El Mosca de 2 Minutos hizo pis en la cabina del avión frente a todos los pasajeros?

La histórica banda de punk rock 2 Minutos, estuvo de gira el fin de semana pasado en Centroamérica, donde no faltaron los escándalos, con su cantante deportado en Costa Rica y un show con entradas agotadas cancelado sin aviso previo en El Salvador. https://www.quepasasalta.com.ar/cultura/deportaron-cantante-dos-minutos/ "Tenemos que contarles que debido a malos tratos y mala atención de la línea aérea Avianca @avianca El Mosca no pudo ingresar al país por consecuente decisión de las autoridades migratorias", explicó el grupo en un comunicado publicado en redes sociales. En el mismo texto, afirmaron que "la línea aérea inventó situaciones que nunca existieron", en referencia al episodio que habría originado la deportación de su líder, Walter "Mosca" Velázquez, aunque no se expresaron sobre la suspensión de su siguiente compromiso, que hasta ese momento, seguía en pie. Sin embargo, desde la productora salvadoreña que los contrató, replicaron otra versión: &q

¡Una remera rockera quiero yo!

LA CRISIS DE LA T-SHIRT 


 

¡Una remera rockera quiero yo!

Mientras las marcas se apropian de los lemas del rock, ¿la remera aún dice algo? Planchadita, planchadita, planchadita...
Txt. Fernando Pérez Solivella. Especial para Clarín. Ya nadie va a escuchar tu remera". La premonitoria canción de los Redondos (Oktubre, 1986) cumplió más de veinte años pero suena más actual que nunca: extasiada de sentido y clonada hasta el hartazgo, la remera (fetiche por excelencia del ropero juvenil) llegó a un pico de rating desde el cual parece decirlo todo& pero no dice nada. Paradojas de la moda: en los 50, Marlon Brando y James Dean definieron un estado de rebeldía juvenil poniéndose una camiseta blanca & radiante. Medio siglo después, empachada de frases e íconos del retro pop y el rock, la remera pierde día a día su estatus de pancarta. Al menos el que tenía cuando, en 1985, la diseñadora inglesa Katherine Hamnet, precursora de la remera activista, provocó a Margaret Thatcher al mostrarle una camiseta que pregonaba el antidesarme: "El 58 por ciento no quiere los Pershing" (misiles ingleses). O el que le dio la diseñadora punk Vivienne Westwood al clavar billetes y alfileres en los labios de la reina de Inglaterra. Ahora, lo que la remera pide es... "Free Paris!" (Hilton, claro: no la capital francesa). Atrás quedaron los 90 y sus marcas icónicas: chombas de piqué con caballito o cocodrilo, las Hard Rock Cafe con el destino turístico menemista y las estampas Quick- silver o Rip Curl para el que surfeaba... en Alto Palermo. La rockerización de la remera de shopping provocó la convivencia de los Ramones y los Sex Pistols con las camisas de Zara ante la mirada atónita del rocker. "El uso de frases de rock en marcas de shopping me provoca una sonrisa irónica. Las marcas necesitan identidad y se suben al tren del punk pero después no quieren que entre un rockero a su tienda", dispara Lee Chi, rey del merchandising rockero. "Para las marcas, ser cool es disfrazarse de alguien que uno no quiere ser". Pero la venganza rockera es posible. "La moda fagocita al rock y viceversa", dice Victoria Lescano, autora del libro Followers of fashion: falso diccionario de la moda. "Los diseñadores invocan al rock pero los rockers encontraron su venganza con la explosión del merchandising". Con los jeans y las zapatillas devenidos símbolos de status, "la remera pasó a ocupar un lugar central porque es barata y tiene impacto", compara Nora Dofman, stylist de MTV. ¿Paris Hilton escucha a los Ramones? ¿Tiene un disco favorito de los Stones? "El hecho de que usar una remera de una banda clásica tenga más que ver con la moda que con el fanatismo se debe a la obsesión actual por las cosas vintage'", dicen Amber Easby y Henry Oliver, autores del libro The Art of the Band T-shirt, mientras Reebok empapela Buenos Aires con el eslogan de época: "Los 80 eran más interesantes". Después de la crisis, los Hermanos Estebecorena fueron precursores de la remera-cartel con ironía melancólica: "Tenemos la avenida más ancha del mundo". Después, AY Not Dead certificó que el freak es chic y cuando Ona Saez llevó al shopping la impronta pacifista y nacionalista ("Yo amo Argentina"), faltaba una puntada para que la famosa "Siamo Fuori" aparezca hasta en la sopa. ¿Y si tenemos las remeras que nos merecemos? "Antes queríamos diferenciarnos con la ropa, ahora todos quieren vestirse iguales", opinan Mariano Yoraillh y Ezequiel Rocino, de la marca Rethink, creativos del outfit-regreso de Zeta Bosio. Ellos lanzaron la colección Clone: un manifiesto visual que desenmascara el copy and paste en la moda usando tintura, desgaste, lavado, rociado y pintura para dar un look reventado. "Queremos que una remera le despierte a alguien la motivación para escuchar a Miles Davis o leer a William Borroughts". Al colectivo Ropas Desastre, en cambio, la remera le quedó chica. Para su colección experimental Men At Rock, prefirieron intervenir el uniforme obrero (camisas y pantalones de la clásica firma Ombú) con prints que integran las poses del rock con la señal callejera. "La remera está saturada por el uso. Si hablamos todos al mismo tiempo no decimos nada", dicen Pablo Bobadilla, Andrés Lesmes Yepes y Camilo Caycedo, y agregan con nostalgia: "Subversivo era usar una remera de Rage Against the Machine con el Subcomandante Marcos, no una frase de la tele en el pecho".

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