https://www.lacapital.com.ar/edicion-impresa/vos-sos-muy-beat-yo-muy-punk-n2607992.html
Veo su cuerpo a través de la pantalla, exhibiéndose para quien la
mira. Como en un ritual de cliché enciende un cigarrillo antes de
hablar.
¿Qué te cuente una historia? ¿No me querés contar vos tu historia?
Veo su cuerpo pixelizado y acumulo suficiente silencio para poder hablar.
Mi
historia quizás la conozcas, es la de un tipo que ya no tiene demasiado
para perder. Pero tampoco para ganar. Hacer las cosas bien no es tan
sencillo. A veces pienso que me puedo despertar y que no pasó tanto
tiempo. Que el ensayo nunca comenzó, que vos y yo apenas nos hemos visto
y que hoy es el momento. Ese que se desperdició porque no confiamos en
el tiempo. Pero fue el tiempo… ¿O la suma de todas las sumas? Y ahí va
encajando todo.
Sonás aburrido, parecido a un tipo que cada
vez que yo quería coger se ponía a filosofar y me la bajaba... Y era
duro remontar eso.Yo también me acuerdo de esa película, la del flaco
que busca a la mina en un hotel perdido del oeste. Me jodías con eso de
hacer una obra de teatro: ¿para qué? Pero por algún motivo me
convenciste y el primer día que nos pusimos a trabajar vos escuchabas a
los Ramones y yo a los Beatles, pero en verdad debía ser al revés, vos
tenés más edad para escuchar a los Beatles y yo podría haber sido una
pendeja que usaba una de esas remeras, ¿no? Lennon y McCartney
escribieron una canción que decía te amo ocho días a la semana y un par
de boludeces más y con esas palabras cambiaron la historia de la música,
ahí está el verdadero genio... Lo simple que rompe y cambia y
transforma, ¿no? Y vos querías cambiar la historia de la dramaturgia
pero solo te ocurrió reescribir un guión basado en un texto que leíste
cuando tenías poco más de veinte. Y ahora me visto o me desvisto, para
hacer una obra sobre la pornografía o el erotismo. El erotismo
deserotizado, ¿se trata de eso? De diálogos desacartonados en épocas
donde todo lo que se dice se analiza y se mide con la doble vara. ¿Qué
puedo hacer por vos? ¿Desnudarme para que te inspires? ¿O realmente
querés que te cuente una historia? Pero de esas que no se te ocurrirían
nunca... Aquí hago cosas mucho más complejas que desnudarme frente a una
cámara, como darle de comer a mi hija. Que es pequeña... Sí, ya sé que
sabés que es pequeña.
Quizás deberíamos volver al
inicio, cuando empezó todo, en un lugar lejano, demasiado lejano, tan
lejano que no sabemos si en realidad existió. Era una noche fría, de
esas que parece que el calor te abraza a la tarde pero por la noche cae
la helada que te cala los huesos, un clima marítimo dijo alguien, no sé
de qué se trata eso de lo marítimo... Las noches se hacían largas,
demasiado largas y las botellas vacías me las chocaba cada vez que
entraba a la pieza, te molestaba la cocaína en mi nariz, pero no te
molestaba el olor a vino o whisky con el que venías todos los días... Lo
mío era para soportar el día o para soportarte o para bancar un poco la
casa, de eso se trataba... Entrabas y ponías a todo volumen The
Clash... Siempre los mismos dos temas, como si no te bastara con uno
solo... Y después dejaste de trabajar, nunca supe si fue porque no
querías ir más al laburo, porque te rajaron o esa obsesión que te agarró
que no me querías dejar ni a sol ni a sombra... Pero las parejas se
tienen que terminar por algo, ¿no? ¿Celos? ¿Desgaste? ¿Convivencia? ¿El
famoso desamor? ¿Falta de sexo? Y ahora nos volvemos a encontrar en esta
red de los intercambios ¿sexuales? ¿Porno virtual? Soy la
actriz-personaje de tu fantasía a pesar de que alguna vez fui el
personaje real de eso que llamamos vida o cotidianidad, ¿no? La vida te
cambia en ese vaivén de ir y venir, de andar por ahí pensando cuál es la
mejor opción, hay una chica que trabaja conmigo, bah no es que trabaje
conmigo en realidad la recomendé porque su talento es natural, no sé si
alguna vez te hablé de ella. Sofía. Estuvo presa por prenderle fuego al
marido, pero eso es un detalle. Ella sí es una actriz, pero una actriz
natural, tiene el mejor puntaje, ella sí se parece a ese guión que
querías escribir. Sofía se había enamorado locamente, no sé si la
palabra es locamente o con locura, pero por lo general cuando uno se
enamora es con locura o locamente. Después pasa y todo se transforma...
