El Mosca de 2 Minutos hizo pis en la cabina del avión frente a todos los pasajeros?

La histórica banda de punk rock 2 Minutos, estuvo de gira el fin de semana pasado en Centroamérica, donde no faltaron los escándalos, con su cantante deportado en Costa Rica y un show con entradas agotadas cancelado sin aviso previo en El Salvador. https://www.quepasasalta.com.ar/cultura/deportaron-cantante-dos-minutos/ "Tenemos que contarles que debido a malos tratos y mala atención de la línea aérea Avianca @avianca El Mosca no pudo ingresar al país por consecuente decisión de las autoridades migratorias", explicó el grupo en un comunicado publicado en redes sociales. En el mismo texto, afirmaron que "la línea aérea inventó situaciones que nunca existieron", en referencia al episodio que habría originado la deportación de su líder, Walter "Mosca" Velázquez, aunque no se expresaron sobre la suspensión de su siguiente compromiso, que hasta ese momento, seguía en pie. Sin embargo, desde la productora salvadoreña que los contrató, replicaron otra versión: &q

Carolina del Carmen Peleritti

Carolina del Carmen Peleritti 




BIO
la pasarela y la moda

la fuerte impronta de la imagen y el cuerpo

actuar

estar arriba del escenario, en un set

siendo el personaje

el estudio de la voz fue el nacimiento de mi identidad

de mi huella vocal legítima y única

un recuerdo

un sentimiento hecho canción

la música como lenguaje

la infancia

el cantar temblando dentro mío

temeroso de salir

no sabe cómo

poderoso…

profundo…

un grito primal

la tierra con conexión al cielo

el folklore

 

Estoy en esta orilla

como un pliego antiguo

despojada

como en el vientre de la Madre

 

2009 Mi debut como cantante fue junto al Maestro Jaime Torres en el escenario del Tantanakuy, en Jujuy.

2010 Presentamos el espectáculo La jaula abierta junto a Rita Cortese, Lidia Borda, Teresa Parodi y Dolores Solá.

2013 Realizo mi primer show solista, Muy dentro de mí, acompañada por un  trío y con invitados como Víctor Heredia, Melania Perez y Jaime Torres.

2015 Formo mi primer quinteto: Franco Carzzeda, Julio Martínez, Diego Moller, Daniel Tejeda y Fernando Villareal. Nos presentamos en varios festivales y distintos escenarios de Buenos Aires y el interior del país.

2017 Junto a Juan Pablo Ferreyra armamos un duo de guitarra y voz,  sumando en la percusión a músicos invitados.

Premio Revelación Festival de Baradero 2017.

2018 Junto al guitarrista Juan Pablo Ferreyra y con Leandro Savelón como percusionista invitado, grabamos nuestro primer material de difusión. La producción artística estuvo a cargo de Max Masri, líder de Tanghetto.

Me presento en Ciclo de tres shows con invitados especiales en el Velvet Club de Buenos Aires.

Viajo a Corea invitada por el Seoul Music Week en el marco del showcase internacional y luego sigo camino a Japón para hacer tres shows en la ciudad de Tokio.

Canto en París en el show de los Frapadingos, invitada por Minino Garay.

Partipo en el festival Llegando a Montevideo, Uruguay, en representación de la Argentina.

Dentro del Ciclo Mujeres Actrices Cantoras me presento en un show en el Teatro Roma de Avellaneda.

Cerramos la última jornada de Bocas Abiertas, festival gastronómico y de música en vivo.

Me invitan a ser parte de la programación del Festival Sustentable Jujuy Corazón Andino, un intercambio de artistas y culturas locales e internacionales de la talla de Escalandrum, Elena Roger, Paquito de Rivera, Carlos Núñez, Horacio Lavandera, Julie Freunat, Tukuta Gordillo y orquestas juveniles de países de América Latina y España. Comparto como invitada el concierto de cierre del festival: El Despertar, de Gustavo Santaolalla, donde canto a capela, con caja chayera y con el marco del Paseo de los Colorados en la localidad de Huacalera, Purmamarca.

