A 23 años de la muerte de Joey: por qué Ramone y otras curiosidades del rey del punk

Su traumática infancia. El bullying en la escuela. Su precaria salud. La redención a través del rock y el por qué de su nombre. La idolatría en Argentina y los 20 años sin hablar con el guitarrista Johnny Ramone. Jeffrey Ross Hyman, conocido como Joey Ramone, nació el 19 de mayo de 1951 en el seno de una familia judía de Forest Hills, Queens, Nueva York, hace hoy 73 años. Un dato que pocos conocen, es que al nacer, tenía un teratoma adosado a la columna vertebral, por unfeto de un gemelo que no había terminado de desarrollarse. Se lo removieron con una cirugía. Pero nunca dejó de tener problemas físicos y psicológicos por aquel tumor extraño. Los seguidores de Ramones -banda pionera de punk rock que Joey integró entre 1974 y 1996 Jeffrey era un muchacho introvertido y solitario, de 1 metro 98, flaco y desgarbado, ojos miopes saltones, anteojos de muchísimas dioptrías y dentadura asimétrica. La futura estrella estudió en el Forest Hills High School, donde sufria bullying. Sus padres se

Eric Clapton

Fuera de sintonía

Eric Clapton se quedó sin amigos: “Me condenaron al ostracismo”

El notable guitarrista que alguna vez fue Dios dice que casi no recibe llamados ni mensajes.


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"Clapton es Dios", escribió alguien en una pared de la estación Islington, en Londres, a mediados de los '60. Y la leyenda se replicó por toda la ciudad, como la certificación de una admiración en ascenso por el genial guitarrista británico.

Con el tiempo, el grafiti que había puesto el nombre de Eric Clapton en lo más alto de la consideración de propios y extraños quedó en la anécdota, mientras el músico ratificaba pergaminos una y otras vez para ser considerado, si no Dios, al menos una "leyenda", como él mismo escribía cuando le tocaba hacer trámites aduaneros, en el casillero reservado para "profesión".

De los Yardbirds a los Bluesbreakers de John Mayall; de Cream a Derek and the Dominos, pasando por los Blind Faith comandados por Steve Winwood y Delaney & Bonnie and Friends, hasta desembocar en su plan solista, el señor 'mano lenta' fue dejando su sello en cada proyecto.


En ese camino, Clapton fue compartiendo escenarios con lo más granado de la escena, de George Harrison a Mark Knopfler, de The Rolling Stones a Carlos Santana; de Phil Collins a B.B. King, y sigue la lista de ilustres que se fueron sumando a una lista de amigos casi tan grande como la de Roberto Carlos.

Sin embargo, todo parece haber cambiado para el músico, desde que hizo pública su postura frente a la decisión del gobierno británico, en sintonía con los del resto del mundo, de combatir el Covid con una extensiva y expansiva política de vacunación.

En contra de las medidas sanitarias

Según Eric, de 76 años, que desde diciembre pasado viene emitiendo declaraciones tan polémicas como los versos que incluyen las canciones "anticuarentena" que compartió con Van Morrison, nada bueno se puede esperar de las medidas sanitarias adoptadas por las autoridades. Y puso su propio caso como ejemplo. 


“Perdí el uso de mis manos por cerca de tres semanas. Así que estaba en serios problemas. Para ese momento me di cuenta que no era el único que estaba sufriendo. Y esa fue mi experiencia después de aplicarme el segundo pinchazo”, declaró Clapton, quien apuntó al efecto que la aplicación de las vacunas podría tener en los demás.

“Mi temor con la vacunación es qué le hará esto a mis hijos. Esa es tal vez la razón más grande de por qué estoy hablando hoy contigo”, dijo Clapton en una reciente entrevista con Oracle Films, en una nueva apelación a su propia experiencia, para advertir sobre los efectos nocivos de las decisiones adoptadas por los gobiernos de casi todo el mundo.

Pero por lo visto, más allá de las críticas que recibió desde diferentes frentes, mantener su postura le está costando caro al músico, quien admitió que su grupo de amigos famosos comenzaron a cortar la comunicación con él.

Durante la misma entrevista con Oracle, Clapton señaló que estuvo tratando de llegar a sus compañeros músicos, pero que, simplemente, ya no escucha nada de ellos. "Mi teléfono no suena muy a menudo. Ya no recibo tantos mensajes de texto y correos electrónicos. Es bastante notable... Me condenaron al ostracismo. Y puedo sentirlo en todas partes."

No obstante, el guitarrista está lejos de desdecirse. Al contrario, en los últimos días insistió en que nunca debería haberse acercado a la aguja. "Pero la propaganda decía que la vacuna era segura para todos", advirtió. Y concluyó: "Es difícil morderme la lengua con lo que ahora sé".

E.S.

 

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