Echoes fue un disco increíblemente bueno, era "algo complicado", como admite Jenner. El nuevo está trabajado con influencias similares: Public Image Limited, Happy Mondays, Bowie, The Cure, pero sus ritmos marcados son notoriamente más brillantes y funky. Más centrados. "Renunciamos a nuestro trabajo diario y viajamos por todo el mundo haciendo lo que nos gusta hacer. Firmar con un sello importante, en nuestros propios términos, y tener la experiencia de ser teloneros de los Sex Pistols y de The Cure o conocer a David Bowie, es nuestro equivalente a haberse ganado la lotería".
¿Cómo es que entonces Rapture llegó a darle más brillo a su sonido? "La diferencia está únicamente en que esta vez el proceso de grabación fue mucho más positivo y de colaboración", dice Roccoforte. Aunque claramente amigos entre ellos, actúan como si hubiesen pasado por una suerte de terapia de grupo, pisando con cuidado para no entrar en la crítica y no ofender al otro.
En consecuencia, todos encontraron que la grabación de Pieces of the People We Love fue una experiencia que pudieron disfrutar mucho más que cuando hicieron Echoes. Para aquel debut estaban en el estudio con DFA, los productores de los que se dice los sacaron del disonante post-punk de sus primeros EPs y los llevaron a las pistas de baile. Muchos críticos se sorprendieron de que la banda no empleara los servi cios de DFA para este álbum. "A medida que la confianza y la camaradería de grupo creció", sigue Safer, "creo que realmente sabíamos lo que queríamos hacer, y DFA no eran las personas indicadas para eso. Eran productores con mucha opinión. No quería sentarme largas horas a discutir la dirección de la cosas". La banda insiste en que habrían trabajado de nuevo con DFA si no fuera por las largas y debatidas sesiones de grabación que tuvieron para Echoes. Destacan, en cambio, que con los productores con que trabajaron, Paul Epworth, Ewan Pearson y Danger Mouse, no tuvieron conflictos.
El peligro es que aun cuando hagan un álbum digno de atención (y que pruebe que pueden progresar sin DFA), tal vez la vanguardia se haya movido de lugar y los medios se hayan encariñado con otros. Pero a la banda parece no afectarle la idea de que su momento quizás ya pasó. "Creo que en realidad somos afortunados de que fuimos populares la vez pasada, y no demasiado populares. Ahora tenemos un disco de mucha polenta, que nos puede llevar al nivel siguiente".
Traducción: Cecilia Benitez
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