El pasado fin de semana, Divididos conmemoró sus 35 años de trayectoria en un histórico evento en el estadio de Vélez Sársfield. Lo que prometía ser una noche especial de celebración musical se convirtió en algo mucho más significativo cuando Ricardo Mollo, líder de la banda, invitó a La Renga a unirse a ellos en el escenario. Esta invitación fue un acto de camaradería y justicia después de que La Renga fuera proscripta en la Ciudad de Buenos Aires, impidiéndoles presentarse durante años en la capital.
El año pasado, Divididos anunció en una conferencia de prensa que celebraría su 35º aniversario con una gira nacional, y su parada en Buenos Aires sería en el estadio de Vélez Sársfield, donde en 1994 coronaron las presentaciones de su exitoso álbum "La era de la boludez". La noche de celebración estuvo llena de invitados especiales y sorpresas para los fanáticos.
La banda compuesta por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella repasó su historia en un concierto de tres horas que comenzó con "Paisano de Hurlingham" y culminó con el clásico de Sumo, "El ojo blindado", minutos antes de la 1 de la madrugada del domingo.
Sin embargo, el punto culminante de la noche llegó cuando Chizzo Nápoli y su banda, La Renga, subieron al escenario de Buenos Aires para unirse a Divididos en la interpretación de "Sobrio a las piñas" y luego emocionar al público con "El final es en dónde partí". La presencia de La Renga en el escenario de la Ciudad de Buenos Aires fue un momento especial, ya que la banda ha enfrentado dificultades para presentarse en la capital y el conurbano bonaerense desde 2017.
El gesto de Ricardo Mollo de compartir el escenario con La Renga fue aclamado como un "acto de justicia" y una muestra de solidaridad entre bandas que han sido afectadas por cancelaciones y prohibiciones injustificadas. Durante años, La Renga ha denunciado la censura y discriminación por parte de las autoridades locales, acusando intenciones de boicotear sus shows en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Este cumpleaños de Divididos en Vélez se convirtió en un momento histórico de unión, música y lucha por la libertad artística. La presencia de La Renga en el escenario fue un símbolo de resistencia y una demostración de que la música trasciende las barreras impuestas por la política. Fue una noche memorable que dejó una huella imborrable en el corazón de los fanáticos y reafirmó el poder transformador de la música y la hermandad entre artistas.
Comentarios