A 23 años de la muerte de Joey: por qué Ramone y otras curiosidades del rey del punk

Su traumática infancia. El bullying en la escuela. Su precaria salud. La redención a través del rock y el por qué de su nombre. La idolatría en Argentina y los 20 años sin hablar con el guitarrista Johnny Ramone. Jeffrey Ross Hyman, conocido como Joey Ramone, nació el 19 de mayo de 1951 en el seno de una familia judía de Forest Hills, Queens, Nueva York, hace hoy 73 años. Un dato que pocos conocen, es que al nacer, tenía un teratoma adosado a la columna vertebral, por unfeto de un gemelo que no había terminado de desarrollarse. Se lo removieron con una cirugía. Pero nunca dejó de tener problemas físicos y psicológicos por aquel tumor extraño. Los seguidores de Ramones -banda pionera de punk rock que Joey integró entre 1974 y 1996 Jeffrey era un muchacho introvertido y solitario, de 1 metro 98, flaco y desgarbado, ojos miopes saltones, anteojos de muchísimas dioptrías y dentadura asimétrica. La futura estrella estudió en el Forest Hills High School, donde sufria bullying. Sus padres se

Cuando conocí a Robert Smith

OJOS DE CIUDAD: MEXICO DF

Cuando conocí a Robert Smith

Robert Smith


 

Estoy sobrepasado": esto es lo primero que me dice Robert Smith la noche en que nos conocemos, él como manchón negro sobre una alfombra roja y yo como anfitrión en país ajeno, pero no habla de drogas ni del peso excedido que lo asemeja al personaje "La Maestra" de Gasalla: "Estoy sobrepasado", es la reacción al griterío de la multitud invitada a la entrega de premios MTV, el rimmel corrido, el rouge estropeado como después de un chupón asesino. Aun abrumado, Robert es amable y yo percibo una simpatía que, más tarde, confirmará mis fenomenales errores de percepción. Después del show, y barridos los restos debajo de "la alfombra", mis amigos mexicanos me conducen a una fiesta en la Torre Mayor que impone una escalera al cielo: en el balcón del primer piso está el VIP, donde festejan Robert Smith y el killer Brandon Flowers, y desde donde alguien me tira un vasote de vidrio contra la espalda que, si no me desmaya, al menos me provoca un ahogo. ¡Auch! La paranoia me hace sospechar que el ataque fue orquestado por un Robert resentido o por Brandon, de quien dudé de su machismo americano en estas páginas hace una semana y, aunque me excito brevemente con la ilusión de tener enemigos célebres, pronto asumo mi propia insignificancia. A la mañana siguiente, los diarios aztecas muestran a Robert en sus tapas, el gesto serio y el titular escandaloso: "Asegura el cantante que pasar por una alfombra roja es la peor experiencia". ¿Eh? "Me di pena yo mismo al no saber estar en la jugada. La primera pregunta fue: ¿De quién es la ropa que estás usando?' y yo le contestaba al reportero que mía. Le insistí dos veces, hasta que Simon Gallup me dijo que se refería al diseñador y a la marca de mi ropa. Dije ¡Dios mío, no lo sé y no me interesa!'. (...) Las preguntas eran de burla o eran absurdas, o se reían o sólo criticaban, y aunque es muy respetable, eso no es para mí". Cierro el diario con una sensación ambigua: puede que ahora tenga un enemigo famoso y no sé si eso me ennoblece o me denigra y, al comprobar cómo duele el moretón en la espalda, me pregunto si alguien tiene la Cura para sanar este mal. Nicolás Artusi

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