Iggy Pop y Siouxsie Sioux

Iggy Pop y Siouxsie Sioux: dos símbolos del punk ahora cantan en una publicidad de helados Hacen "The Passenger", un conocido tema de Iggy que ella versionó con gran éxito en 1987. 37 años después, sirve para vender refrescos. Iggy Pop y Siouxsie Sioux son sin dudas dos leyendas de la música rock, y más específicamente del punk. Él, al frente de The Stooges primero y luego con una extensa carrera como solista que lo llevó por todo el mundo y lo tiene aún en actividad a los 77. Ella fue la líder de Siouxsie and The Banshees y también descolló como solista (ahora tiene 66). Se han admirado. Y Siouxsie se hizo mundialmente popular precisamente al grabar una canción de Iggy Pop -The Passenger- en un álbum de versiones que hizo con su banda en 1987, Through the Looking Glass. Ahora, a 37 años de esa grabación, Iggy Pop y Soiuxsie se unieron para grabar The Passenger para una publicidad de helado. El original de la canción estaba también en un disco muy exitoso de Iggy, Lust For Li

Stefan Sagmeister

 

El diseñador austríaco que realizó las portadas para grandes artistas: Lou Reed, Rolling Stones, Jay Z, Aerosmith y David Byrne


Stefan Sagmeister es el creador de algunas de las tapas más emblemáticas del rock


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Damián Damore
 

Su muestra Beauty, en MAK de Viena, fue la que más visitantes atrajo en la historia de ese museo desde 1876



La primera singularidad del diseñador austríaco Stefan Sagmeister es una afirmación que contrasta con una idea que a menudo asumimos como inescrutable: que el mundo vive su peor momento. Para él, esa idea redunda en clisé. Dice: “Si observo los acontecimientos relacionados con el mundo desde una perspectiva a largo plazo, que es la única que para mí tiene sentido, casi cualquier aspecto relacionado con la humanidad parece mejorar. Menos personas pasan hambre, menos personas mueren en guerras y catástrofes naturales, más personas viven en democracias y viven mucho más tiempo que antes”. Los datos confirman sus dichos: hace 200 años, 9 de cada 10 personas no sabían leer ni escribir. Ahora es solo 1 de cada 10.

Con sede en Nueva York, su estudio es uno de los más reconocidos del planeta. Sagmeister viajó a la Argentina para participar de la vigésima edición del festival Trimarchi, que se realiza en Mar del Plata. Fue invitado a este encuentro que reúne distintas figuras del diseño Mundial.

El austríaco fundó su estudio en 1993 con la intención de mezclar las dos cosas que más amaba: la música y el diseño. “Nos fue bien y en dos años ya estábamos trabajando para muchos grupos. Pero hacer el 26° disco no nos hizo tanta ilusión como el primero”, señala.

Stefan Sagmeister, el diseñador austríaco, creador de algunas de las tapas más emblemáticas del rock



- Trabajaste en portadas de álbumes para grandes artistas, como Lou Reed, Rolling Stones, Jay Z, Aerosmith y David Byrne; ganaste dos Grammys (uno con Talking Heads gracias al box set de Once in a Lifetime), ¿cómo organizás ese trabajo?



- Te cuento el caso de Rolling Stones, que es la historia que les interesa a todos. Antes de que definieran su título (Bridge to Babylon) me llamó Mick [Jagger] y me pidió que fuera al Museo Británico de Londres a revisar la colección babilónica, a buscar inspiración, a traerle una propuesta a partir de esa visita. Después de volver con un montón de fotos, todos estuvimos de acuerdo en que un león asirio sería un buen símbolo para la portada, así como para la gira y el material de merchandising.

- Lo relatás como si fuera algo ordinario en tu porfolio.

