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Los ojos ciegos bien abiertos
Vive en el Cercano Oeste, pinta con sangre y café, acondiciona boliches de cumbia y canta en Haren Vitreaux.
Inclinado sobre sus pies, un chico flaco, de espalda ancha, repasa sin pulso el esmalte negro de sus uñas. "¿Le harías una nota a alguien con máscara?", pregunta el pintor. Silencio. Debe intuir que nada diré hasta que se la retire. Sin apuro, toma el antifaz de cartón por el mentón y se descubre la cara. Me deja ver sus ojos blanqueados por los lentes de contacto, las ojeras maquilladas y la boca brillosa por un rouge rosa, femenino. Es muy temprano en Haedo y Akrue (o Jeremías Sandes, como lo bautizaron) muestra sus trabajos. "Este lo hice con café y sangre", comenta. No saca la mirada de su cuadro. Lo repasa, lo admira. Tuerce la vista y se encuentra en el espejo. "A mí el arte me antecede, me tomó como un espíritu toma un cuerpo. Quizás desde los nueve, cuando expuse mis cuadros por primera vez y gané un premio. De chico me gustó el cómic, la fotografía, el teatro y la música. Soy un artista, el mundo me conmueve". El monitor de su compu proyecta una película de terror en blanco y negro. Aclara que le gustaría haber nacido en otra época, donde cualquier manifestación artística era "valorada y no bastardeada". Su nombre de guerra surgió de un personaje que él mismo inventó. "Un superhéroe de la infancia que me visitaba de vez en cuando". De repente, su mamá se asoma para preguntar qué queremos tomar. Akrue pide un té de hierbas, soltando una voz dulce, como de bella durmiente después del esperado beso del príncipe: "Mi trabajo requiere de disciplina de mujer, cuenta con teoría, técnica, organización y pasión. Es absolutamente matriarcal". Su próximo proyecto es terminar las gárgolas del patio: "Son los custodios del lugar donde jugué. Testigos del rincón que me observó mientras desarrollaba mis ideas". Antes estuvo ocupado decorando el boliche de cumbia Latino 11, donde armó unas sirenas de gomaespuma e intervino las paredes. También pinta banderas de egresados y hace souvenirs para cumpleaños de 15 ("con algo me tengo que ganar la vida"). De entre un montón de discos apilados, dice que prefiere referirse a su artista favorito. Y ahí suelta el nombre de Ricky Martin porque "tiene mucha energía y se nota que es muy profesional". Su otro proyecto es Haren Vitreaux, una banda formada con amigos. El sol se filtra por los agujeros de la persiana y Akrue asegura que es feliz, aunque su silueta luzca espectral y triste.
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