Parece que los integrantes de El Otro Yo hicieron caso a su misma prédica y se contagiaron cada uno de la energía del otro. Porque, sentados a la mesa de un bar, se nota que los cuatro músicos están sanamente ansiosos por la inminente aparición de Fuera del tiempo, séptimo disco de estudio, producido por el norteamericano Billy Anderson (Sick of it All, Melvins, Los Natas) y primero con la guitarra del ex Los Brujos, Gabriel Guerrisi. El brillo en los ojos de Cristian Aldana recuerda al de los días de Abrecaminos, el álbum más exitoso y luminoso de la banda, y eso refuerza la primera idea que transmite el nuevo trabajo: ya no hay nubarrones en el cielo de El Otro Yo.
"Con un disco llamado Fuera del tiempo termina de quedar claro que EOY tiene una búsqueda espiritual", se planta el cantante y guitarrista. "Fijate los nombres de los discos: Abrecaminos, Contagiándose de la energía del otro, Mundo, Colmena... Se nota que el grupo desarrolla una búsqueda espiritual y que no tiene problemas en hacer de ella una canción y compartirla con la gente. Por eso entiendo la identificación de los chicos, que dicen: 'Loco, El Otro Yo me hace bien'. Eso viene de un lugar real, porque nosotros también tratamos de poner cosas que nos hagan bien. Obviamente que eso varió con el tiempo, porque maduramos y crecimos. Y está bueno que sea así, porque acompañamos nuestra evolución con nuestro trabajo." El baterista Ray Fajardo explica que, cuando finalmente aparece un nombre para el disco, es generador de nuevos sentidos: "Fuera del tiempo es muy representativo hasta de la banda: los tiempos que tenemos por nuestra autogestión y por nuestra forma de hacer los discos están fuera del tiempo normal de las bandas. En nuestras charlas más abstractas, el tema del tiempo siempre surge".
Tal vez la búsqueda espiritual de EOY haya provocado que el amor aparezca en buena cantidad de las 19 canciones que componen Fuera del tiempo. Desde el comienzo mismo, la cantante y bajista María Fernanda Aldana plantea el amor como única salida frente a un Apocalipsis cuyas señales de alerta pueden encontrarse en "los cambios climáticos que están azotando cada vez más el planeta". "Si los seres humanos hubiéramos sabido amarnos, no habríamos hecho tan mierda el planeta. Por poner el amor por debajo de cuestiones materiales, llegamos a este punto en el que se nos viene todo abajo. Y la canción habla de que la última esperanza, la última luz, es el amor." En Amor fuego, en tanto, su hermano –antes asumido mujeriego serial– sorprende hablando de amor eterno: "Hacía mucho tiempo que no hacía una canción de amor. El mensaje claro de la letra es el amor para siempre, pero desde la libertad, desde dejar de lado el machismo, el orgullo y la posesión en una relación. Porque desde ahí sí se genera una relación para siempre. Está buenísimo porque es muy contradictoria con No me importa morir, por ejemplo. Al mirar para atrás, me doy cuenta de que he evolucionado en mi forma de ver al amor y está bueno poder transmitirlo en una canción".
–A pesar de que hablaron sobre la búsqueda espiritual, no hay un pensamiento monolítico, lo que se lleva bien con la variedad de estilos que condensaron: hay bases disco, punk, heavy, experimentación, pop y hasta rap.
Gabriel: –Lo que me sorprendió a mí de este disco fue que recién al momento de grabarlo descubrí todo lo que habíamos hecho. En el disco hay mucha data de cada uno, aunque en el momento de los ensayos simplemente tocábamos. Pero cuando hice un repaso de la cantidad de arreglos de guitarra que había, dije: '¡A la mierda!'. Pasa lo mismo con las letras, que tocan una gran cantidad de temas: hay mucha data y eso enriquece al disco.
–¿No es éste el disco que tendrían que haber sacado después de Abrecaminos? Es un álbum con mucha luz, muy positivo.