Antes de que definieran el título del disco (Bridge to Babylon), Mick Jagger le pidió al diseñador que fuera al Museo Británico de Londres en busca de inspiración



Es algo de lo que me interesa no hablar mucho. Creo que el diseño de portadas de disco es algo que ya hemos hecho en el pasado y quiero no repetir. En los últimos años se han diseñado muchas carátulas fantásticas, creadas principalmente por jóvenes diseñadores. Me fascinan los músicos que son capaces de crear portadas increíbles por su cuenta, como Sufjan Stevens o Karen O.

- Beauty es un libro y fue la muestra más convocante del museo MAK de Viena, ¿cómo definís la belleza?

- Es una combinación de forma, forma, color, composición, material y estructura para complacer los sentidos estéticos, especialmente la vista.

- ¿Y la fealdad? ¿Qué cosas son feas para vos?





- En mi vida cotidiana, lo opuesto a la belleza no es feo, es descuido. La gran mayoría de todo lo que es feo no ha sido creado para ser feo, existe porque a alguien no le importó. Los centros comerciales, las salidas de las autopistas, las tiendas de muebles de descuento son todos feos por casualidad. De hecho, disfruto las cosas que han sido creadas para ser feas, con intención.

- Trabajaste mucho el concepto de felicidad, ¿cuál fue la conclusión más convincente a la que llegaste sobre el tema?

- Divido a la felicidad en tres: la que dura segundos; la de mediano plazo –como bienestar y satisfacción–, que dura horas o días, y la de largo plazo, con tiempo suficiente como para descubrir aquello para lo que eres bueno en la vida.

Sagmeister trabajó con grandes artistas y, entre otros libros, publicó Hacerte mirar y Cosas que he aprendido en mi vida hasta ahora



- El argentino Tomás Maldonado fue miembro fundador del Movimiento de Arte Concreto y uno de los protagonistas de la renovación plástica de los años 40 en Argentina. Fue nombrado director en 1956 de la Hochschule für Gestaltung (HfG) y en Ulm. Allí, Maldonado vio el proceso de diseño como una metodología sistemática, científica y teórica. ¿Ese enfoque coincide con el tuyo?

- No, para nada. Mi enfoque del diseño es muy diferente de las teorías de Ulm. Allí defendían la objetividad sistemática tratando de sacar al diseñador de la ecuación; yo hago exactamente lo contrario: creo diseños en los que se vea que hay trabajo humano, con una opinión y una expresión.

Para Sagmeister la belleza es una combinación de forma, color, composición, material y estructura para complacer los sentidos estéticos, especialmente la vista.



Para refrescar su creatividad, Stefan suele tomarse años sabáticos. El interés de escapar un tiempo de su estudio de Nueva York nace de su “frustración por la modernidad”. Sagmeister retrocede hasta los años 20, década detonada por las vanguardias, y dice que hay que romper con la idea de que todo lo podría hacer una máquina. A él le seduce lo opuesto. “Hay que meter el alma en lo que hacés, tu subjetividad en el diseño que estás haciendo. Todo el tiempo quiero destacar el lado humano del trabajo y eliminar las máquinas. No es una mirada nostálgica ni pido que se haga todo a mano, pero sí hay que devolverle al diseño el enfoque humano de las cosas”.

El box set que diseñó para David Byrne y Brian Eno



 
- ¿No tuviste miedo de perder clientes cuando empezó la rutina sabática?

- No fue fácil. Tuve el temor de que el mundo donde siempre había vivido se olvidara de mí. Temía que mis clientes no perdonaran la osadía de salir de la rueda de un mercado ferozmente competitivo. Leí mucho sobre psicología y periodos sabáticos. Soy del tipo de personas que pierde interés cuando repite una actividad muchas veces, a diferencia de otras que se sienten más seguras en la repetición. Yo empecé a plantearme qué cosas nuevas podíamos hacer.

- ¿Cada cuánto te tomás un año sabático?

- Cada cinco.

- ¿Cambió mucho el diseño?

