El Mosca de 2 Minutos hizo pis en la cabina del avión frente a todos los pasajeros?

La histórica banda de punk rock 2 Minutos, estuvo de gira el fin de semana pasado en Centroamérica, donde no faltaron los escándalos, con su cantante deportado en Costa Rica y un show con entradas agotadas cancelado sin aviso previo en El Salvador. https://www.quepasasalta.com.ar/cultura/deportaron-cantante-dos-minutos/ "Tenemos que contarles que debido a malos tratos y mala atención de la línea aérea Avianca @avianca El Mosca no pudo ingresar al país por consecuente decisión de las autoridades migratorias", explicó el grupo en un comunicado publicado en redes sociales. En el mismo texto, afirmaron que "la línea aérea inventó situaciones que nunca existieron", en referencia al episodio que habría originado la deportación de su líder, Walter "Mosca" Velázquez, aunque no se expresaron sobre la suspensión de su siguiente compromiso, que hasta ese momento, seguía en pie. Sin embargo, desde la productora salvadoreña que los contrató, replicaron otra versión: &q

Ausencias, secretos y crueldades en la vida de los hijos de John Lennon

 Ausencias, secretos y crueldades en la vida de los hijos de John Lennon

Julian tiene 59 años y Sean, 47. Diferencias en la crianza, celos y una herencia desnivelada. De qué viven hoy ambos hermanos.


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John Lennon y su Sean, su hijo menor, el que tuvo con Yoko Ono y el más mimado. Foto: Archivo Clarín.




Pablo S. Alonso

Uno fue hijo de la incipiente Beatlemanía, con un progenitor muchas veces ausente entre giras y grabaciones. El otro, al nacer, precipitó el retiro temporal del mundo de la música de su padre, del cual regresaría poco antes de ser asesinado.

Los dos son los vástagos de John Lennon: Julian (1963) y Sean (1975). Ambos, alternando el rigor profesional con el diletantismo, han continuado los pasos musicales del ex Beatle; solo el primero, por un tiempo, conoció la masividad. Sean –una presencia recurrente en la escena neoyorkina– no deja de ser alguien que puede tomarse la música como un hobby de lujo.

Julian acaba de publicar el álbum Jude, sin especial suceso. Los dos son Lennon. Ninguno ha podido ser como papá John.

En una entrevista para Playboy, concedida junto a Yoko Ono, madre de Sean y enemiga de a ratos de Julian, John Lennon fue poco sutil para referirse a los orígenes de su primer hijo: “No le voy a mentir a Julian. El noventa por ciento de gente de este planeta nació de una botella de whiskey en un sábado a la noche (…) Julian está en la mayoría, junto conmigo y todos los demás. Sean es un chico planeado, y ahí está la diferencia”.

Apaciguando un poco el golpe, agregó: “No quiero menos a Julian. Él es aún mi hijo”.

El dato de la botella de whiskey fue refutado por la primera esposa de Lennon, Cynthia Powell, quien sostenía que el niño había sido planeado en la primera época, cuando había verdadero amor entre ellos, antes de que el matrimonio sucumbiera al tedio de la vida doméstica y a las continuas tentaciones de Lennon en (y fuera de) gira.

Lo cierto es que Cynthia estaba embarazada cuando se casó con Lennon.

Lennon y su hijo mayor, Julian. Fue el que más sufrió la fama del Beatle. Foto: Archivo Clarín. 



John Charles Julian Lennon nació en la Liverpool de sus padres el 8 de abril de 1963, cuando los Beatles aún no habían conquistado los Estados Unidos pero ya eran un éxito nacional. John por su padre, Charles por el abuelo materno, y Julian por Julia, la madre de Lennon, cuya temprana muerte en 1958 marcó profundamente a John.

Este, de gira, estuvo ausente en el nacimiento de Julian, en una repetición de lo que le había pasado con su propio padre. El 9 concurrió al hospital disfrazado (“¿Quién va a ser un rockerito famoso como su padre?”, le preguntó al bebé), pero al día siguiente ya estaba nuevamente en la ruta.

No volvería a ver a Julian hasta junio.

Al igual que el matrimonio con Cynthia, el nacimiento de Julian era poco menos que un secreto de estado dictado por Brian Epstein, el manager del grupo, convencido de que un Beatle casado mermaba la cantidad de fans.

Epstein ofició de padrino de Julian, pero a fines de abril, mientras Paul, George y Ringo vacacionaban juntos en las Islas Canarias, John se tomó sus propias vacaciones en España con Epstein, gay confeso.

Un viaje que sigue generando conjeturas hasta el día de hoy: elucubraciones que palidecen frente a la falta total de responsabilidad familiar.

Cuando Lennon estaba en casa, si bien le daba todos los gustos de nuevo rico a Julian, escapaba a las responsabilidades del día a día, desde cambiar pañales en adelante.