2019 Me presento en un show al aire libre en la Quinta Trabucco, Buenos Aires.

Fui elegida para abrir el concierto de la artista brasileña Adriana Calcanhotto en la presentación de la programación 2019 de Usina del Arte.

Fui invitada a participar de los shows de reconocidos artistas de la música de raíz folklórica: los litoraleños Los Núñez en la Ciudad de Paraná y el prestigioso cantautor Raly Barrionuevo en sus shows en el Konex, en Buenos Aires.

Presento mi show en el Teatro Roma, de Avellaneda y en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

Avanzamos en la producción de la grabacion para un EP y la filmación de un videoclip del tema Aleteo.







Entrevista a fondo


Carolina del Carmen Peleritti: nuevo nombre, la llegada de los 50 en libertad y un presente fuera de control

La modelo, actriz y cantante estrena su EP debut, Aleteo, y habla de su “nueva” identidad, de los “colectivos” feministas, la belleza y del verbo que “inventó”.

https://www.clarin.com/espectaculos/musica/carolina-carmen-peleritti-nuevo-nombre-llegada-50-libertad-presente-control_0_km3BPWM1T.html


Primero modelo; después actriz, en el cine, en la tele y también en el teatro; ahora, y ya desde hace unos cuantos años, cantante… Un camino recorrido que Carolina del Carmen Peleritti, en plan de estreno de su primer EP, Aleteo, elige separar en "mundos expresivos" a escalonarlo en etapas.

Será por eso que cuando explica por qué decidió alargar su nombre agregándole el "del Carmen" no dice haber completado nada, y sí, en cambio, parece celebrar haber encontrado la manera de integrar esos universos de los que habla.

"Se integraron las partes. Es empezar a llamarme en toda la extensión de mi nombre, con lo que eso significa. Es una decisión que tiene que ver con este momento y con la música", dice, desde algún lugar de Buenos Aires, con una extensa sonrisa.

Y sigue: "Llamarme Carolina del Carmen tiene más que ver con lo musical, con esta construcción que vengo haciendo desde hace muchos años, y que de golpe se manifiesta en algo tan sencillo como el nombre de uno. La identidad. Lo que uno es. Nunca estuve peleada con ese nombre, pero nunca lo había pensado así".

Peleritti insiste, entonces, en ubicar a la música como el eje de ese proceso.

"Yo empiezo a cantar hace 11 años, y desde ese momento empieza a haber una construcción. Un empezar a pararme más en el lugar presente en el que estoy, a construirlo desde este momento, a traer la experiencia de otros mundos expresivos para que hoy se manifiesten en lo que soy en este momento". Clarito.

Quiebre no, integración sí

-¿Eso significa algún tipo de quiebre con el pasado?

-Más que quiebre, es una integración. Es traer un nombre que nunca usé, pero que siempre estuvo en mi documento. A veces, hasta no me gustaba. Pero de pronto empecé a escucharlo, a sentir que era parte de algo que es mío. Entonces lo incorporé, como una nueva forma de nombrarme, entera.

Bastante tuvo que ver, en ese proceso de "integración" personal, el encierro al que obligó la pandemia de coronavirus, que a partir de julio de 2020 atravesó en Necochea, junto a su madre.









 "Está protegida, está cuidada, pero no está vacunada. Tiene 90 años, ya tuvo Covid en noviembre... Por eso estoy yendo y viniendo. Pero está acompañada, muy adentro", cuenta Peleritti, que agrega que el contagio lo pasó, "y zafó".

"Es muy complicado. Estaba muy bien, pero se contagió, y para ella -para todos- fue difícil. Y ahora necesita más cuidados y atención. El Covid no fue gratis para ella, en su cotidianidad", dice.

-¿Y para vos?

