Con la música a otra parte
El circuito del rock en verano lleva a todos a la costa, pero hay quienes se cortan y copan terrenos vírgenes. Richter y La Conversa, dos que se animan a caminos no tradicionales.
http://www.clarin.com/suplementos/si/2007/02/23/3-00401.htm
Txt. Gonzalo Chaves.
Como cualquier trabajador golondrina, el rockero típico vive en enero su época de migración. Pero mientras toda la manada enfila hacia el mismo lado (la playa), algunos díscolos se separan del rebaño y copan oídos (y mercados) vírgenes, apuntando hacia donde nadie fue, o hacia donde una banda chica siempre sueña ir: la gran gira sudamericana.
La Conversa, imagen y sonido de Latinoamérica. Amantes de los ritmos que alberga el continente americano, los integrantes de La Conversa decidieron sumar a dos amigos cineastas para trazar un viaje que no sólo los llevaría a involucrarse más con la música que les interesa, sino además filmar un documental y una película a través de la travesía. Con los instrumentos y equipos de filmación al hombro trazaron el camino a recorrer: desde Buenos Aires hasta Ciudad Guyana, en Venezuela, y en unos cuantos meses. "Primero surgió la idea del documental, para el que entrevistamos a gente de la cultura de cada país. Las fechas las vamos arreglando con la Cancillería y las embajadas, a medida que llegamos a los distintos lugares", dice Fede Salgado desde Cochabamba, Bolivia. ¿Quién banca todo eso? "Nosotros, pero a veces cobramos algunas fechas, o pasamos la gorra. Pero lo más importante es la venta de discos, no tanto por la guita sino por la difusión", dice, mientras se recupera después de tocar en el carnaval de Oruro.
Richter, por los caminos de tierra voy. Una fiesta pueblerina, cientos de kilómetros a través de caminos de tierra o ser la primera banda de (electro) rock que toque en un pueblo emociona a las cinco cabezas de Richter, que está a punto de reeditar Lanzallamas en la Argentina y México. "Desde que nació la banda, la idea era llegar a lugares donde sabíamos que el circuito del rock no ingresa", dice Nan, el hombre de los sintes. Esta búsqueda los llevó por los puntos mínimos (o inexistentes) del mapa de Buenos Aires y Santa Fe para convertirse en musa inspiradora de la primera banda de rock de General Guido (Bs.As.) o para sentirse rockstars cuando un patrullero los esperó en la puerta del pueblo y los escoltó hasta el boliche donde tenían que tocar. "Las giras nos dan parte de lo que seguimos reinvirtiendo en el grupo y gracias a ellas pudimos grabar videos y comprar la camioneta que nos lleva", explica Nan. Y suma millas: "Este año nos vamos por Mendoza y por San Juan".
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