Ray: –Qué loco, porque el otro día una persona nos dijo que le parecía un disco muy oscuro. Como con una nostalgia, una melancolía... Nosotros sentimos que tiene luz y melancolía, pero no termina de ser un concepto tan dirigido hacia un solo lugar. Para mí, el disco va más para el lado de la luz, de la búsqueda por distintos caminos, pero a veces damos una pincelada negra, que viene por la música que escuchamos: Velvet Underground, The Cure... Pero siempre al final hay como una luz, una apuesta al amor, a la comunicación real entre las personas como generador de cambios.
María: –Incluso Apocalipsis tira una salida, porque te dice que busques el amor.
Ray: –Lo que pasa puntualmente con las letras de María, aunque hablen sobre los cambios climáticos, para mí son metáforas de las vidas de cada uno de nosotros. Cuando habla de un volcán, no me imagino sino un volcán de situaciones en las que uno genera esa descarga, esa erupción de sensaciones. Y creo que a mucha gente va a pasarle eso: va a llevar estas letras a situaciones cotidianas, con la idea de que nada se destruye sino que todo se transforma.
–Hace unos años, en una entrevista del NO, ustedes asumían que se habían corrido del lugar de exposición al que habían llegado con Abrecaminos. ¿Este disco pide que regresen a ese sitio?
Cristian: –Nosotros elegimos el camino que se nos presenta naturalmente. Los cambios se generan a medida que pasa la vida. Si en algún momento estuvimos en un lugar más al costado, tal vez era porque en ese momento sentíamos que necesitábamos eso. Pero lo más importante es que tenemos la libertad de poder elegir. Ahora estamos en un momento re bueno, con un montón de experiencia encima y con muchas cosas para dar. Queremos que este disco nos lleve otra vez a lo que más nos gusta, que es tocar en todos los lugares donde nos sea posible. Queremos editarlo en México, viajar a Europa, donde todavía nunca fuimos...
María: –Este es un momento muy sólido para el grupo. Me acuerdo de esa nota que mencionás. Pero hay que pensar que estábamos en un momento muy especial, porque se había muerto Ricky (Espinosa, líder de Flema y amigo de EOY) y a los dos meses murió mi mamá, al poco tiempo Ezequiel (Araujo) se fue del grupo... Estaba todo ahí, aunque nunca bajamos los brazos.
Ray: –Con Abrecaminos se llegó a un nivel de exposición que hizo que necesitáramos volver a la intimidad del grupo y a los seguidores reales de nuestra música, que fue lo que pasó con Colmena y Espejismos, que es un disco garagero, anticomercial por donde se lo mire: por su onda, por el tipo de canción, por su velocidad, por su distorsión. Sentimos la necesidad de hacerlo y de mostrarlo en vivo, sabiendo que nuestros seguidores están siempre ahí. A veces necesitás descansar, cerrar la puerta de tu casa y quedarte con la gente que ama tu música. Pero ahora hay una necesidad fuerte en nosotros de sacar algo nuevo, después de todas estas turbulencias que hubo con situaciones difíciles, de rupturas, de cambios, de regeneración. Hoy somos como un grupo nuevo, lo sentimos así. Para mí, ésta es la mejor formación de EOY, por lo menos desde que entré a la banda. Estamos unidos artísticamente, perfilados hacia un mismo lugar, con la sensación de haber sobrevivido a todo y con ganas de disfrutar con cosas positivas. Y eso es lo que se escucha en el disco.
Gabriel: –EOY tuvo un camino muy particular con respecto a lo que es usual en el rock de acá. Ellos radicalizaron la idea de la independencia desde un principio y eso les abrió un camino de libertad muy grande, en muchos aspectos, pero en ese camino hay cosas que no están probadas. No sé si atribuirle lo que pasó en Abrecaminos a fenómenos ya probados, porque es un grupo muy particular, que siempre se manejó de una manera propia. Veía eso desde afuera del grupo. Y ahora, estando adentro, veo que no se sabe qué puede ocasionar este disco como "producto". Este grupo espera cualquier sorpresa y eso está bueno.
–Espejismos había salido en 2004. ¿Por qué tardaron tres años en publicar un nuevo disco?
Cristian: –Se dieron los tiempos así. Además de que hicimos varias giras, también queríamos ver bien cómo íbamos a hacerlo, estábamos encontrándolo.
