CARCA: 5 MINUTOS MUERTO, CORAZÓN NUEVO Y SHOW EN LA TRASTIENDA!

Si hay un tipo que puede decir “estuve muerto y volví para dar un recital”, ese es Carca. El multiinstrumentista que lleva 35 años haciendo ruido en el under argentino, el mismo que teloneó a Soda Stereo en Obras y que desde 2008 le pone teclados y guitarras al delirio Babasónicos, hoy celebra la vida a puro decibelio. Cronología rápida del milagro: Agosto 2023: ingresa al ICBA con Marfan avanzado y el corazón en las últimas. 10 días antes de Navidad: para 5 minutos. Lo reviven. Sube al puesto 1 de la lista de trasplante. 11 de diciembre: le ponen un corazón nuevo. 10 meses internado: graba Exultante, su disco 100% hospitalario con tablet, guitarra y susurros a las 2 AM. Octubre 2025: sale el álbum. HOY, 6/11, 21 hs: La Trastienda. Su primer show SOLISTA en DOS AÑOS. “Quiero celebrar que estoy vivo, no presentar un disco que ya todos escucharon”, tira Carca en el living de Belgrano, todavía con la cicatriz fresca pero la púa en la mano.  Exultante en 3 frases: Rock setentoso + funk...

legalizacion de la marihuana

 Por Mariano Blejman “¿Me puede decir quién ordenó los procedimientos?”, preguntaba este cronista a uno de las decenas de policías de civil que merodeaban el acontecimiento. Era una tarde gris. El día mundial por la legalización de la marihuana: la marcha del millón de porros. Unas quinientas personas alrededor de una carpa de la revista THC se autopresentaron en las cámaras como los consumidores visibles de cannabis, para el delirio de la tele que sobrepasaba cualquier otra cobertura del día. Pero lo que se concebía como un espacio para el ejercicio de las libertades individuales, terminó siendo algo así como una invitación a meterse en la boca del lobo. El lobo, claro, estaba vestido de azul. Por lo menos tres o cuatro comisarías abocadas al operativo, más de 40 policías que por “prevención” hacían un cinturón ecológico en los alrededores del Planetario. Y se permitían una caza de bobos, de esos que —invitados por la prensa, que incluso salía en vivo— se habían acercado hasta el lugar, con alguna que otra tuca en el bolsillo. Una quincena de pibes fueron detenidos, seguramente la pasaron mal en la comisaría hasta que fueron liberados, y se les abrirán causas judiciales, y se los llamará a declarar, y estarán más que asustados por el asunto. Mientras se proclama la eternización del ejercicio progre por vías electorales, se usa a la policía como órgano de cizaña. Cae en el soliloquio de la desesperanza pensar que el consumo de marihuana es un delito “carcelable”. Se golpea incluso contra el ejercicio de lo pequebú que se monte tremendo operativo tan bien adoctrinado como para no poder saber quién dio la orden. Tropieza de sin razón aquel que hace de la ley la trampa del desorientado, y que la ejecuta sobre el despropósito. Al final, el espíritu no era afrancesado sino más bien maricón.



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