- Si alineamos los inicios del diseño gráfico con la creación de los carteles de Henri de Toulouse-Lautrec, en París, que podría decirse que fue la primera vez que un diseñador le quitó el trabajo a las imprentas e hizo algo funcional y alegre al mismo tiempo, entonces podría argumentar que seguimos intentando hacer lo mismo. Es decir, informar a la gente de forma agradable. Al mismo tiempo, los carteles de Henri son un primo muy, muy lejano del diseño de una interfaz de realidad virtual. En síntesis: si vemos al diseño gráfico desde sus inicios hasta la actualidad, ha cambiado por completo y no del todo.

- Sos de esos exponentes carismáticos, ¿qué ideas surgen en tus charlas? ¿Qué recomendarías a los futuros diseñadores?

- Les aconsejo que se tomen más en serio para que el trabajo se vuelva formalmente mucho más sofisticado. Les sugiero que seleccionen tres piezas de diseño que crean buenas y luego las copien, con tipografía y todo. Esto, por supuesto, es solo para capacitación, no para su cartera. También les indico que elijan tres piezas nuevas que contengan mucha información y que también las copien. Luego de esos ejercicios, les digo que creen tres piezas por su cuenta: un póster, un sitio web y una marca.

- Sé que te gustan las listas. ¿Podés nombrar los tres objetos más inútiles que has visto y tus tres favoritos y explicar por qué?

- ¡Me encantan las listas! ¡Y me encantan los objetos inútiles! Los objetos liberados de una función pueden simplemente ser y no tienen que lograr nada, son libres. Tres de mis objetos inútiles favoritos son una tetera de Bonnie Seeman en la que nunca he servido té, ni una vez; una pieza de mi propia serie Beautiful Numbers, que no es muy funcional, y una remera de Walter Van Beirendonck, que es de lo más común, pero su valor es diez más alto que el de una común. Mis objetos útiles favoritos son mi iPhone, eso no necesita explicación; mi Oculus Quest 2, un controlador de realidad virtual cargado con la aplicación de entrenamiento Supernatural: quizás, el mejor producto que compré desde el iPhone. Y mi amada máquina de café en cápsulas: bebo entre ocho y diez por día, así que es muy útil.

- ¿Cuál fue la inspiración para tu colección de ropa Sagmeister123?

- Armé una serie de pinturas históricas que contienen datos, la titulé Beautiful Numbers. Escuché de muchos coleccionistas que las compraron que cuando invitaban gente a comer a sus casas, los invitados querían conocer más sobre las pinturas. Esto le daba la posibilidad al anfitrión de explicar los conceptos. Fue lo que inspiró el objetivo detrás de las prendas que diseñamos para Sagmeister123. Los que usen las prendas recordarán que los últimos tuits y las noticias de la televisión por cable no significan que el mundo sea solo dominado por el pesimismo: a largo plazo, muchas cosas se habrán desarrollado positivamente.

- Ya conocías la Argentina, ¿qué impresión tenés del diseño local?

- La última vez que vine fue también para el festival Trimarchi, pero pude pasar un tiempo en Buenos Aires. Me impresionó mucho la cultura del diseño, tantos diseñadores jóvenes que venden sus productos en Palermo dentro de sus propias tiendas. Conozco un poco de la Argentina a través del cine argentino, del que soy un gran admirador.

- El Polideportivo de Mar del Plata es escenario de estrellas del deporte y de la música, ¿cuándo se convirtieron en estrellas los diseñadores para convocar tanto público?

- Creo que la idea de las estrellas del diseño tuvo algo de fuerza en la década de los años 90 y volvió a instalarse con la llegada de las redes sociales.

Damián Damore



¿Estamos en la Era de Oro del Diseño?: Hablamos con Stefan Sagmeister, Portadista de ‘Bridges to Babylon’ y Principal Orador de TRImarchi 2022


https://elplanteo.com/stefan-sagmeister-bridges-to-babylon-trimarchi-2022/





Inmediatamente después de que Mick Jagger y los Rolling Stones decidieron que su próximo disco se llamaría Bridges to Babylon, Jagger llamó al diseñador austríaco Stefan Sagmeister y le pidió que fuera derechito al Museo Británico de Londres a revisar la colección babilónica, a buscar inspiración, a traerle una propuesta.