Ray: –Primero volvimos a encontrarnos como trío. Cuando Ezequiel dejó la banda, tomamos la decisión de volver al pilar sonoro, que es el trío, y reproducir las canciones de Espejismos al sonido de a tres. Fue como que nos encerramos en nosotros, con la idea de que nunca más entrara nadie, pero de a poco fuimos curando esas heridas, tratando de abrirnos un poco y de ver qué era lo mejor para el grupo en lo artístico. Entonces nos dimos cuenta de que para experimentar lo que queríamos necesitábamos otro guitarrista.
–¿Por qué eligieron a Gabriel?
Cristian: –Tiene que ver con una idea que siempre tuve. No sé por qué, pero siempre sentí que en algún momento íbamos a tocar con Gabriel. Nos conocemos desde chicos y siempre me encantó cómo toca. Incluso tocamos juntos en Los Apáticos, el primer grupo punk en el que toqué. En los '90, Gabriel fue el guitarrista. De hecho, Los Brujos fueron los primeros en surgir de todo ese movimiento. Y lo que me pasó con Gabriel fue muy loco y muy parecido a lo que me pasó con Ray. Cuando Omar (Kischinovsky, primer batero) dejó la banda, estaba seguro de que el batero era Ray. No sabía cómo hacer para decirle que viniera a tocar con nosotros, porque él estaba en Chiquero y eran amigos nuestros, pero María se lo encontró y terminó tocando con nosotros. Lo mismo me pasó con Gabriel: salimos con Espejismos cuando Ezequiel ya no estaba en la banda y había guitarras que estaba bueno que fueran interpretadas por otro guitarrista. Y automáticamente supe que Gabriel era el que queríamos. El estaba como cerrando una etapa con Juana La Loca y nosotros empezando una nueva. Al poco tiempo recibimos un llamado de Gaby para decirnos que ya estaba listo y le contestamos: "Bueno, mañana tocamos en Obras, ¿venís?". Ensayamos al rato y de ahí directo al show. Y no paramos más.
Gabriel: –Cristian me llamó el mismo día en el que estaba dejando Juana. Fue muy loco... Es más, estaba conversando con mi viejo sobre que iba a quedarme sin trabajo, y justo me llamó Cristian. Cuando entré a la banda, a Ray lo conocía sólo de vista, nunca habíamos hablado, pero me encontré con un grupo con ganas. Sobre todo, con ganas de dar. Y me brindaron todo su espacio, así que estoy muy agradecido.
–Duraste poco como "músico invitado".
Gabriel: –Estuvo todo re bien desde un primer momento, pero nos pareció lógico darnos un tiempo para formalizar. Sobre todo porque Espejismos tenía un tiempo de desarrollo y yo no había estado, me estaba acoplando después. Me parece que éste es un buen momento para formalizar al cuarto integrante. Aparte me siento mucho más cerca de este disco.
Ray: –Quisimos que los tiempos fuera los correctos: conocernos, que él conozca a la banda, ver el compromiso que tenemos entre cada uno de nosotros y cómo funcionamos en equipo, antes de tomar la decisión de que él se convirtiera en un integrante. No queríamos tener la ansiedad ni la ingenuidad de adelantarnos, porque muchas veces operamos por instinto y nos damos la cabeza contra la pared. Quisimos aprender de la experiencia.
María: –Aprendimos muchísimo de todo lo que pasó. Al fin y al cabo, nos sirvió.
Cristian: –Para nosotros, Gabriel es El Duque.
María: –Porque es el más fino.
Ray: –Por su presencia, su diplomacia...
Cristian: –También es La Leyenda, aunque eso fue medio autobombo.
Ray: –En un momento de la gira teníamos una nota los dos y el periodista me dice: "Fijate cómo podemos hacer mañana para hacer las fotos con vos, Cristian y María". Y se escuchó una vocecita que decía: "No se olviden de La Leyenda". Nos matamos todos de risa y le quedó La Leyenda. Ya es un mito que ha cruzado las fronteras.
María: –Ahora en serio: sabía que Gabriel era un gran músico, pero al momento de escucharlo mientras estábamos grabando, notaba cómo sacaba del baúl, no paraba. Tiene muchas ideas buenísimas. Está buena la dupla de las guitarras, porque Cristian es más guarro, más sucio, y El Duque es fino.
