Qué decía la carta que dejó Kurt Cobain cuando murió
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La tragedia que terminó con la vida de Kurt Cobain se mantiene como uno de los hitos fundamentales en la evolución de la escena del rock de finales del siglo 20, porque con apenas 27 años de edad y menos de una década de vigencia con Nirvana,
el guitarrista estadounidense dejó una fuerte influencia sobre las
generaciones de músicos que lo sucedieron y la tristeza de su propio
abatimiento expresado en la carta que dejó al morir.
El cadáver de Kurt Donald Cobain fue encontrado en
el invernadero de su casa de Seattle en la mañana del viernes 8 de abril
de 1994, pero había fallecido tres días antes, el martes 5. Lo
descubrió un electricista que había ido a instalar un sistema de
seguridad y dio aviso a la policía. Sobre su pecho yacía una escopeta.
Los forenses sólo pudieron reconocer su identidad por las huellas
digitales. En su sangre se encontraron restos de heroína y Valium.
Cuando apretó el gatillo, el líder de Nirvana estaba decidido a dejar de escaparse de los fantasmas que llevaban mucho tiempo persiguiéndolo. En los días previos había abandonado de manera furtiva un centro de rehabilitación de Los Ángeles. En la misma ciudad, y también bajo tratamiento por sus adicciones, estaba su esposa Courtney Love, con quien habló por última vez el 1º de abril, cuatro días antes de que se determinó su muerte.
La misma mujer contó tiempo después qué el tenor de esa charla. “Me dijo: ‘Courtney, pase lo que pase, quiero que sepas que hiciste un álbum muy bueno’. “Yo dije: ‘¿Qué querés decir?’. Y él me respondió: ‘Sólo recuerda que, pase lo que pase, te amo’”. Ya no volvieron a hablar.
Después de ello, Kurt Cobain voló de Los Ángeles a Seattle. Dicen que deambuló sin rumbo hasta que se recluyó en su casa. El lunes 4 de abril, su madre Wendy O’Connor denunció oficialmente la desaparición del músico.
En algún momento del martes 5 de abril se encerró
en el invernadero. Trabó las puertas con un taburete. La investigación
arroja evidencias de que se inclinó sobre una caja de cigarrillos que se
cree contenía drogas. Dejó una carta de despedida con una lapicera
roja. Era extensa. Entre otras cosas, decía “te quiero, te quiero”.
Qué decía la carta que dejó Kurt Cobain
El origen de Nirvana se remonta a 1987. El trío formado por el guitarrista Kurt Cobain, el bajista Krist Novoselic (su amigo de la adolescencia y con quien cofundó la banda) y el baterista Dave Grohl tuvo siete años de una fuerte intensidad en términos de creatividad musical, de éxito y de excesos en la que se considera la piedra basal del grunge, la variante del rock que surgió en Seattle.
La historia de Cobain nunca fue sencilla, tanto que en los 27 años
que vivió fue acumulando eventos traumáticos y situaciones de difícil
interpretación para quienes no pudieran seguir los pasos de su mente.
Una de ellas fue la relación con Boddah, su amigo imaginario.
Quienes conocieron al músico aseguran que este personaje nació como
consecuencia de de su constante búsqueda de escapar de la realidad y
para enfrentar la soledad de su niñez, Boddah ocupaba los silencios a los que Cobain tanto temía. Su tía Mari, quien lo vio crecer en la ciudad de Aberdeen (cerca
de Seattle, en el estado de Washington), alguna vez aseguró que
probablemente ese amigo imaginario le sirvió de inspiración para empezar
a cantar.
Boddiah había sido, en embargo, un motivo de preocupación para Don y Wendy Cobain, los padres de Kurt, quienes llegaron a aprovechar la guerra de Vietnam para tratar de sacar al amigo invisible de la mente del niño: le dijeron que se había alistado en las Fuerzas Armadas para sumarse al frente de combate, pero Boddiah nunca dejó de estar en el entorno de Kurt.
Y aunque tenía esposa y una hija (Frances Bean), fue ese amigo el
receptor de la carta que el músico dejó escrita antes de morir.
Para Boddah:
"Hablando
como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán
infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender. Todo lo
que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo
largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la
independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya
hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando
música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock’n’roll. Me
siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces
antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan
tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el
público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De
hecho, no os puedo engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no sería
justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el
peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que
tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo
para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme Señor, pero no
es suficiente).
Soy consciente de que yo, nosotros,
hemos influido y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos
narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy
demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el
entusiasmo que tenía cuando era un niño. En nuestras tres últimas giras
he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente
que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la
frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay
bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto,
que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste,
sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo
sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija
que me recuerda mucho como había sido yo.
Llena de amor y
alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es
bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me
inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una
rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he
convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete
años odio a la gente en general…Sólo porque parece que a la gente le
resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque
amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más
profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante
los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado
la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente.
Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain.
Frances y Courtney, estaré en su altar.
Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!
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