El corazón del punk feminista: cómo fue el debut de Bikini Kill en la Argentina

A principios de los '90 fue el grupo fundador del movimiento Riot Grrrl. Está liderado por Kathleen Hanna y Tobi Vail.-Se volvieron a reunir hace cinco años y tocaron en el ART Media porteño, en el marco de su primera gira sudamericana. Pocas bandas en la historia del rock reescribieron las reglas. Y cuando lo hicieron, fue en términos de éxito, producción, sonido, decibeles, moda, marketing. El rock sigue, fracaso tras fracaso,esperando un mesías que se presente en los mismos términos que los que alguna vez triunfaron.Avizorar a los nuevos Beatles, Rolling Stones, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, David Bowie, Sex Pistols desde la repetición de sus logros en la mímesis de nuevos intérpretes es donarse al malentendido. Será por eso que desde el día que Kurt Cobain decidió terminar con su vida y la de su grupo, Nirvana, ninguna banda asumió por mérito y sustancia el destino del rock como una palanca de cambio cultural. Dicho todo eso, puede uno destaparse un oído y cubrir el otro. Ento

legalizacion de la marihuana

 Por Mariano Blejman “¿Me puede decir quién ordenó los procedimientos?”, preguntaba este cronista a uno de las decenas de policías de civil que merodeaban el acontecimiento. Era una tarde gris. El día mundial por la legalización de la marihuana: la marcha del millón de porros. Unas quinientas personas alrededor de una carpa de la revista THC se autopresentaron en las cámaras como los consumidores visibles de cannabis, para el delirio de la tele que sobrepasaba cualquier otra cobertura del día. Pero lo que se concebía como un espacio para el ejercicio de las libertades individuales, terminó siendo algo así como una invitación a meterse en la boca del lobo. El lobo, claro, estaba vestido de azul. Por lo menos tres o cuatro comisarías abocadas al operativo, más de 40 policías que por “prevención” hacían un cinturón ecológico en los alrededores del Planetario. Y se permitían una caza de bobos, de esos que —invitados por la prensa, que incluso salía en vivo— se habían acercado hasta el lugar, con alguna que otra tuca en el bolsillo. Una quincena de pibes fueron detenidos, seguramente la pasaron mal en la comisaría hasta que fueron liberados, y se les abrirán causas judiciales, y se los llamará a declarar, y estarán más que asustados por el asunto. Mientras se proclama la eternización del ejercicio progre por vías electorales, se usa a la policía como órgano de cizaña. Cae en el soliloquio de la desesperanza pensar que el consumo de marihuana es un delito “carcelable”. Se golpea incluso contra el ejercicio de lo pequebú que se monte tremendo operativo tan bien adoctrinado como para no poder saber quién dio la orden. Tropieza de sin razón aquel que hace de la ley la trampa del desorientado, y que la ejecuta sobre el despropósito. Al final, el espíritu no era afrancesado sino más bien maricón.



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