Gabriel: –Como Cristian es un gran guitarrista, me da a mí la libertad para unirme tanto a la base rítmica como a la voz, dependiendo del momento del tema. Estoy en un lugar privilegiado, porque puedo moverme de un lado al otro sin problemas. Se pueden encontrar guitarras que están haciendo algún coro, armónicamente, porque van con la voz.
Cristian: –Si me preguntan quiénes me influyeron como guitarrista, tengo que mencionar a Gabriel Guerrisi. Es una influencia directa, como Joey Santiago (Pixies), East Bay Ray (Dead Kennedys) y Thurston Moore (Sonic Youth). Por eso es que siempre quise que tocara en EOY. Disfruto mucho de tocar con él, no hay ninguna guerra de egos.
–¿Por eso en Fuera del tiempo hay más canciones de María que en los discos anteriores?
Cristian: –Fue un momento en el que ella tuvo más cosas para decir, y para nosotros está buenísimo que tuviera la libertad para expresar lo que le estaba pasando. Además, todo lo que traía nos gustaba, así que era natural que se diera de este modo.
Ray: –Trajo como cuarenta canciones. Trabajó mucho durante este tiempo.
Gabriel: –Soñó mucho.
María: –Es verdad que soñé mucho y que de ahí salieron muchas canciones. Cuarenta son las que les mostré a ellos, pero tengo muchas más. Casi todos los días hago una canción nueva, pero por ahí son un desastre. Me salen cosas muy deformes, porque me gusta mucho la música experimental, y es muy raro compartirlas. Cuando me sale algo más cantable, que puede tener un ritmo de batería, se las muestro a ellos. Y es un honor y una suerte que a ellos les gusten las canciones que hago, porque le aportan mucho como músicos a mis composiciones. Volcán, por ejemplo, la escribí yo, pero al final sentí que la habíamos hecho entre todos, por todo lo que le aportaron ellos.
–El Otro Yo ha hecho de la independencia un emblema, pero para este disco decidieron trabajar con una discográfica y productora como Pop Art. ¿Por qué?
Cristian: –Es una experiencia única, porque todo lo que fuimos generando como banda y a través de la Unión de Músicos Independientes (Cristian Aldana es uno de los fundadores), nos llevó a un lugar en el que hoy podemos sentarnos con Pop Art para poder acceder a difusión masiva, cosa que no podíamos lograr solos. Con nuestro humilde Besótico hemos logrado cosas increíbles: hicimos un disco triple, un DVD, editamos en México. Hemos sobrepasado todas las posibilidades que podíamos tener trabajando solos. Pero eso nos llevó a tener la posibilidad de trabajar junto con Pop Art, una nueva forma de trabajo. Igual, nuestros discos seguirán vendiéndose en los recitales, el arte de tapa lo hicimos nosotros y usamos los convenios de la UMI, por ejemplo, para poder fabricar el arte con seis tapas intercambiables. Seguimos con la esencia del grupo. Pero nos sirve acceder a difusión masiva porque queremos que la gente nueva pueda descubrir la música de EOY.
Ray: –Esto puede abrirles la puerta a otras bandas, porque es una experiencia que puede demostrar la posibilidad de una sociedad en la que el músico sea dueño de lo que hace y tener el control, y también contar con el apoyo de gente que está más preparada para la difusión y distribución. A veces los grupos más chicos nos hacen preguntas con respecto a los límites que puede tener la UMI, para que la autogestión no se termine en grabar, fabricar el disco y dejarlo en la radio del barrio. Esta experiencia es para ver hasta dónde se pueden romper esos límites.
–La Renga tiene un acuerdo parecido.
Cristian: –Sí. Y también está en la UMI. Son nuevos tiempos que corren. Por otra parte, ¿qué cuestionamiento ideológico se le puede hacer a EOY? Si hicimos todo... No hay nada que cuestionarnos.
Ray: –Además, la gente toma como un logro propio cuando al grupo le va bien. Eso lo sentimos cuando llegamos de forma independiente a Obras. A nosotros nos pasa algo similar cuando escuchamos las radios, que son bastante monótonas, y de repente ponen una canción de un grupo que nos gusta: está bueno que se ocupe esa porción de tiempo en algo que no sea más de lo mismo.
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