El Mono de Kapanga: Me saco el sombrero con los pibitos de la música urbana, son más vivos que nosotros
El cantante vuelve con su banda a Córdoba, celebrando los 25 años de su primer disco. Recuerda aquellos comienzos y analiza el escenario actual.
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El “Mono de Kapanga” (una unidad que ha superado por mucho a su poco conocido nombre de pila), recuerda claramente el debut de su banda en Córdoba.
“Fue en 1998, en el Teatro Griego, por la inauguración de Radio Uno, junto a Los Decadentes. Ahí ya empezamos a flashear, no estábamos tan acostumbrados a que nos vea mucha gente. Había salido el disco en abril y esto habrá sido en septiembre. Recién habíamos cortado Me mata y El mono relojero”, rememora.
El disco era A 15 cm de la realidad, que ahora, con la excusa de cumplir 25 años, presentarán este viernes en XL Abasto (Las Heras 124). Se trató de un trabajo que desde aquel debut en el parque Sarmiento encajó perfecto con la idiosincrasia de Córdoba: festivo y con mucho humor, yendo de lo ácido a lo sarcástico. Pero El Mono aclara que detrás de eso siempre hubo contenido.
“Yo tomo la alegría, la diversión y la fiesta como una forma de resistir con la banda también. No lo tomo como algo pasatista. Kapanga es una banda que tiene un montón de canciones que dicen un mensaje con un ritmo festivo que no podés dejar de bailar y podés estar recibiendo un mensaje o una bajada de línea”, interpreta.
El cantante también está convencido de que ellos convencieron más con el vivo más que con los discos de estudio. “A veces nos pasa a todos de escuchar algún disco y vas a ver la banda en vivo y te querés matar. A nosotros nos pasaba todo lo contrario”.
Aún cuando pasaron 28 años de aquella energía desbordante, el cantante asegura hoy algo se sigue encendiendo cuando salen a escena. “Nos es común, familiar. No hay que forzar nada para que nos salga como nos sale. Sí, por ahí le buscás la vuelta, pero no hay nada forzado”.
“Por ahí dejamos de hacer eso de mezclar mucho. Antes mezclábamos un montón. Ponele Ramón, va de Soda Estero a Iron Maiden y a nuestro estilo. Fuimos una banda muy difícil de encasillar al principio. Nos costó, los primeros dos o tres años fue imponer el nombre, la banda, las canciones. Pero fuimos cabeza dura y lo logramos”.
Esta vitalidad quizás se explica porque el Mono asegura que cuando sale a cantar, ya con 54 años encima, se siente un niño. “Sí, me siento de 10 o 12 años, cuando era chiquito y quería cantar. En mi casa escuchaba mucho tango: 70 por ciento tango, 20 por ciento folclore, 10 por ciento otras músicas. Crecí cantando. Mi papá cantaba como aficionado, y mi abuelo también. Y yo de nenito ya sabía que no iba a trabajar de algo convencional, que mi vida no iba a pasar por una oficina. Y bueno, a veces hay que tener cuidado con las cosas que uno sueña, porque se cumplen”.
PANDEMIA Y DESPUÉS
El último lanzamiento del grupo fue en 2019 (Todavía, un single junto a Nahuel Penissi). La pandemia los cruzó al medio y cuando la situación se normalizó priorizaron “recobrar la fuente de laburo”.
El “Mono de Kapanga” (una unidad que ha superado por mucho a su poco conocido nombre de pila), recuerda claramente el debut de su banda en Córdoba.
“Fue en 1998, en el Teatro Griego, por la inauguración de Radio Uno, junto a Los Decadentes. Ahí ya empezamos a flashear, no estábamos tan acostumbrados a que nos vea mucha gente. Había salido el disco en abril y esto habrá sido en septiembre. Recién habíamos cortado Me mata y El mono relojero”, rememora.
El disco era A 15 cm de la realidad, que ahora, con la excusa de cumplir 25 años, presentarán este viernes en XL Abasto (Las Heras 124). Se trató de un trabajo que desde aquel debut en el parque Sarmiento encajó perfecto con la idiosincrasia de Córdoba: festivo y con mucho humor, yendo de lo ácido a lo sarcástico. Pero El Mono aclara que detrás de eso siempre hubo contenido.
