Iggy Pop y Siouxsie Sioux

Iggy Pop y Siouxsie Sioux: dos símbolos del punk ahora cantan en una publicidad de helados Hacen "The Passenger", un conocido tema de Iggy que ella versionó con gran éxito en 1987. 37 años después, sirve para vender refrescos. Iggy Pop y Siouxsie Sioux son sin dudas dos leyendas de la música rock, y más específicamente del punk. Él, al frente de The Stooges primero y luego con una extensa carrera como solista que lo llevó por todo el mundo y lo tiene aún en actividad a los 77. Ella fue la líder de Siouxsie and The Banshees y también descolló como solista (ahora tiene 66). Se han admirado. Y Siouxsie se hizo mundialmente popular precisamente al grabar una canción de Iggy Pop -The Passenger- en un álbum de versiones que hizo con su banda en 1987, Through the Looking Glass. Ahora, a 37 años de esa grabación, Iggy Pop y Soiuxsie se unieron para grabar The Passenger para una publicidad de helado. El original de la canción estaba también en un disco muy exitoso de Iggy, Lust For Li

REWIND: FUROR POR LOS MIX TAPES

Mi vida en 60 minutos: En plena era digital, fanáticos de la música resucitan el casete: un libro resume un amor en una lista de canciones favoritas y los compilados son objeto de culto. ¡La cinta, gonzalito!

Txt. Nicolás Artusi.
http://www.clarin.com/suplementos/si/2007/02/23/3-00501.htm


Siempre hay una buena razón para grabar un casete": un amor fulminante o una viudez precoz. Rob, periodista rockerito, no esperaba casarse a los 25 ni que su mujer muriera cinco años después. Y nadie esperaba que los casetes que él le grababa a ella se convirtieran en un libro que reconstruye una cartografía romántica y musical, en cuatro teclas. Rewind. Fast-forward. Stop. Play.

Rob Sheffield, autor de la comentada columna Pop Life en la Rolling Stone gringa, acaba de publicar allá su libro Love Is A Mix Tape (con probable edición acá), en el que cada capítulo está fechado y encabezado por las canciones de una época: en abril de 1979 el lado A empieza con los Beatles (Hey Jude) y en diciembre del 2002 el lado B termina con Fats Domino (I'm Walking). En el medio, la historia de un amor nacido en un bar de Charlottesville, Virginia, mientras sonaba el disco Radio City de Big Star, e interrumpido con la embolia pulmonar que desplomó a Reneé en un almuerzo familiar (nota para un musicalizador de la vida: podría haber sonado The End, de los Doors).

La obrita de este arqueólogo de la cultura pop se suma al libraco Mix Tape: The Art of the Cassette Culture, donde Thurston Moore, el guitarrista de Sonic Youth, compila las listas de sus amigos, y a los foros de Internet que nuclean a la pequeña multitud de adoradores del TDK. ¿Un regreso a las cintas en la época del gran hacedor de playlists, el iPod?

"Para los que pensamos que la música digital ofrece un sonido más áspero que la analógica, es una pesadilla sonora vivir en este nuevo mundo de MP3", dice Thurston y resume un universo. Si Echarri regaló como souvenir de su boda un CD grabado "con los temas que me gustan", el compilado del melómano será en cinta o será grasa.

La revolución actual de los mix tapes anuncia focos de insubordinación analógica en el reino de lo digital y confirma un furor intelectual por el armado de listas, que el inglés Nick Hornby ya había diagnosticado en la película Alta fidelidad y en su libro 31 canciones: la erudición musical como otro síntoma de un TOC (trastorno obsesivo compulsivo).

"El mixtape Big Star: for Reneé no tenía nada de imaginativo. Pero fue el casete que cambió todo, ese Maxell XLII grabado el 10 de octubre de 1989, para Reneé": Sheffield compila en 60 minutos los Greatest Hits de su vida. Mientras el hip hop hizo una industria del arte del mezclar, el mixtape es otra señal de la época: vocación retro (epidemia de "achaque" ochentoso) y el capricho vuelto un canon, justo cuando el exhibicionismo emocional (desde el reality hasta el fotolog) hace del gusto personal un sello de "autor". Stop.

Comentarios