Querían parir una portada y el irreverente Sagmeister podía convertirse en el partero ideal.

“Después de volver con un montón de fotos, todos estuvimos de acuerdo en que un león asirio sería un buen símbolo para la portada del CD, así como para la gira y el material de merchandising”, le dice en exclusiva a El Planteo el mismísimo Sagmeister, antes de su paso por el encuentro internacional de diseño TRImarchi este 14, 15 y 16 de octubre, en Mar del Plata.

Después de ver una maqueta de la escenografía, Sagmaister vivió una especie de viaje estilístico en el tiempo, con la presencia de esas columnas romanas, con la incorporación de motivos babilónicos y con el flash de las esculturas futuristas.

Con esa data encima, se sintió libre de mezclar todo: así nació la famosa portada de uno de los discos más icónicos de los Stones.

“Pusimos al león asirio en una pose heráldica del siglo XVI, lo ilustramos con un estilo de ciencia ficción de los años 70 y lo colocamos en un estuche de filigrana especialmente fabricado con cualquier cosa, desde los motivos medievales germánicos hasta los japoneses contemporáneos”, devela.

“Crear una portada para una de las mayores bandas de rock del mundo tuvo un profundo impacto en el estudio”, confiesa.





Vida de rockstar
Por caso, Sagmeister, que trabajó con Lou Reed, con David Byrne, con los mencionados The Rolling Stones y con Talking Heads (con quienes ganó un Grammy gracias al box set de Once in a Lifetime), se destacó en el diseño desde los primeros años 90.

“Me encantó trabajar con todos ellos”.

Así pasó esos primeros años como profesional, mezclando su pasión por el diseño con su amor por la música. “Empezamos el estudio con el claro propósito de crear diseños que combinaran mis dos principales intereses en ese momento”.

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Durante todos esos locos, locos años, Stefan Sagmeister transitó olas de diversas tendencias, corrientes y cambios. Allí diseñó, propuso y creó: hizo.

“Si vemos al diseño gráfico desde sus inicios hasta la actualidad, ha cambiado por completo y no del todo. Si alineamos los inicios del diseño gráfico con la creación de los carteles de Henri de Toulouse-Lautrec, en París, que podría decirse que fue la primera vez que un diseñador le quitó el trabajo a las imprentas e hizo algo funcional y alegre al mismo tiempo, entonces podría argumentar que seguimos intentando hacer lo mismo. Es decir, informar a la gente de forma agradable. Al mismo tiempo, los carteles de Henri son un primo muy, muy lejano del diseño de una interfaz de realidad virtual”, revuelve el nacido en Bregenz.




El diseño como salida
Entre otras cuestiones, Sagmeister siempre mostró un compromiso por la paz y, en su momento, formó True Majority, un grupo de artistas y directivos estadounidenses que se manifestaron en contra de la Guerra de Irak. “Desde el principio, la Guerra de Irak fue una idea terrible”.

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Con el mismo espíritu, habla sobre su oficio y apunta cómo el diseño puede construir un sentido antibélico: “Ahora mismo el diseño juega un papel en la comunicación de la agresión rusa en Ucrania. Es capaz de recaudar dinero, crear alianzas y avivar el sentimiento”.




Perspectiva a largo plazo
Para muchos, su obra más significativa es la serie Things I’ve Learned in my Life So Far, que cuenta con un amplio reconocimiento en el mundo del diseño y, además, representa un espíritu profundamente personal.

Aunque, para él, los momentos decisivos siempre están intrínsecamente ligados al presente y, mucho más, al futuro. En ese sentido, la serie Beautiful Numbers se para sobre el pensamiento a largo plazo, una de sus máximas obsesiones artísticas.

