Jóvenes 73
El Indio Solari cumple años y lo llenaron de saludos
Las redes sociales homenajean al músico. Un repaso por la vida y trayectoria del músico de los Redonditos de Ricota.
Muchos de sus fans no pueden creer que el tiempo haya volado: el Indio Solari
cumple 73 años este lunes 17 y las redes sociales se llenaron de
homenajes para uno de los más importantes líderes de la escena argentina de los últimos cuarenta años y uno de los ideólogos más lúcidos de todo el rock de habla hispana.
Carlos Alberto Solari nació un 17 de enero de 1949 en Entre Ríos, pero su historia comenzó en La Plata,
adonde llegó siendo un crío. La extraordinaria ebullición intelectual y
contracultural de una ciudad universitaria en constante incendio de
neuronas hizo posible que los protagonistas de varias revoluciones
hicieran sinapsis.
El nacimiento de los Redondos
Entre
ellos, y en un principio, Solari y Guillermo Beilinson (cineasta).
Ambos escribieron, filmaron, miraron. Luego fue el turno de Solari y Skay
(Eduardo Beilinson, hermano de Guillermo), la otra pata de la historia
redonda. Skay y el Indio hicieron las músicas, las letras, un show casi
hermético e imperdible, y diseñaron la bandera de un rock diferente.
Muchos de sus fans no pueden creer que el tiempo haya volado: el Indio Solari cumple 73 años este lunes 17 y las redes sociales se llenaron de homenajes para uno de los más importantes líderes de la escena argentina de los últimos cuarenta años y uno de los ideólogos más lúcidos de todo el rock de habla hispana.
Carlos Alberto Solari nació un 17 de enero de 1949 en Entre Ríos, pero su historia comenzó en La Plata, adonde llegó siendo un crío. La extraordinaria ebullición intelectual y contracultural de una ciudad universitaria en constante incendio de neuronas hizo posible que los protagonistas de varias revoluciones hicieran sinapsis.
El nacimiento de los Redondos
Entre ellos, y en un principio, Solari y Guillermo Beilinson (cineasta). Ambos escribieron, filmaron, miraron. Luego fue el turno de Solari y Skay (Eduardo Beilinson, hermano de Guillermo), la otra pata de la historia redonda. Skay y el Indio hicieron las músicas, las letras, un show casi hermético e imperdible, y diseñaron la bandera de un rock diferente.
Y ahí estaba la Negra Poli (Carmen Castro, ¿"Patricio Rey"?),
organizadora de todo asado mental. Y Rocambole (Ricardo Cohen), el
artista plástico de cuya magnífica inventiva nació la imaginería de
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y su paso gráfico a la
posteridad.
Los Redonditos de Ricota, además y
también, lograron poner en práctica lo que muchos consideraban
imposible: la absoluta independencia de sus discos, sus conciertos y su
promoción. Nunca dependieron de nadie. Fueron representados por ellos
mismos. La misión tuvo, por supuesto, sus obstáculos, sus errores y sus
desprolijidades.
La separación
Con los
años, el público mutó, el país también, y los episodios de violencia
catártica terminaron haciendo un agujero (redondo) en una ricota que
nunca fue magra. "¿Vos pensás que los chicos nacen malos?", preguntó el
Indio ante las diatribas que sindicaban al grupo como provocador de
desmanes.
En abril de 2000, un cuarto de siglo después del comienzo de la leyenda, 140 mil personas fueron al estadio de River Plate
a escuchar a los Redondos. Nunca se había visto nada igual. Sin
embargo, las balas de goma y los heridos (y un muerto) siguieron
alimentando la debacle.
Poco más de un año más
tarde, en Córdoba, la banda dijo basta. Tal vez por las suyas, no por
las de los demás ("A mí me quedó un sabor agrio", confesó Solari). Pero
todo estaba listo.
La etapa solista
Tras
la separación, el Indio fundó su primera banda solista: Los
Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Con su nuevo grupo, Solari
editó cuatro discos de estudio: El tesoro de los inocentes (2004), Porco Rex (2007), El perfume de la tempestad (2010) y Pajaritos, bravos muchachitos (2013).
Cientos de miles de personas se movilizaban desde todo el país a cada
una de sus “misas ricoteras”, como sus seguidores llamaban a sus
conciertos.
Su última presentación en vivo fue el 11 de marzo de 2017 en el predio La Colmena, en Olavarría,
donde cerca de 400 mil personas colapsaron la ciudad, con un trágico
saldo de dos muertos. El músico quedó desligado de la causa iniciada por
las muertes de Javier León (42) y Juan Francisco Bulacio (36).
El adiós a los escenarios
Tras estos incidentes y debido a un estado de salud complicado ("No
tengo un futuro muy largo”, dijo en 2016 al revelar que padece Mal de Parkinson)
el Indio decidió alejarse de los escenarios. Solo volvió en forma de
holograma en recitales posteriores de su banda, Los Fundamentalistas del
Aire Acondicionado.
Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno
único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari,
Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que
incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi,
el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale)
pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio
siempre supo que él era "la estampita".
"Yo era la estampita de la banda", dijo,
dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y
su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes
socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de
su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente.
"Estoy
tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la
voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la
máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es
sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se
apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde
para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos.
Los saludos de los ricoteros
Las redes sociales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo.
Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari, Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi, el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale) pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio siempre supo que él era "la estampita".
"Yo era la estampita de la banda", dijo, dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente.
"Estoy tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos.
Los saludos de los ricoteros
Las redes sociales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo.
Durante treinta años, el Indio y su troupe construyeron un fenómeno único y acaso irrepetible. Si bien el trío/familia redondo (Solari, Skay, Poli) y los artistas que los acompañaron (una entrañable lista que incluye a Semilla Bucciarelli, Tito Fargo, Willy Crook, Sergio Dawi, el periodista Enrique Symns, "el Mufercho" y hasta Lito Vitale) pusieron su estampa en escena y en estudios de grabación, el Indio siempre supo que él era "la estampita".
"Yo era la estampita de la banda", dijo, dice, dirá. Sutil, académico, de verba pulcra, Solari -y sus letras, y su música- han terminado convirtiéndose en uno de los referentes socioculturales más importantes de este país. Con la eterna reserva de su imagen ante todo soporte periodístico o mediático como ingrediente.
"Estoy tratando de no moverme más rápido que mi alma", dijo alguna vez. Es la voz y el grito, es el cuerpo puesto a prueba, es el rostro -y hasta la máscara- de varias generaciones. Sobre la hora de su muerte, el Indio es sarcástico y siempre repite: "Cuando este velador Carlitos Solari se apague, creo que se apaga y chau". Nunca se va a apagar. Ya es tarde para que se apague alguna vez. Él lo sabe. Y lo saben todos.
Los saludos de los ricoteros
Las redes sociales se llenaron de saludos de cumpleaños para el Indio Solari. Es tendencia en Twitter, y tanto Facebook como Instagram se poblaron de felicitaciones para el músico, con memes y todo.
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