-Yo tuve que cuidarla, en ese momento. Por suerte no me pasó nada, no me contagié; pero sí cambiaron muchas cosas. Para ella cambió su vida cotidiana, y uno tiene que estar más cerca. Y seguir acompañando esa calidad de vida para que pueda estar bien.

El año pasado me fui un rato para estar con ella, porque estaba bastante sola, y terminé quedándome cuatro meses. Fue algo distinto, muy particular, porque yo había estado en Buenos Aires sin salir a la calle durante varios meses, y de pronto me encontré con la naturaleza.

Para mí también fue una gran posibilidad de estar cerca del mar, y de estar con ella tantos meses, después de tanto tiempo tiempo. Y creativamente también me hizo bien, porque de repente me empezó a activar algo que acá en Buenos Aires estaba como muy hacia adentro, como muy metido.

-El confinamiento, sobre todo al comienzo y cuando no éramos pocos los que pensábamos que iba a durar poco, para muchos fue un espacio de reflexión, de recapitulación...

-Si había un momento para recapitular y mirar más profundamente, creo que el año pasado fue un buen momento. Muy importante, porque nos tocó en lo individual y en lo colectivo. Sobre todo en los primeros meses, donde uno estaba día a día viendo qué iba a pasar, qué sucedía.


Después, esta situación me hizo viajar allá, y aparte de estar con ella empecé a tener otro aire para poder vivirlo de otra manera. Eso movió cosas internas que también hicieron que todo este proceso que se ve ahora en presente se fuera como acomodando.

-Un colega amigo, días atrás decía que la pandemia lo había obligado a tener que vivir con él. 

-Eso es un poco lo que me pasó cuando estuve sola, cuando esto recién empezó. Fue un momento de pensar, procesar, de no querer hacer nada. Ni siquiera cantar, sino de tener todo este espacio que quizá uno no lo tenía, así como veníamos viviendo.

Tiempo para procesar cosas personales, pero que tienen que ver con lo que uno hace cotidianamente. Eso de ir hacia adentro y arrullarme en esos primeros meses fue realmente parte de lo que después se fue empezando a abrir, en el mar.

A mí me gusta estar mucho conmigo, estar en mi casa. Y ese tiempo me sirvió para ahondar, para profundizar, para todo lo que después empezó a querer plasmarse y salir fuera desde otro lugar.

-¿Estamos hablando del disco?

-Claro. Porque en 2019 tenía casi todo el material grabado y hasta el arte de tapa listo. Para mí había sido un proceso muy personal, y cuando nos encontramos con este tiempo pandémico, preferí abrazarme y recapitular un montón de cosas.

Luego me pasó esto de tener que ir a acompañar a mi madre, y a partir de lo que le pasó a ella esas cosas también se fueron acomodando en otros aires, en otros horizontes. Resultó un espacio creativo para ver cómo podía avanzar con ese material, que en diciembre de 2020 empezó a tomar velocidad.

 


-¿Ahí decidiste publicarlo?

-Sí. Había algo que no podía seguir quedándose adentro, que tenía que salir. Empezamos a poner una fecha, como para empezar a alinear todo lo que faltaba.

Terminamos de grabar, cada uno en su casa, y todo el proceso de post producción y hasta de las piezas audiovisuales que acompañan cada canción se hicieron en este tiempo. Eso de ponerle fecha de alumbramiento nos impulsó a seguir trabajando con los recursos que teníamos. Fue un tiempo creativo muy potente. 

Los inicios de la Carolina del Carmen cantante deben ser rastreados en un ya bastante lejano 2008, cuando Jaime Torres la animó a cantar en el Tantanakuy. "¿Te animás a cantar unas coplas?", cuentan que le preguntó el charanguista. Dijo que sí, y nada fue igual desde entonces.

Su participación, un par de años después, en La jaula abierta, un impertinente espacio de canciones, poesía y otras cuestiones expresivas en el que compartió el rol de anfitriona con Rita Cortese, Lidia Borda, Teresa Parodi y Dolores Solá, potenció el deseo de encontrar su propia voz en la música.

presente de "cantora". 