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“Si observo los acontecimientos relacionados con el mundo desde una perspectiva a largo plazo (la única que tiene sentido), casi cualquier aspecto relacionado con la humanidad parece mejorar. Menos personas pasan hambre, menos personas mueren en guerras y catástrofes naturales, más personas viven en democracias (y viven mucho más tiempo) que antes”, asegura.




Y continúa: “Hace 200 años, 9 de cada 10 personas no sabían leer ni escribir. Ahora es sólo 1 de cada 10. El objetivo de estos ‘números’ es que los espectadores quieran colocarlos en sus salas de estar, como recordatorio de que, pese a todo, tenemos pequeños destellos de un entorno general bastante más saludable”.

La edad de oro del diseño gráfico
En ese sentido, Stefan Sagmeister también se muestra optimista con respecto a la “edad de oro” del diseño gráfico y se aferra a la idea de que la golden age está sucediendo ahora mismo.

“Nunca ha habido una época en la que más gente hiciera un trabajo de mayor calidad que ahora”, confiesa.

Históricamente, la innovación en el diseño siempre ha sido impulsada por la innovación en la tecnología, ya sea por la tipografía desarrollada con un cincel durante la época romana, la invención de la imprenta o la revolución digital.

Pero, ¿qué piensa Sagmeister al respecto? “Las fronteras actuales son, sin duda, la realidad virtual, la realidad aumentada y la inteligencia artificial. Por lo que espero que la innovación en el diseño se produzca allí donde se den los mayores pasos en estas áreas. California sería una buena opción”.

Despejar la mente para alcanzar la inspiración
Asimismo, para refrescar su creatividad, Stefan suele tomarse años sabáticos. Y, en su afán metódico, ya le puso fecha al próximo: será dentro de dos años y medio. El último lo pasó repartido entre Ciudad de México, Tokio y un pequeño pueblo de los Alpes austríacos.


“Trabajé sobre el tema de la belleza, creé gran parte de una exposición sobre el tema y hasta diseñé un libro. Esta exposición sigue en los museos y está ahora mismo en mi ciudad natal en Austria. Cuando se inauguró, en el MAK de Viena, fue la que más visitantes atrajo en la historia de este museo desde 1876”, se ensancha Stefan Sagmeister.

Su historia con las drogas
En permanente estado de ebullición, Sagmeister ha experimentado con drogas pero, aún así, considera que en su vida “tienen un lugar muy pequeño”. Sin ir más lejos, probó varias veces el LSD pero “nunca tuve ninguna visión gigantesca mientras lo tomaba” aunque ese trip le sirvió para crear… ¡Una serie de vasos al día siguiente!

Y con respecto al cannabis, el prestigioso diseñador anda en una frecuencia distinta a la de su coyuntura. ¿¡Por qué!? Lo explica él mismo: “Mi propio momento no podría ser peor, ya que ahora que el cannabis se considera legal en Nueva York, ya no lo consumo”.

Tanta weed lo llena de ataques de antojos, lo “hace engordar” y, dice, le da “unas resacas terribles”. ¿Cómo es eso? “Los subidones simplemente no son lo suficientemente excitantes como para compensar los bajones”.

Visita ilustre
En vísperas de su llegada a la República Argentina, la leyenda del diseño espera encontrarse en el TRImarchi con “un público entusiasmado” y con “un fin de semana enormemente divertido”.

Por lo demás, Sagmeister ya anduvo alguna vez por Argentina y quedó encandilado por la cultura del diseño, el cine nacional y la efervescencia juvenil.

“Me impresionó mucho que tantos jóvenes diseñadores estén vendiendo sus productos en Palermo dentro de sus propias tiendas”, concluye uno de los principales oradores del evento marplatense.
https://elplanteo.com/stefan-sagmeister-bridges-to-babylon-trimarchi-2022/


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