Hace 34 años lo enterraron en el Cementerio de Avellaneda y desde
entonces cada 22 de diciembre los fanáticos de Sumo van a homenajearlo.
Pero entre los propios empleados del lugar hay muchos que afirman que ya
no está allí.
Nació y creció en Europa, y las vueltas de la vida lo llevaron a instalarse en Argentina y, en menos de una década entre Córdoba y Buenos Aires, convertirse en ídolo y leyenda. Luca Prodan pasó por Traslasierra, Hurlingham, el Abasto, murió en San Telmo y su cuerpo fue a dar a Avellaneda.
Hace 34 años que los fanáticos van a visitar los restos del cantante y líder de Sumo, que todavía descansan en el Sur del Conurbano bonaerense. O tal vez no.
Luca Prodan
tenía 34 años cuando se presentó en lo que sería su última
actuación, el 20 de diciembre de 1987, en el estadio Alberto Gallardón
del Club Atlético Los Andes, en Lomas de Zamora. Dos días después, fue encontrado sin vida en su casa del barrio porteño de San Telmo.
A pesar de que el cantante vivió sus últimos años en la Ciudad de Buenos Aires, sus restos fueron llevados al Cementerio Municipal de Avellaneda.
Algunos sostienen que iba a ser enterrado en el cementerio de
Chacarita pero hubo ciertos problemas legales y resultó más sencillo
trasladarlo al otro lado del Riachuelo.
Primero tuvo su tumba
común. Pero algunos años después su familia -desde mediados de los 90 su
hermano Andrea empezó a vincularse con la Argentina, donde finalmente
se radicó- decidió inhumarlo bajo una roca traída desde el valle cordobés de Traslasierra, el primer lugar en el que se instaló apenas llegó al país.
Desde entonces, esa roca de Nono se transformó en un monumento y parada obligada para quienes visitan el cementerio.
"Luca vive", "Gracias por tu arte" y "Simplemente gracias" son algunas de las tantas frases escritas por los fanáticos sobre la piedra.
Sobre el monolito suelen también apoyar desde cruces y flores hasta
botellas de alcohol vacías, convirtiendo en espacio en un lugar
inconfundible.
Según los cuidadores del cementerio, la roca de Prodan es una de las grandes atracciones del lugar:
"Preguntan mucho por él, es como un punto turístico", aseveran. Llegan
personas desde el interior y hasta del extranjero, únicamente para tener
su foto junto al icónico monumento.
"Siempre vienen a sacarse
fotos y esas cosas, es impresionante cómo vienen a verlo", cuenta un
empleado del cementerio. Y si bien con el correr de los años la cantidad
de visitantes ocasionales fue descendiendo, los 22 de diciembre son
diferentes, y los seguidores de Luca peregrinan hasta el barrio
avellanedense de Villa Corina para pasar el rato junto a la tumba.
"Siempre viene gente, acá ya lo sabemos", afirma el cuidador. Quienes
llegan para visitar a Luca suelen sentarse alrededor de la roca, tocar
la guitarra y tomar alguna bebida alcohólica. "Antes se quedaban todo el
día así", asegura. Menciona a famosos que pasaron por el lugar y dice
los nombres de Roberto Pettinato -su compañero en Sumo-, Pity Álvarez e incluso Charly García.
Los empleados no recuerdan haber registrado ningún tipo de incidente grave: "Desde que está la piedra ahí jamás vi una pelea. Por lo general vienen, se sientan y conversan tranquilos".
A 34 años de su muerte, hay algo que divide opiniones entre los empleados del cementerio. Discuten si verdaderamente los restos de Prodan están efectivamente debajo de la roca.
Algunos afirman que fue cremado, que su familia decidió trasladar sus
cenizas a Europa, y otros insisten en que Luca nunca se fue del Sur del Gran Buenos Aires.
"Es una duda que todos se plantean, aunque la mayoría dice que está ahí abajo y que no se lo llevaron. Es un 50 y 50", agrega el cuidador. Él es de los que creen: "Yo estuve en el sepelio. Vinieron familiares de Luca. Y para mí los restos están acá, los dejaron".
Mientras
tanto, el monumento continúa llenándose de frases, prendas y objetos
traídos por los mismos fanáticos de Luca Prodan y de Sumo, que cada 22
de diciembre llegan a Avellaneda para homenajear su memoria.
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