“Yo tomo la alegría, la diversión y la fiesta como una forma de resistir con la banda también. No lo tomo como algo pasatista. Kapanga es una banda que tiene un montón de canciones que dicen un mensaje con un ritmo festivo que no podés dejar de bailar y podés estar recibiendo un mensaje o una bajada de línea”, interpreta.
El cantante también está convencido de que ellos convencieron más con el vivo más que con los discos de estudio. “A veces nos pasa a todos de escuchar algún disco y vas a ver la banda en vivo y te querés matar. A nosotros nos pasaba todo lo contrario”.
Aún cuando pasaron 28 años de aquella energía desbordante, el cantante asegura hoy algo se sigue encendiendo cuando salen a escena. “Nos es común, familiar. No hay que forzar nada para que nos salga como nos sale. Sí, por ahí le buscás la vuelta, pero no hay nada forzado”.
“Por ahí dejamos de hacer eso de mezclar mucho. Antes mezclábamos un montón. Ponele Ramón, va de Soda Estero a Iron Maiden y a nuestro estilo. Fuimos una banda muy difícil de encasillar al principio. Nos costó, los primeros dos o tres años fue imponer el nombre, la banda, las canciones. Pero fuimos cabeza dura y lo logramos”.
Esta vitalidad quizás se explica porque el Mono asegura que cuando sale a cantar, ya con 54 años encima, se siente un niño. “Sí, me siento de 10 o 12 años, cuando era chiquito y quería cantar. En mi casa escuchaba mucho tango: 70 por ciento tango, 20 por ciento folclore, 10 por ciento otras músicas. Crecí cantando. Mi papá cantaba como aficionado, y mi abuelo también. Y yo de nenito ya sabía que no iba a trabajar de algo convencional, que mi vida no iba a pasar por una oficina. Y bueno, a veces hay que tener cuidado con las cosas que uno sueña, porque se cumplen”.
PANDEMIA Y DESPUÉS
El último lanzamiento del grupo fue en 2019 (Todavía, un single junto a Nahuel Penissi). La pandemia los cruzó al medio y cuando la situación se normalizó priorizaron “recobrar la fuente de laburo”.
“Somos más de 25 familias que dependemos de salir a tocar. Entonces dejamos de lado las canciones nuevas para recobrar el trabajo que durante dos años no habíamos podido hacer. Y empezamos a laburar tanto que no tuvimos ni tenemos tiempo de meternos en un estudio a grabar cosas nuevas”.
Y además, el Mono se sincera y deja su postura sobre cómo se posiciona frente a este cambio de época en la industria musical. “Viste que hoy el rock pareciera que está como en un segundo plano, que todo está acaparado por los chicos de la nueva generación. Que bienvenidos sean, porque si no después somos todos nosotros canosos, viejos chotos. Está bueno que haya un recambio, que hayan venido a patear el tablero”.
Sobre la movida de estos artistas urbanos, el Mono es tajante: “Hay que sacarse el sombrero porque fueron muchísimo más piolas que todos nosotros juntos. 20 pibes de 18 años armaron su movida en su mundo y me parece que son los campeones. Después, de acá a 20 años vamos a ver, porque estos chicos salieron de la pandemia, son nacidos y criados en la pandemia musicalmente. Pero en muchos veo una evolución también. El Duki, de tocar con un pendrive, pasó a armarse una banda y girar”.
Además, les reconoce que lograron algo que “nunca en la historia de la música argentina se había logrado”. “Ser los números uno, a nivel global. Lo más cerca que tuvimos de sonar a nivel global fue Soda Stereo. Llegamos hasta Latinoamérica. Estos pibes conquistaron el mercado mundial”.
“Entonces, como nosotros no tenemos esos recursos hoy, vos me decís de sacar un tema… y aunque saques Yesterday no te lo van a pasar en la radio. Entonces vamos a aguantar un poco mientras para que baje todo esto mientras celebramos los 25 años de nuestro primer disco. Apuntamos al reencuentro con mucho público que creció con esas canciones que quizás ahora viene con sus hijos”, resume.
PARA VER
Kapanga tocará este viernes 15 de septiembre desde las 21 en XL Abasto. Entradas desde $ 5.850 en xlabasto.com.
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