Iggy Pop y Siouxsie Sioux

Iggy Pop y Siouxsie Sioux: dos símbolos del punk ahora cantan en una publicidad de helados Hacen "The Passenger", un conocido tema de Iggy que ella versionó con gran éxito en 1987. 37 años después, sirve para vender refrescos. Iggy Pop y Siouxsie Sioux son sin dudas dos leyendas de la música rock, y más específicamente del punk. Él, al frente de The Stooges primero y luego con una extensa carrera como solista que lo llevó por todo el mundo y lo tiene aún en actividad a los 77. Ella fue la líder de Siouxsie and The Banshees y también descolló como solista (ahora tiene 66). Se han admirado. Y Siouxsie se hizo mundialmente popular precisamente al grabar una canción de Iggy Pop -The Passenger- en un álbum de versiones que hizo con su banda en 1987, Through the Looking Glass. Ahora, a 37 años de esa grabación, Iggy Pop y Soiuxsie se unieron para grabar The Passenger para una publicidad de helado. El original de la canción estaba también en un disco muy exitoso de Iggy, Lust For Li

Paul gilbert, ex guitarrista de mr. big

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Por Daniel Jiménez

Billy Sheehan lo definió como uno de los mejores guitarristas del mundo. Y el afamado bajista no es precisamente un hombre de elogio fácil. A la edad de quince años, Paul Gilbert ya había aparecido en la columna de Mike Varney en Guitar Player como “nuevo talento”. Un indicio de lo que este flaco desgarbado de 41 años nacido en Illinois iba a convertirse pasada la adolescencia. Confiado por las críticas positivas que llegaban de fanzines y pequeñas revistas de rock, permaneció una temporada como estudiante honorífico en el Guitar Institute of Technology de Los Angeles. Embrión geográfico que le serviría como radar para cazar músicos y formar su propio proyecto, en 1986 de la mano de los metaleros Racer X, con los que editaría los discos Street Lethal y Second Heat y junto a quienes ganaría un nombre en la escena de California. Por segunda vez en la Argentina, hasta donde llegará para promocionar Get Out of my Yard (2006), Paul se reconoce “consumidor de todo tipo de música”, algo que, aclara, proviene de su familia. “Mis padres no tocaban ningún instrumento; el que lo hacía era mi tío. Con él aprendí muchas cosas y más que nada recibí instrucciones precisas sobre cómo tocar la guitarra. Es más, hace poco estuvimos a punto de editar un álbum los dos juntos. Algo así como un ‘Family Style’, pero de la familia Gilbert (risas).” Una vez fuera de Racer X, el propio Sheehan se acercaría a él y lo convencería de ser parte de Mr. Big, un combo de enfermitos de la ejecución en el cual se consolidó como uno de los únicos guitarristas de metal con un impecable sentido de la melodía y con la habilidad suficiente para sacarle provecho a una capacidad técnica que pocos pueden ostentar. “Cuando formé Racer era muy joven y no sabía bien qué quería de la vida. Lo único que tenía en mente era perfeccionarme en la guitarra. Y al mismo tiempo me metía en el rock and roll con una tremenda banda de metal, así que todo me sorprendía”, confiesa. “Con Mr. Big compartí algunos de los momentos más felices de mi vida, tocando al lado de monstruos como Billy Sheehan o Pat Torpey, de quien aprendí mucho y no sólo en el plano musical. Lo bueno de Mr. Big radicaba en que todo fluía y no había nada preestablecido.” De regreso a Buenos Aires (su debut porteño fue en 2005), el norteamericano se define como “un tanto vago” para trabajar, excusa que esgrime para explicar que las presentaciones de Get Out of my Yard aún no han finalizado.

Paul Gilbert toca el 7 de julio en La Trastienda. A las 23.

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