A 23 años de la muerte de Joey: por qué Ramone y otras curiosidades del rey del punk

Su traumática infancia. El bullying en la escuela. Su precaria salud. La redención a través del rock y el por qué de su nombre. La idolatría en Argentina y los 20 años sin hablar con el guitarrista Johnny Ramone. Jeffrey Ross Hyman, conocido como Joey Ramone, nació el 19 de mayo de 1951 en el seno de una familia judía de Forest Hills, Queens, Nueva York, hace hoy 73 años. Un dato que pocos conocen, es que al nacer, tenía un teratoma adosado a la columna vertebral, por unfeto de un gemelo que no había terminado de desarrollarse. Se lo removieron con una cirugía. Pero nunca dejó de tener problemas físicos y psicológicos por aquel tumor extraño. Los seguidores de Ramones -banda pionera de punk rock que Joey integró entre 1974 y 1996 Jeffrey era un muchacho introvertido y solitario, de 1 metro 98, flaco y desgarbado, ojos miopes saltones, anteojos de muchísimas dioptrías y dentadura asimétrica. La futura estrella estudió en el Forest Hills High School, donde sufria bullying. Sus padres se

Sobrio a las piñas


http://www.clarin.com/suplementos/si/2006/12/08/3-00302.htm  Hace dos años, antes de un show en Obras, y mientras el paco surgía como flagelo mediático, Cristian Alvarez asumía su adicción a la pasta base, en un outing con forma de volante. Cansino, reflexiona: "A mis amigos, que antes les gustaba la cocaína —y no hablo más de esto—, les dije NO prueben porque les iba a gustar. Ahora están peor que yo. No sé si avivo giles o tengo que morir por la causa... o seguir viviendo por la causa". —¿Será que la gente refleja en vos sus fantasías rockeras? —No creo que a nadie le vaya bien siendo lo que yo soy. Soy un mal ejemplo para los demás. Aunque sí, de eso también se aprende. —A veces das esa sensación de que te bancás cualquiera. —Tengo un estado físico que se aguanta muchos golpes. Pero es como el de Homero: no le llegan las piñas adónde le tienen que llegar. Estoy en contra de las drogas blancas, ni hablar. Me mantienen gobernado. Me siento una mierda. Aparte de pensar en eso y olvidarme de lo otro, te aísla". En la tradición rockera de un imaginario de estados alterados, Intoxicados va en punta. Pero Pity confunde, a veces, el boleto de ida y vuelta. "En el tercer show de Obras, quería que todos estén donde estaba yo. Nada más que era al revés: yo estaba donde no estaba nadie. Y para mí el show fue hermoso. Al otro día le puse cuerdas nuevas a la guitarra. Y al salir, me preguntan adónde iba. 'Esta vez quiero probar sonido', le dije. 'Pero hoy es lunes'. 'No, boludo. ¡¿Hoy no es domingo?! Uh, y ¿qué tocamos?'". ¿Y quién podrá ayudarlos? Jorge recuerda: "En Paraguay, Diego Arnedo nos paró en el aeropuerto. Y, como si me conociera, me habló: 'Hace nueve años que no tomo alcohol y estoy bien. Pero me costó muchísimo. Te quería decir eso'". Silencio. Pity le habla al grabador: "Gracias Arnedo por haberle dicho eso a Jorge".




Comentarios