A la vez, se negaba a contratar una niñera, sosteniendo que la crianza de su hijo era responsabilidad de Cynthia. Durante mucho tiempo, Lennon estaba presente y a la vez ausente, acostado en el sofá leyendo, con la TV siempre prendida o experimentando –en su estimación– uno de más de mil viajes de ácido.

Ah, el LSD. Aunque Lucy in the Sky With Diamonds estaba influenciada por dicha droga, el título de la canción era el de una acuarela que Julian había pintado inspirándose en una compañera del jardín de infantes, Lucy O’Donnell.

A finales de 1967, otro dibujo de Julian aparecería en la tapa del single navideño exclusivo para el club de fans de los Beatles.
Una bruja en minifalda

En 1968, al volver de un viaje, Cynthia encontró a Yoko Ono ocupando su lugar. El matrimonio Lennon-Powell, que era poco más que una cáscara vacía, entraba en su fase final.

​Una de las personas que mostró empatía con Cynthia y Julian fue Paul McCartney.

De hecho, Julian ha dicho que se recuerda más veces a upa de McCartney que de su padre. En un viaje a la casa de ellos, Paul iba pensando en una canción para alegrar al niño. “Hey Jules, no te lo tomes mal”, cantaba.

Era la génesis de Hey Jude. Ese mismo año, Lennon escribió Good Night como una canción de cuna para Julian, pero el que la cantó en disco fue Ringo Starr.

Alguna vez, Julian recordó que la primera vez que vio a Yoko Ono le pareció una bruja en minifalda. De hecho, Yoko estaba disfrazada de bruja en el Rock and Roll Circus, el especial televisivo de 1968 (pero inédito por décadas) producido por los Rolling Stones, donde John y Yoko participaron y Julian estuvo presente.

También visitaba a su padre los fines de semana en la mansión de Tittenhurst Park, donde luego se grabó Imagine.

O compartieron en 1969 un viaje en auto por Escocia, junto con Yoko y Kyoko, hija del primer matrimonio de Ono; viaje en el que Lennon, mal conductor, chocó.

Cuando se reintegró (tarde) a trabajar con los Beatles para Abbey Road, hizo instalar una cama para Ono, todavía resentida por el accidente.

El vínculo entre hijo y padre se haría mucho más espaciado desde entonces.

Ya en 1970, John puso más ahínco en acompañar a Ono en la batalla por la tenencia de Kyoko (una batalla perdida: Yoko no la volvió a ver por muchos años) que en mantener el lazo con su hijo.

Durante una separación temporaria de Ono, May Pang, la pareja de entonces de Lennon (y antigua secretaria del matrimonio), persuadió al músico de que compartiese más tiempo con su hijo, a quien había pasado un par de años sin ver, también casi sin hablar por teléfono.

A los 10 años, Julian había mostrado interés por la guitarra y la batería. En 1974, con once años, aporreando la batería, acompañó a su padre en un fragmento del tema Ya Ya, que cerraba el álbum Walls and Bridges.

Para Navidad, John le regaló una guitarra eléctrica. Siguieron encuentros en Nueva York y Los Ángeles, incluyendo varias visitas a Disneylandia. En una de ellas, Lennon puso la firma en el acuerdo legal que separaba a los Beatles.
El último será el primero

Con la reconciliación Lennon-Ono, Julian volvió a ver poco a su padre. El 9 de octubre de 1975, el día del cumpleaños 35 de John, después de atravesar embarazos perdidos y pese al riesgo que consistía para Ono ser madre pasados los 40, nació Sean Taro Ono Lennon.

Debido a lo desgastante del parto, Yoko no pudo ver a su hijo por tres días.

John le dio a Sean, su segundo hijo, toda la atención que no le había prestado a Julian, buscando remediar errores...

Como Julian ya llevaba el nombre de John, eligieron la versión escocesa (Sean), mientras Taro significa en japonés “el primer nacido” (pobres Julian y Kyoko).

El padrino fue Elton John. Evidentemente, Lennon no se imaginaba los cambios que habría en la cultura: “John dijo que como Elton era gay, no iba a tener hijos a los que dejarle su dinero”, contaría Yoko.

Si bien hay mucho de mito en los cinco años de retiro de Lennon, lo cierto es que, desde cambiar los pañales en adelante, le dio a Sean toda la atención que no le había prestado a Julian, buscando remediar errores del pasado y no seguir repitiendo disfuncionales patrones familiares.

Eso no excluía a Lennon de pasar días en un mutismo autoimpuesto, o permanentemente fumado, o peor, con algún arranque de furia.

Julian viajaba cada tanto a ver a su padre y no podía evitar notar que había consagrado a su segundo hijo la atención que nunca había tenido con él.

Pero tocaban juntos la guitarra y John le enseñaba acordes. Lennon también le ofreció fumar marihuana cuando tenía 12. La última vez que se vieron fue en la casa de verano de Lennon y Ono en Palm Springs, Florida, en 1979.