Primero modelo; después actriz, en el cine, en la tele y también en el teatro; ahora, y ya desde hace unos cuantos años, cantante… Un camino recorrido que Carolina del Carmen Peleritti, en plan de estreno de su primer EP, Aleteo, elige separar en "mundos expresivos" a escalonarlo en etapas.

Será por eso que cuando explica por qué decidió alargar su nombre agregándole el "del Carmen" no dice haber completado nada, y sí, en cambio, parece celebrar haber encontrado la manera de integrar esos universos de los que habla.

"Se integraron las partes. Es empezar a llamarme en toda la extensión de mi nombre, con lo que eso significa. Es una decisión que tiene que ver con este momento y con la música", dice, desde algún lugar de Buenos Aires, con una extensa sonrisa.

Carolina del Carmen Peleritti, estrena canciones y un nombre que la identifica en toda su extensión. Foto Valmusso

Carolina del Carmen Peleritti, estrena canciones y un nombre que la identifica en toda su extensión. Foto Valmusso

Y sigue: "Llamarme Carolina del Carmen tiene más que ver con lo musical, con esta construcción que vengo haciendo desde hace muchos años, y que de golpe se manifiesta en algo tan sencillo como el nombre de uno. La identidad. Lo que uno es. Nunca estuve peleada con ese nombre, pero nunca lo había pensado así".

Peleritti insiste, entonces, en ubicar a la música como el eje de ese proceso.

"Yo empiezo a cantar hace 11 años, y desde ese momento empieza a haber una construcción. Un empezar a pararme más en el lugar presente en el que estoy, a construirlo desde este momento, a traer la experiencia de otros mundos expresivos para que hoy se manifiesten en lo que soy en este momento". Clarito.

Quiebre no, integración sí

-¿Eso significa algún tipo de quiebre con el pasado?

-Más que quiebre, es una integración. Es traer un nombre que nunca usé, pero que siempre estuvo en mi documento. A veces, hasta no me gustaba. Pero de pronto empecé a escucharlo, a sentir que era parte de algo que es mío. Entonces lo incorporé, como una nueva forma de nombrarme, entera.

Bastante tuvo que ver, en ese proceso de "integración" personal, el encierro al que obligó la pandemia de coronavirus, que a partir de julio de 2020 atravesó en Necochea, junto a su madre.

"Está protegida, está cuidada, pero no está vacunada. Tiene 90 años, ya tuvo Covid en noviembre... Por eso estoy yendo y viniendo. Pero está acompañada, muy adentro", cuenta Peleritti, que agrega que el contagio lo pasó, "y zafó".

"Es muy complicado. Estaba muy bien, pero se contagió, y para ella -para todos- fue difícil. Y ahora necesita más cuidados y atención. El Covid no fue gratis para ella, en su cotidianidad", dice.

-¿Y para vos?

-Yo tuve que cuidarla, en ese momento. Por suerte no me pasó nada, no me contagié; pero sí cambiaron muchas cosas. Para ella cambió su vida cotidiana, y uno tiene que estar más cerca. Y seguir acompañando esa calidad de vida para que pueda estar bien.

El año pasado me fui un rato para estar con ella, porque estaba bastante sola, y terminé quedándome cuatro meses. Fue algo distinto, muy particular, porque yo había estado en Buenos Aires sin salir a la calle durante varios meses, y de pronto me encontré con la naturaleza.

Para mí también fue una gran posibilidad de estar cerca del mar, y de estar con ella tantos meses, después de tanto tiempo tiempo. Y creativamente también me hizo bien, porque de repente me empezó a activar algo que acá en Buenos Aires estaba como muy hacia adentro, como muy metido. 

El encierro al que obligó la pandemia fue un espacio que Peleritti usó a su favor para recapitular en lo personal y expandir sus horizontes en lo artístico. Foto Valmusso

-El confinamiento, sobre todo al comienzo y cuando no éramos pocos los que pensábamos que iba a durar poco, para muchos fue un espacio de reflexión, de recapitulación...

