El corazón del punk feminista: cómo fue el debut de Bikini Kill en la Argentina

A principios de los '90 fue el grupo fundador del movimiento Riot Grrrl. Está liderado por Kathleen Hanna y Tobi Vail.-Se volvieron a reunir hace cinco años y tocaron en el ART Media porteño, en el marco de su primera gira sudamericana. Pocas bandas en la historia del rock reescribieron las reglas. Y cuando lo hicieron, fue en términos de éxito, producción, sonido, decibeles, moda, marketing. El rock sigue, fracaso tras fracaso,esperando un mesías que se presente en los mismos términos que los que alguna vez triunfaron.Avizorar a los nuevos Beatles, Rolling Stones, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, David Bowie, Sex Pistols desde la repetición de sus logros en la mímesis de nuevos intérpretes es donarse al malentendido. Será por eso que desde el día que Kurt Cobain decidió terminar con su vida y la de su grupo, Nirvana, ninguna banda asumió por mérito y sustancia el destino del rock como una palanca de cambio cultural. Dicho todo eso, puede uno destaparse un oído y cubrir el otro. Ento

El Indio Solari

Jóvenes 73

El Indio Solari cumple años y lo llenaron de saludos

Las redes sociales homenajean al músico. Un repaso por la vida y trayectoria del músico de los Redonditos de Ricota.


 

Muchos de sus fans no pueden creer que el tiempo haya volado: el Indio Solari cumple 73 años este lunes 17 y las redes sociales se llenaron de homenajes para uno de los más importantes líderes de la escena argentina de los últimos cuarenta años y uno de los ideólogos más lúcidos de todo el rock de habla hispana.

Carlos Alberto Solari nació un 17 de enero de 1949 en Entre Ríos, pero su historia comenzó en La Plata, adonde llegó siendo un crío. La extraordinaria ebullición intelectual y contracultural de una ciudad universitaria en constante incendio de neuronas hizo posible que los protagonistas de varias revoluciones hicieran sinapsis.

El nacimiento de los Redondos

Entre ellos, y en un principio, Solari y Guillermo Beilinson (cineasta). Ambos escribieron, filmaron, miraron. Luego fue el turno de Solari y Skay (Eduardo Beilinson, hermano de Guillermo), la otra pata de la historia redonda. Skay y el Indio hicieron las músicas, las letras, un show casi hermético e imperdible, y diseñaron la bandera de un rock diferente.

 

Muchos de sus fans no pueden creer que el tiempo haya volado: el Indio Solari cumple 73 años este lunes 17 y las redes sociales se llenaron de homenajes para uno de los más importantes líderes de la escena argentina de los últimos cuarenta años y uno de los ideólogos más lúcidos de todo el rock de habla hispana. Carlos Alberto Solari nació un 17 de enero de 1949 en Entre Ríos, pero su historia comenzó en La Plata, adonde llegó siendo un crío. La extraordinaria ebullición intelectual y contracultural de una ciudad universitaria en constante incendio de neuronas hizo posible que los protagonistas de varias revoluciones hicieran sinapsis. El nacimiento de los Redondos Entre ellos, y en un principio, Solari y Guillermo Beilinson (cineasta). Ambos escribieron, filmaron, miraron. Luego fue el turno de Solari y Skay (Eduardo Beilinson, hermano de Guillermo), la otra pata de la historia redonda. Skay y el Indio hicieron las músicas, las letras, un show casi hermético e imperdible, y diseñaron la bandera de un rock diferente. 

Y ahí estaba la Negra Poli (Carmen Castro, ¿"Patricio Rey"?), organizadora de todo asado mental. Y Rocambole (Ricardo Cohen), el artista plástico de cuya magnífica inventiva nació la imaginería de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y su paso gráfico a la posteridad.

Los Redonditos de Ricota, además y también, lograron poner en práctica lo que muchos consideraban imposible: la absoluta independencia de sus discos, sus conciertos y su promoción. Nunca dependieron de nadie. Fueron representados por ellos mismos. La misión tuvo, por supuesto, sus obstáculos, sus errores y sus desprolijidades.

La separación

Con los años, el público mutó, el país también, y los episodios de violencia catártica terminaron haciendo un agujero (redondo) en una ricota que nunca fue magra. "¿Vos pensás que los chicos nacen malos?", preguntó el Indio ante las diatribas que sindicaban al grupo como provocador de desmanes.

 

En abril de 2000, un cuarto de siglo después del comienzo de la leyenda, 140 mil personas fueron al estadio de River Plate a escuchar a los Redondos. Nunca se había visto nada igual. Sin embargo, las balas de goma y los heridos (y un muerto) siguieron alimentando la debacle.

Poco más de un año más tarde, en Córdoba, la banda dijo basta. Tal vez por las suyas, no por las de los demás ("A mí me quedó un sabor agrio", confesó Solari). Pero todo estaba listo.

La etapa solista

Tras la separación, el Indio fundó su primera banda solista: Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Con su nuevo grupo, Solari editó cuatro discos de estudio: El tesoro de los inocentes (2004), Porco Rex (2007), El perfume de la tempestad (2010) y Pajaritos, bravos muchachitos (2013).

Cientos de miles de personas se movilizaban desde todo el país a cada una de sus “misas ricoteras”, como sus seguidores llamaban a sus conciertos.

Su última presentación en vivo fue el 11 de marzo de 2017 en el predio La Colmena, en Olavarría, donde cerca de 400 mil personas colapsaron la ciudad, con un trágico saldo de dos muertos. El músico quedó desligado de la causa iniciada por las muertes de Javier León (42) y Juan Francisco Bulacio (36).

El adiós a los escenarios

Tras estos incidentes y debido a un estado de salud complicado ("No tengo un futuro muy largo”, dijo en 2016 al revelar que padece Mal de Parkinson) el Indio decidió alejarse de los escenarios. Solo volvió en forma de holograma en recitales posteriores de su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.

Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari, Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi, el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale) pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio siempre supo que él era "la estampita".

"Yo era la estampita de la banda", dijo, dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente.

"Estoy tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos.

Los saludos de los ricoteros

Las redes so​ciales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo.

 

 

Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari, Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi, el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale) pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio siempre supo que él era "la estampita". "Yo era la estampita de la banda", dijo, dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente. "Estoy tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos. Los saludos de los ricoteros Las redes so​ciales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo. Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari, Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi, el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale) pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio siempre supo que él era "la estampita". "Yo era la estampita de la banda", dijo, dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente. "Estoy tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos. Los saludos de los ricoteros Las redes so​ciales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo.

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