Todo terminó el 8 de diciembre de 1980. Lennon fue acribillado cuando volvía al edificio Dakota para dar a tiempo el beso de las buenas noches a Sean, después de estar en el estudio de grabación con Ono.

Julian viajó a Nueva York a encontrase con Yoko y Sean: según aquél, Yoko le pidió consejo sobre cómo darle la noticia a Sean, para quien su padre había escrito Beautiful Boy.

Julian sacó nuevo album: Jude, que era como lo nombró McCartney en la canción Hey Jude. 


Julian comenzó a tener una vida pública problemática: pequeños escándalos, incluyendo sucesivas novias tendientes a vender historias a los tabloides ingleses.

Por otro lado, había interés de la industria musical en explotar el apellido.

Casi como si Julian fuese a ser la reencarnación de su padre: de ahí vienen los rumores de que los Beatles sobrevivientes se reunirían con él como cuarto integrante.

Lennon creía en la vida después de la muerte, y una vez le dijo a Julian que cuando muriese lo contactaría desde el más allá para decirle que estaba bien.

La señal, contó este, iba a ser “una pluma flotando por la habitación”. Aún continúa esperándola.

En lo que hoy parece una realidad paralela, Julian Lennon fue muy exitoso con sus primeros dos discos.

Valotte (1984) fue un debut que alcanzó el estatus de platino. Décadas después, Sean reconocería que ver a su hermano mayor tener éxito fue una de las razones que lo llevaron a querer hacer música.

Al cuarto álbum de Julian, Help Yourself (1991), donde George Harrison aportó algunas ideas de guitarra aunque no grabó para el disco, le fue bien en varias partes del mundo, pero no en los Estados Unidos.

Pero Julian también tenía que lidiar con la viuda y administradora de la herencia de Lennon, quien en 1979 había firmado un testamento no muy favorable para su primer hijo: se llegó a calcular que Sean iba a terminar recibiendo diez veces más dinero que Julian.

Con los años, este se quejó de haber tenido que comprar en subastas vestimentas y otros objetos que eran de su padre, mientras Ono tenía todo el resto a disposición de Sean, quien creció rodeado de custodia.

Con el tiempo Julian y Yoko llegaron a un acuerdo, no equitativo pero sí compensatorio.


Sean fue entrando gradualmente a la música, comenzando por pequeñas participaciones en discos de su madre.

En 1991, en contra de la Guerra del Golfo, grabó Give Peace a Chance con su madre y Lenny Kravitz, con quien luego compondría una canción.

Para 1995, era el guitarrista de IMA, la banda que acompañaba a Ono en su vuelta a la música.

Luego, Sean fue bajista del grupo pop japonés Cibo Matto y comenzó una relación con su tecladista, Yuka Honda.

Julian no reaparecería en disco hasta 1998, cuando editó su mejor trabajo, Photograph Smile, que desde el título ya evidenciaba otras de sus pasiones, la fotografía.

En lo que él consideró una movida artera de Yoko Ono, casi a la par se editaba el debut solista de Sean, el ecléctico Into the Sun, producido por su novia y publicado por el sello de sus amigos Beastie Boys, pero con distribución mundial de EMI, la compañía de su padre.

Según Julian, Yoko había presionado a distintos medios para que reconociesen a Sean como el verdadero heredero musical de John.

Por cierto, algunos biógrafos sostienen que Ono forzó la fecha de nacimiento de Sean, en la creencia de que si nacía en el mismo día que su padre heredaría su talento.

El menor de los Lennon tocó en la Argentina en 2000: se escuchó solo un tema de su primer disco y mucho material por entonces inédito, aunque lo mejor fue una versión de Don’t Talk (Put Your Head on My Shoulder), de uno de sus héroes, Brian Wilson.

Sean no volvería a sacar un disco hasta 2006, con Friendly Fire. Desde entonces, ha realizado bandas de sonido y formado dos bandas: The Ghost of a Saber Tooth Tiger, junto a su novia Charlotte Kemp Muhl, y The Claypool Lennon Delirium, en sociedad con el bajista Les Claypool.

No han faltado los discos recomendables, pero Sean no vive de la música: tiene un colchón de millones en el que descansar.

Millones que desde hace dos años maneja él, porque Yoko, hoy al borde de los 90 y frágil, abdicó en su nombre.

Mientras, el residente en Mónaco Julian, cuya madre falleció en 2015, incursionó en la filantropía y exitosamente en los libros para niños.

Siguió editando discos ocasionalmente. Con los años, los medio hermanos desarrollaron un lazo sólido. El año pasado, compartieron un viaje por las rutas de California y concurrieron a la premiere del documental Get Back. Lo último en lo que coincidieron tiene que ver con otra persona presente en ese estreno: Paul McCartney.

En el día de su cumpleaños 80, Julian saludaba por Twitter al “Tío Paul”, mientras Sean subía a las redes una versión de Here, There and Everywhere. Después de todo, se trata de familia. 

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