-Si había un momento para recapitular y mirar más profundamente, creo que el año pasado fue un buen momento. Muy importante, porque nos tocó en lo individual y en lo colectivo. Sobre todo en los primeros meses, donde uno estaba día a día viendo qué iba a pasar, qué sucedía.

Después, esta situación me hizo viajar allá, y aparte de estar con ella empecé a tener otro aire para poder vivirlo de otra manera. Eso movió cosas internas que también hicieron que todo este proceso que se ve ahora en presente se fuera como acomodando.

-Un colega amigo, días atrás decía que la pandemia lo había obligado a tener que vivir con él. 

-Eso es un poco lo que me pasó cuando estuve sola, cuando esto recién empezó. Fue un momento de pensar, procesar, de no querer hacer nada. Ni siquiera cantar, sino de tener todo este espacio que quizá uno no lo tenía, así como veníamos viviendo.

Tiempo para procesar cosas personales, pero que tienen que ver con lo que uno hace cotidianamente. Eso de ir hacia adentro y arrullarme en esos primeros meses fue realmente parte de lo que después se fue empezando a abrir, en el mar.


"Me gusta mucho estar conmigo", admite Carolina, desde su casa en Buenos Aires. Foto Captura Zoom

A mí me gusta estar mucho conmigo, estar en mi casa. Y ese tiempo me sirvió para ahondar, para profundizar, para todo lo que después empezó a querer plasmarse y salir fuera desde otro lugar.

-¿Estamos hablando del disco?

-Claro. Porque en 2019 tenía casi todo el material grabado y hasta el arte de tapa listo. Para mí había sido un proceso muy personal, y cuando nos encontramos con este tiempo pandémico, preferí abrazarme y recapitular un montón de cosas.

Luego me pasó esto de tener que ir a acompañar a mi madre, y a partir de lo que le pasó a ella esas cosas también se fueron acomodando en otros aires, en otros horizontes. Resultó un espacio creativo para ver cómo podía avanzar con ese material, que en diciembre de 2020 empezó a tomar velocidad.

-¿Ahí decidiste publicarlo?

-Sí. Había algo que no podía seguir quedándose adentro, que tenía que salir. Empezamos a poner una fecha, como para empezar a alinear todo lo que faltaba.

Terminamos de grabar, cada uno en su casa, y todo el proceso de post producción y hasta de las piezas audiovisuales que acompañan cada canción se hicieron en este tiempo. Eso de ponerle fecha de alumbramiento nos impulsó a seguir trabajando con los recursos que teníamos. Fue un tiempo creativo muy potente. 

Los inicios de la Carolina del Carmen cantante deben ser rastreados en un ya bastante lejano 2008, cuando Jaime Torres la animó a cantar en el Tantanakuy. "¿Te animás a cantar unas coplas?", cuentan que le preguntó el charanguista. Dijo que sí, y nada fue igual desde entonces.

Su participación, un par de años después, en La jaula abierta, un impertinente espacio de canciones, poesía y otras cuestiones expresivas en el que compartió el rol de anfitriona con Rita Cortese, Lidia Borda, Teresa Parodi y Dolores Solá, potenció el deseo de encontrar su propia voz en la música.

Con la experiencia no alcanza

En su mochila cargaba la experiencia de casi una década de pasarelas, un debut actoral en teatro y un paso inicial algo fallido por la tele como la protagonista del comic futurista Cybersix, que la hizo tomar un poco de distancia para regresar mejor preparada para el desafío.

Mientras, su relación con Luis Alberto Spinetta la sometía por un rato a una sobreexposición que ambos intentaron desactivar. A la distancia y fiel a su decisión de mantener su vida personal en un bajo perfil, Peleritti prefiere rescatar lo mejor de aquellos días. 

