Crece y crece el rap de este pibe que no es tan pibe: XXL
Irione (o Juan Manuel Fernández Maciuk, como dice su DNI) tiene 35 años
y arrancó a los 12 con las primeras ideas de un hip hop que quería
comerse el mundo.
Primero debutó en Cemento y se sorprendió al escuchar Cypress Hill;
antes, el impulso fue el punk de los Sex Pistols y devorarse la
biografía de los raperos norteamericanos que los canales de TV por cable
ponían en horarios a contramano.
Luego llegó el el 2001 y “la marginalidad que estaba en el aire” lo
terminó de formar. Fue la calle esa escuela a la que le canta y que lo
arropó cuando sus padres tenían dos laburos para poder llegar a fin de
mes.
Con ese pasado “proletario”, un presente con canciones nuevas
y un futuro de giras por Argentina, un disco que lanzará a fin de año y
videos que grabará en Nueva York y Los Angeles, XXL Irione llega a Mar
del Plata. Este sábado se presentará en el Radio City (San Luis
1750), con entradas anticipadas que se pueden obtener por plateanet o
en la misma boletería del teatro.
Dice que va a presentar sus éxitos, pero no dejará pasar la oportunidad para mostrar “lo nuevo”. Se trata de un material que busca la cercanía con “los irioneros”, ese público que él observa “amoroso”. “Es hacer música con la que la gente se sienta identificada, no es música para la radio”, reconoce el rapero a LA CAPITAL.
Letras directas, un hip hop que hace raíz en las bases del
piano y que no duda en fusionar sonidos de la ciudad o de leyendas como
Jhonny Cash, por ejemplo, le dan una identidad a su música, que tiene cientos de millones de seguidores en Argentina y el mundo.
Su canal de YouTube cuenta con más de 80 videos y entre todos juntan más de 180 millones de reproducciones.
-¿En el nuevo material le seguís cantando a tus orígenes, a los amigos, al amor, a las adicciones?
-Es reconocer un poco eso. Tratar de sanar las heridas con la música
es lo mejor que hay, con la música y el arte en general, es lo mas lindo
que hay. Si bien el amor es un idioma universal, el dolor también es un
idioma universal y hay que hacerse cargo de eso. Y el hip hop
justamente está para eso, porque si me decís que hago reggaetón sería
complicado, pero el rap es un estilo de música donde es mi deber también
hacer música para el dolor y para que la gente se pueda sentir
acompañada. Esto creo que es lo que lo que me hizo mantener tantos años,
de repente hacer música de temas que nadie quiere hablar.
-¿Cómo por ejemplo cuáles?
-Una crisis de nervios y un ataque de pánico, yo lo digo en canciones. Mi canción Medicina va para ese lado.
-Hablabas de sanar las heridas, ¿qué tan herido estás?
-Como cualquiera. Soy un tipo que me hice cargo de todo, incluso
cuando no tenía nada que ver, me refiero a la sociedad, a las cuestiones
familiares, entendí con el tiempo que los artistas tenemos una
sensibilidad, nos hacemos cargo de todo lo que pasa, nos cuesta más que
todo nos interese poco, por no decir otra palabra.
-¿Y en este marco, qué representa el rap y el hip hop?
-La terapia constante de estar sentado con uno mismo y el ejercicio
de conocerse y de encontrarse, cuando uno se conoce encuentra todos los
miedos, los terrores, las cosas lindas también, pero ahí es cuando uno
empieza a hacer terapia a través de la escritura.
-A diferencia de otros raperos, usás mucho el piano, ¿por qué?
-Eso lo arrastro de chico, mi hermana es pianista y siempre estuve
muy enamorado de ese instrumento, pero yo solo soy compositor y
productor.
-En el disco Antifama utilizás la “A” que usa el anarquismo y
en una de tus canciones te definís como anarquista. ¿Por qué te
identificás con esta corriente?
-Mis orígenes son en el hard core y en el punk, me crié escuchando de
muy chico a Sex Pistols, que era la música que más nos identificaba a
mi hermana y a mi. Bandas de hard core y punk que nos marcaron mucho en
la infancia y eso fue lo que a mi me hizo conocer la música política.
Cuando descubro el hip hop y veo que dice más que el punk todavía, desde
lo lírico, ahí me vuela la cabeza, porque si el punk de los ’90 me
gustaba cuando escuché hip hip dije ‘¡No loco, no pueden decir esto!”.
Escuchaba rap argentino de esa época y era zarpado. Bandas muy under,
las podías ver en algunos que otros festivales. Y así me crié en la
filosofía del “házlo tú mismo”. Eso de no esperar que venga una
multinacional a buscarte por la música, además tampoco lo necesito. Eso
del “házlo tú mismo” que inventó el punk. Porque el punk y el rap fueron
los grandes rebeldes de la industria musical. Fijate que hoy a los
traperos es muy difícil de agarrarlos en un sello.
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