Es mejor no tomarse muy en serio a Pixies

  Black Francis considera que es mejor no tomarse muy en serio a Pixies La banda que admiraba Kurt Cobain publica un nuevo disco, “The Night the Zombies Came” y su líder dice que es vulgar “hablar sobre nosotros mismos, si somos importantes o lo que sea, solo porque sí” Por Maria Sherman Muertos vivos, restaurantes suburbanos con temática medieval, un centro comercial. Druidismo, pollos decapitados, renacimiento. Iglesia, matanza de ovejas, ciencia ficción. Estos son algunos, no todos, de los temas tratados en el décimo álbum de estudio de Pixies, The Night the Zombies Came. Una colección caleidoscópica de 13 canciones —su primer álbum con la nueva bajista Emma Richardson— que oscila entre el folk, el punk, la psicodelia y de vuelta, sin encajar nunca en una fórmula particular. En realidad, The Night the Zombies Came se desarrolla como una película: cada canción es una pequeña viñeta. El líder y artista visual Black Francis, nacido Charles Thompson, dice que eso se manifiesta espec...

Indigo Girls, según Brandi Carlile: “Son punks y tienen una tenacidad increíble”

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Las Indigo GirlsFRANK OCKENFELS

Las Indigo Girls fueron absolutamente influyentes en mi vida, no solo musicalmente, sino como activista y como persona públicamente queer. La representación y la visibilidad que lograron armar juntas, contra todo pronóstico y con todos los obstáculos que tuvieron, fueron muy importantes en mi vida. Las necesitaba.

Yo tendría 13 o 14 años y había llegado a casa de una amiga de la que estaba totalmente enamorada y estaba muy confundida. Llegué a casa y mis padres habían alquilado la película Filadelfia en VHS. Me metí en mi habitación para verla. Fue tan emocionante que sentí algo en el estómago. Al recordarlo ahora, pienso que estaba por primera vez siendo estimulada a pensar algo acerca de mí que solo empezaba a entender.

En la película, escuché unas mujeres que cantaban una canción que decía: “No quiero hablar de ello, de cómo me rompiste el corazón…”. Pedí la banda de sonido para Navidad, y ahí fue cuando escuché a las Indigo Girls. Yo ya era música, estaba obsesionada con Elton John y cantaba desde los ocho años. Pero las Indigo Girls fueron un punto de inflexión en mi camino, y gracias a ellas fui en otra dirección. Una de mis amigas de la escuela tenía Swamp Ophelia, y desde entonces fui para atrás: Nomads Indians Saints, Rites of Passage, Strange Fire, Indigo Girls.

 

 

Conocí a las Indigo cuando tenía alrededor de 17 años. Una amiga había ganado un concurso para conocerlas en un programa de radio. Llevé mi primera guitarra y me la firmaron. Y me acuerdo de que me fui insatisfecha. Pensé: “Tengo la firma, pero necesito ser amiga de ellas. Necesito ser lo suficientemente buena como para que escuchen mi música”. Lo primero que hice cuando tuve algo de notoriedad fue buscar la forma de contactarlas. 

Cuando fui telonera de una de sus giras, vi que no solo habían llegado a los mercados más importantes, como Chicago, Nueva York, Boston, San Francisco. Llevan su música a la gente y los fans tienen un afecto especial por ellas, diferente del de otros artistas. En ese momento yo entendí que era la relación que yo quería. 

Ahora tenemos una relación casi de familia. Saben todo sobre mis orígenes como una pequeña bebé lesbiana obsesionada con las Indigo Girls. Jamás escribo una letra que no sienta que le puedo mandar a Emily Saliers. Es una vara que me impuse. Y me encanta que sean madres. Son punks y tienen una tenacidad increíble, y el hecho de que ahora charlamos y nos damos consejos de mamás es increíble. Es todo el círculo de la experiencia queer llegando a un lugar que me hace sentir orgullosa de ser su amiga.

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