“Haber compartido vida con una persona como Luis cambió mi forma de ver y de sentir, no sólo la música. Por entonces no tenía decidido cantar. Todo lo contrario. Pero es una referencia importantísima. Es de esas personas que te guían para que puedas ver las cosas de una manera definida”, resumió tiempo atrás, en una entrevista en este mismo diario.

La vuelta a los escenarios, esta vez con "la cocción a punto", fue con Confesiones de mujeres de 30; a partir de entonces, comenzó una nueva etapa actoral, que también la codeó con frecuencia con el cine y, nuevamente, con la televisión.

Sin embargo, Peleritti admite que la experiencia no le resultaba suficiente para salir al ruedo así como así. "Desde entonces hubo una necesidad de hacer un proceso y un aprendizaje. Por más que había una decisión, sentía que tenía que seguir caminando, abrazando un repertorio, cantando en vivo…", cuenta.

Y amplía: "Este trabajo, que incluye la decisión de no haber salido a grabar nada antes, tiene que ver con sentirme cada vez más segura de lo que estaba eligiendo, más tranquila, disfrutando del cantar. Que no tuviera que demostrar nada".

-¿Cómo te diste cuenta de que era el momento de hacerlo?

-En 2019, cuando aparece como primera canción Aleteo, que es mía, empieza a pasar esto de que hay cosas que se van decantando, que se van poniendo más fuertes. Hoy por hoy, cantar en vivo es algo de total disfrute.

La decisión de crear un material, de meterme en un estudio, que es algo que no había hecho nunca, fue una decisión que empezó a tener una intención y una claridad que indicaban que era el momento de hacerlo.

Este material me pone en un lugar hermoso, porque tengo algo propio para mostrar y a la vez siento que es un punto de partida hacia abrir y entregar lo que me gusta. No es que llegué hasta acá y listo.

Un nuevo punto de partida a punto de cumplir 50

-Hablar de un nuevo punto de partida a punto de cumplir 50 años resignifica, de algún modo, eso de que "hay un tiempo para todo". Algunos lo pueden ver como la resignada señal de que si no lo hiciste cuando se suponía que debía ser, perdiste; en este caso funciona como un estímulo en plan de que siempre habrá un momento para hacer lo que uno desea. De hecho, podrías haber explotado tu nombre de una manera mucho más provechosa en otro momento. Hoy hay quienes tienen que hacer un ejercicio de la memoria para recordar quién sos y de donde venís.

-Es que no hay nada que tenga que ver con lo que tendría que ser o con lo que tendría que haber hecho. Para mí no tiene que ver con lo que podría haber hecho o a qué le podría haber sacado el jugo. Soy muy consciente de que estos son mis tiempos personales de cocción.

-¿No te lo sugirieron o propusieron, antes?

-Sí, pero tiene que ver con qué tiene uno para decir, y no con cuándo te lo están proponiendo. Antes hubiera podido hacer una grabación pero no había nada que contar. 

Todo eso tiene que ver con una madurez, con haber transitado un camino, con tener un montón de aliados que me acompañan. No hay que salir a hacer nada que uno no quiera o para lo que uno no está preparado.

Es algo orgánico. Siempre fui así, de respetar mis procesos, de sentirme segura de lo que quiero mostrar y quiero poner. Y me hace muy feliz poder cantar y haber encontrado mi voz.

Es un un proceso que viene desde que tenía 18 años. Es un proceso largo, y muchas veces no está a la vista; cuando se ve es porque ya está cocinado. Y eso me pasó siempre.

Abrazada y en sintonía con los colectivos

-¿En qué lugar te ubicás con respecto a los colectivos femeninos o feministas, que tanta fuerza fueron tomando durante estos últimos años? ¿Te sentís incluida, lo mirás desde afuera, entrás y salís...?

-Desde el inicio, me siento abrazada. Mi camino no es un camino solitario; siempre lo pude compartir. Me sentí apadrinada por Jaime, por mis compañeras de La jaula, que ya tenían un recorrido. Y me siento integrada con todo lo que está sucediendo.