Ella era bastante más chica que él, y él la celaba. Y se ponía violento.
No la lastimaba y la llenaba de regalos, de manual, ¿no? Cuando estaban
juntos la pasaban muy bien. Se reían y disfrutaban esa vida de ¿locos?,
viajaban, algo que Sofía no estaba acostumbrada a hacer. El mundo de
ella era su barrio. Un barrio de laburantes que con el tiempo se
transformó en uno de esos barrios donde caminar de noche se complica.
Caminar de noche... Y él fue a su rescate y se fueron a vivir al medio
del campo. Tenían una huerta, él había sido alcohólico y quería
recuperarse, ¿viste como son esos tipos, no? (digo, los ex alcohólicos).
Y bueno, siempre quisieron tener un hijo, hasta que el hijo llegó y ahí
la cosa cambió. Ella no soportó ser madre o algo por el estilo y quería
rajarse de ahí. Escaparse. Una noche se subió a la camioneta, había
chupado bastante y se quiso ir sola, dejó al nene en la cama, arrancó y
se la puso contra un árbol. Se bajó a los gritos, él se despertó y trató
de calmarla pero ella se enfurecía cada vez más. Él la convenció de que
se quede y trataron de recomponer, pero la relación ya era
insostenible, tanto amor y tanta nada... Él empezó a tomar de nuevo,
volvía tarde a la noche y se quedaba dormido en cualquier lugar de la
casa, y ella consiguió un dealer que le traía merca casi diariamente. Él
llegó un día a la casa y los vio a ella y el dealer riéndose, parecían
divertidos, él estaba borracho y creyó ver lo que sus fantasmas por años
le anunciaban y los reventó a golpes a los dos. El dealer prometió
volver para matarlo y ella se refugió en la habitación de su hijo. Esa
noche él se disculpó y le pidió perdón de todas las formas posibles,
pero no hubo caso. Ella se encerró hasta que él quedó dormido en el
piso, borracho una vez más, ella salió despacio de la pieza, dejó al
chico en la camioneta y roció la casa con un bidón de nafta. Con un
fósforo prendió fuego todo, se subió a la camioneta, esta vez esquivó el
árbol y se fue con su hijo sin mirar atrás. Dicen que él se despertó en
llamas o estaba en llamas cuando se despertó, que es lo mismo. Pudo
haber muerto, pero sobrevivió. En el pueblo todos sabían lo que había
ocurrido pero nadie hizo ni dijo nada. Él la siguió amando y trató de
buscarla. Ella no quería ser madre pero tuvo que aprender. El dealer lo
fue a buscar para matarlo, pero él ya había partido de la casa que
estaba derruida por el fuego. Por un largo tiempo nadie supo de él.
Algunos decían que lo habían visto caminar por rutas o calles con una
barba larga y que no paraba de caminar, como Forrest Gump, pero no se
sabe si es verdad o parte de la historia que se transformó en ficción,
en una ficción que tal vez sea la continuación en una realidad paralela
de esa película que tanto te gusta. O quién sabe si esto no forma parte
de esa historia que querías contar y que de tanto querer que suceda se
transformó en realidad o al menos en esta realidad que vivimos.
Su
voz y su imagen van y vienen. Las luces del monitor y el sonido de los
parlantes parpadean en una leve interferencia que parece transformar al
led en los tubos catódicos de una vieja tevé. Y ella como mujer dentro
de la virtualidad se acerca en la distancia.
¿Cómo era? Yo
apoyada aquí o mejor de espaldas, pero de espaldas. ¿Al público? Mujer
sola en este cuarto, la soledad en una caja, ¿cómo me ves? ¿Mujer en
venta? ¿En pornoventa? Pensamiento arcaico, no hay precio, nunca lo
hubo. Me pasé mucho tiempo hablando con vos cuando me fui, demasiado
tiempo hablando sola, era más fácil cuando te imaginaba, por eso elegí
este lugar, como Sofía, para escuchar esas voces, que como la tuya me
piden lo que saben que no les puedo dar en la realidad pero sí en una
pornoficción, en este erotismo desgastado de las redes, en esta lejanía
pandémica que da la seguridad de la distancia. Cuando desapareciste o
cuando yo me fui, que para el caso es lo mismo, vos sin mí y yo sin vos,
tu imagen, tu olor, tu piel que sentía por las noches se fueron
esfumando y dejé de buscarte aunque hoy me hayas encontrado, aunque aquí
escucho la voz de otros hombres y me imagino que quizás alguna de esas
voces puede ser la tuya, como esta, como vos que estás del otro lado y
no sé quién sos, aunque tu silencio, tu respiración y el sonido de tus
labios me hagan acordar a esos momentos en donde la felicidad y la vida
se parecían a una sola cosa.
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