Iggy Pop y Siouxsie Sioux

Iggy Pop y Siouxsie Sioux: dos símbolos del punk ahora cantan en una publicidad de helados Hacen "The Passenger", un conocido tema de Iggy que ella versionó con gran éxito en 1987. 37 años después, sirve para vender refrescos. Iggy Pop y Siouxsie Sioux son sin dudas dos leyendas de la música rock, y más específicamente del punk. Él, al frente de The Stooges primero y luego con una extensa carrera como solista que lo llevó por todo el mundo y lo tiene aún en actividad a los 77. Ella fue la líder de Siouxsie and The Banshees y también descolló como solista (ahora tiene 66). Se han admirado. Y Siouxsie se hizo mundialmente popular precisamente al grabar una canción de Iggy Pop -The Passenger- en un álbum de versiones que hizo con su banda en 1987, Through the Looking Glass. Ahora, a 37 años de esa grabación, Iggy Pop y Soiuxsie se unieron para grabar The Passenger para una publicidad de helado. El original de la canción estaba también en un disco muy exitoso de Iggy, Lust For Li

legalizacion de la marihuana

 Por Mariano Blejman “¿Me puede decir quién ordenó los procedimientos?”, preguntaba este cronista a uno de las decenas de policías de civil que merodeaban el acontecimiento. Era una tarde gris. El día mundial por la legalización de la marihuana: la marcha del millón de porros. Unas quinientas personas alrededor de una carpa de la revista THC se autopresentaron en las cámaras como los consumidores visibles de cannabis, para el delirio de la tele que sobrepasaba cualquier otra cobertura del día. Pero lo que se concebía como un espacio para el ejercicio de las libertades individuales, terminó siendo algo así como una invitación a meterse en la boca del lobo. El lobo, claro, estaba vestido de azul. Por lo menos tres o cuatro comisarías abocadas al operativo, más de 40 policías que por “prevención” hacían un cinturón ecológico en los alrededores del Planetario. Y se permitían una caza de bobos, de esos que —invitados por la prensa, que incluso salía en vivo— se habían acercado hasta el lugar, con alguna que otra tuca en el bolsillo. Una quincena de pibes fueron detenidos, seguramente la pasaron mal en la comisaría hasta que fueron liberados, y se les abrirán causas judiciales, y se los llamará a declarar, y estarán más que asustados por el asunto. Mientras se proclama la eternización del ejercicio progre por vías electorales, se usa a la policía como órgano de cizaña. Cae en el soliloquio de la desesperanza pensar que el consumo de marihuana es un delito “carcelable”. Se golpea incluso contra el ejercicio de lo pequebú que se monte tremendo operativo tan bien adoctrinado como para no poder saber quién dio la orden. Tropieza de sin razón aquel que hace de la ley la trampa del desorientado, y que la ejecuta sobre el despropósito. Al final, el espíritu no era afrancesado sino más bien maricón.



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