Hay algo que justamente tiene que ver con la voz, con las voces femeninas, que se fueron agrupado para ser escuchadas, para ser más visibles en ciertas cuestiones muy muy potentes, desde el cupo femenino a la despenalización del aborto. Un montón de cosas que fueron muy importantes.

Los movimientos, grupos y voces de los que me siento parte. Aún cuando cada una hace su propio camino, nos podemos acompañar.

-Uno de tus mundos es el del modelaje, que siempre se manejó con un criterio de belleza que, a pesar de estar en cuestión desde hace mucho, en gran medida sigue prevaleciendo. ¿Cómo te llevás con eso?

-Creo que lo más importante es ser quien uno es, seas bello, no seas bello… Y cada vez es más fuerte eso de afianzarnos en lo que somos, en lo que queremos hacer, en con quién queremos estar, en lo que nos gusta y lo que nos gusta. Eso es lo más importante.

Yo hice ese camino. Es cierto que empecé en el camino de la moda, de la estética y la belleza, pero hoy siento que lo más importante, y creo que soy la primera que lo lleva adelante, es ir en busca de lo que uno es y no estar aparentando ser otra cosa.

-¿Te paso haber estado en esa situación de aparentar lo qué?e no eras?

No, en realidad uno se va conociendo. Siendo muy joven y empezando en un trabajo que tiene que ver con la estética, con la moda, con ser hacia afuera en una imagen, de pronto uno tiene que ir hacia la propia persona, a hacer un trabajo personal que te acerque a vos y a lo que viniste a hacer.

En mi caso, creo que se ve. No tengo que salir a decir nada, ni a tratar de bajar una linea en cuanto a lo que tendría que ser. Pero es fundamental que uno sea libre. Esa es la belleza, para mí. No hay una belleza que te ancle en otro lugar. Me parece que lo que está sucediendo va hacia ahí.

-¿De veras lo creés?

-Sí. Es verdad que a veces hay una mirada distorsionada. Pero cada vez más hay que apuntar, sobre todo en las nuevas generaciones, a que cada uno sea quien es y no tenga que sufrir o ir en contra de eso, en función de que lo acepten o quieran.

-Decía antes que vas a cumplir 50 en un par de meses...

Sí. Me toca cumplir 50 años, y siento que es un momento de mucha plenitud y de integración.

-Hace 10 años decías que en algún momento te iba a llegar, pero por ahora no sucedió. A simple vista, se te ve como si estuvieras envuelta en un aura de libertad pero, ¿cómo te llevás con los mandatos?

-Así soy. Lo que ves es lo que soy. Un ser libre. Cada vez más, en el sentido de no tener que pedir permiso y también de ir eligiendo. Todos tenemos ciertos mandatos, sobre todo familiares, muy guardados. Pero la vida también te va poniendo en esta situación de ir eligiendo lo que uno quiere y de seguir siendo libre con esa elección.

Eso es lo que me está pasando a mí en este momento. He tenido que transitar por un montón de cosas, como todo el mundo. pero creo que he aprendido a ser libre con mis elecciones.

Un nuevo verbo para un nuevo tiempo

-En alguna declaración tuya leí que conjugaste en verbo "intencionar". Busqué en la RAE, y no existe. ¿De donde lo sacaste?

-Creo que tiene que ver con la construcción de este presente, cuando de pronto todo lo está pasando en este tiempo nos hace perder el control y no saber qué va a suceder con todo lo que proyectamos. Eso nos pone en un lugar de mucha incertidumbre.

Entonces todos empezamos a vivir más en el presente y en situación de intencionar. Yo intenciono hoy lo que realmente me gustaría que pase. No proyecto, intenciono. Y si realmente eso tiene que suceder, va a suceder con mucha fuerza. Y si no tiene que suceder, no va a ser.

De eso va un poco el verbo que inventé. Podemos intencionar, pero ya ni siquiera podemos proyectar. Eso de yo el año que viene quiero hacer tal cosa… Sería como que no. No sabemos. No tenemos ni idea. El control se nos fue de las manos. 

Aleteo, un collar artesanal de canciones 

-Aleteo tiene seis canciones. ¿Grabaste más? ¿No son pocas?

-No. Yo creo que estas seis son mucho, en mi caso. Fue un montón de trabajo y hay una elección muy consciente. Aleteo, la canción, fue la flecha que abrió las ganas de querer cantarla en vivo. Fue una sensación muy hermosa, porque a mí me resultaba muy particular hacer una canción propia dentro de un repertorio elegido. Es muy distinto.

Coplas para la luna, del Chivo Valladares, lo mismo que Verde romero, un motivo popular riojano anónimo, son parte del repertorio del vivo y tenían que estar. Ahí tienes un repertorio absolutamente folclórico, tradicional, arraigado.

Cuando pensé en convocar a Santiago Vázquez, él me sugirió buscar un anónimo; mi amiga Laura Peralta me pasó un montón de material de Leda Valladares, y encontramos Ay mis tiempos (Florcita y cardón). Y al encontramos con Santiago empezamos a crear hacer ese universo sonoro que pensó para que después yo metiera la voz.

Zamba del renacer surgió de una conversación muy plutoniana -astrológicamente hablando- con Max Masri sobre todo este tiempo de vida-muerte-vida que estamos atravesando. Este tiempo tan fuerte, de tanto movimiento colectivo

Cuando terminamos de grabarla, invitamos a mis grandes amigas Luciana Jury, Sofía Viola y Victoria Morán, con quienes compartimos la intimidad de la música cuando nos encontramos en las casas y tocamos, cantamos, nos prendemos un fuego y compartimos un vino en esa intimidad.

En Aleteo, que era mi tema, fui al encuentro de Daniel Martín, a quien le encantó. Y con Petecto (Carabajal) pasó algo muy hermoso. Es un gran amigo, y también todo el tiempo me manda canciones, chacareras que van saliendo de él.

Un día me animé a mandarle la letra de Un suspiro, y se vé que le gustó porque volvió con la música. Para mí fue muy fuerte, porque no me lo esperaba.

Y hay algo muy importante, en este ensamble, porque casi todo se grabó en el estudio de Coca Monte y de Panda Elliot, en diferentes momentos pero en el mismo lugar. Entonces, el sonido es integrado. Luego, el mastering pasó por la magia de Edu Bergallo.

Además, en la realización del disco participaron Diego Rolón en guitarras, Amilcar Ábalos en bombo, los hijos de Peteco Homero y Martina, Alejandro Ros en el diseño de la tapa, Jazmín Calcarami, Liber Artis madretierra Evans Kurchan, Silvia Badariotti y Laura López, entre otros aliados.

Hay un tejido artesanal, de fibra por fibra, de color por color, de creación en creación, de pensamiento aunado con cada uno de los productores; y a la vez que todo converge en mí. Es como un collar en el cual armé una pieza, después otra, y otra... Y ahora tengo un collar de canciones.

La actriz, en línea de largada

"La actriz está abierta, si el proyecto me motiva a hacerlo", dice Carolina del Carmen. Y actualiza su cuadro de situación en su mundo actoral: "En el 2020 me convocaron para una serie de Brasil, que se estrenó en Nexflit, Boca a Boca, en español El reto del beso".

Y agrega, con entusiasmo: "Fue una experiencia hermosísima, volver a actuar, trabajar con un elenco íntegramente de Brasil y con su director Esmir Filho, hablar en portugués... Aparezco en los capítulos 3 y 4. ¡Un personaje a medida!"

Y automáticamente su recuerdo levanta vuelo. "Cuando me lo ofrecieron y por lo cual me convocaban fue un regalo para mí. Porque fluyó hermosamente, y en ese 2019, viajaba a Brasil para filmar y luego viajaba a Japon a cantar, para girar por allí por segunda vez".

E.S.

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