El Mosca de 2 Minutos hizo pis en la cabina del avión frente a todos los pasajeros?

La histórica banda de punk rock 2 Minutos, estuvo de gira el fin de semana pasado en Centroamérica, donde no faltaron los escándalos, con su cantante deportado en Costa Rica y un show con entradas agotadas cancelado sin aviso previo en El Salvador. https://www.quepasasalta.com.ar/cultura/deportaron-cantante-dos-minutos/ "Tenemos que contarles que debido a malos tratos y mala atención de la línea aérea Avianca @avianca El Mosca no pudo ingresar al país por consecuente decisión de las autoridades migratorias", explicó el grupo en un comunicado publicado en redes sociales. En el mismo texto, afirmaron que "la línea aérea inventó situaciones que nunca existieron", en referencia al episodio que habría originado la deportación de su líder, Walter "Mosca" Velázquez, aunque no se expresaron sobre la suspensión de su siguiente compromiso, que hasta ese momento, seguía en pie. Sin embargo, desde la productora salvadoreña que los contrató, replicaron otra versión: &q

Se estrena en cines «Punk the Capital», documental sobre el nacimiento del punk en Washington D.C. (1976-1983).



https://www.rockandrollarmy.com/magazine/2021/04/30/se-estrena-en-cines-punk-the-capital-documental-sobre-el-nacimiento-del-punk-en-washington-d-c-1976-1983/


El próximo 14 de mayo se estrena en cines y virtualmente en los Estados Unidos «Punk the Capital: Building a Sound Movement. A documentary tracing the birth of punk rock in Washington D.C. (1976-1983)», documental de larguísimo subtítulo que rastrea los orígenes de la escena punk rock en la capital del país norteamericano. Una película que ya ha circulado por diversos festivales (incluyendo el In-Edit barcelonés) y que en breve verá también su lanzamiento en DVD, que tendrá lugar el 8 de junio coincidiendo con las celebraciones del Record Store Day. De una hora y media de duración, el filme creado por James June Schneider (codirector y montador), Paul Bishow (codirector) y Sam Lavine (productor asociado y codirector) recorre las peripecias de bandas como Bad Brains, Minor Threat, Void o Rites of Spring entre otros, además de incluir entrevistas con personajes de la talla de Henry Rollins, Ian MacKaye, H.R., Jello Biafra o Joe Keithley....


«Punk the Capital» sitúa el punk de DC dentro de la narrativa más amplia del rock n’ roll, funcionando como una poderosa historia de múltiples capas apta tanto para los fans del punk rock como para aquellos que no lo son. Esta película se sumerge en las ideas y sonidos de esta transformadora escena musical que sigue siendo influyente cultural y políticamente en todo el mundo. Y es que cuando el punk rock estalló en Washington DC, fue una poderosa convergencia de música poderosa, amistades y mentes brillantes. Esta película es la primera que explora los increíbles retos a los que se enfrentó esta subcultura cuando echó raíces en la capital de los Estados Unidos a finales de los años 70....
 



http://stafmagazine.com/features/punk-the-capital-una-energia-incontrolable/

PUNK THE CAPITAL.
UNA ENERGÍA INCONTROLABLE

{english below} Documentar requiere de ordenar y preservar, quizás, lo más valioso. Y hablando de un fenómeno tan opaco como es el punk , este trabajo es todavía más importante. No olvidemos que la mayoría de las expresiones del punk suelen pasar desapercibidas y, muchas veces, trazar una clara genealogía del proceso es complicado. Así nos encontramos frecuentemente con historias despojadas de muchas de sus partes, mutilaciones que nos privan de un conocimiento pleno. Por eso es importante este documental , genuino trabajo de arqueología , que nos presenta el punk como una energía polifónica y vital.

Es muy interesante el proyecto de I am eye, un cine fórum de inspiración punk ¿Fue esto en cierta medida el germen de este documental?
James June Schneider: Dejaré que Paul responda a eso ya que él estuvo detrás de la serie de películas I am Eye. 
Paul Bishow: I Am Eye se caracteriza por su estética y flujo de trabajo DIY. Queríamos generar un espacio para proyectar y ver películas sin el juicio de comisarios o críticos y sin ánimo de lucro. Si una persona traía una película, la proyectábamos. Muchos cineastas se reunían y discutían entre ellos. A lo largo de los años proyecté muchas de mis propias películas, películas de tipo diario/ensayo con destellos de ficción, pero no eran exactamente ficción. Madams Organ, a la que dediqué una buena cantidad de tiempo, fue, por supuesto, proyectada a menudo. 

 

 

Durante 9 años estuvo a pleno rendimiento. ¿Cómo fue su funcionamiento?
James: Empezamos a recopilar material alrededor del cambio de siglo e íbamos disparando cuando podíamos, pero sólo cuando me mudé de vuelta a Francia en 2013, realmente empezamos a trabajar en la película con intensidad; eso incluía la campaña de Kickstarter. Nuestro objetivo con este proyecto no era sólo hacer la película, sino también conservar archivos y, de alguna manera, documentar las contribuciones de la gente en la escena musical, así que filmamos muchas más entrevistas de las que necesitábamos para la película, alrededor de 100, cada una de ellas con una duración aproximada de entre 2 y 4 horas. Cosas así no formaban parte de la producción de la película en sí y terminaban, inevitablemente, alargando el proceso. Para este tipo de película tiene muchas ventajas el dedicarles más tiempo. En general, diría que deberíamos hacer menos películas y que éstas fueran mejores. Puedo afirmar que nos tomamos el tiempo que pensamos que necesitábamos. La gran mayoría de películas han sido concebidas bajo una percepción capitalista del tiempo. ¿Crecisteis con la escena de Washington DC?

James: Había, principalmente, tres personas trabajando en la película: Paul Bishow, Sam Lavine y yo. Sam y yo crecimos en DC y ambos hemos tocado en varias bandas. Mi visión del mundo ha sido moldeada por la escena de este panorama. Paul se mudó a DC en 1979 y cayó justo en la zona cero de la escena punk de allí, ¡así que la vio crecer! 
Paul: Tenía 27 años cuando llegué a DC.

I’m a eye tiene una fuerte impronta política ¿Cómo fue vuestro proceso de toma de conciencia idiológica?
Paul: Yo era miembro de la Liga de los Trabajadores, un partido trotskista de la 4ª Internacional o algo así. Solía vender un periódico en mítines y protestas (The Bulletin).

 El documental aborda los inicios del punk y del HC en Washington del 76 al 83 ¿Por qué esos años en concreto?

James: Estoy intrigado por cómo arraigan los movimientos, cómo se forman las comunidades en cualquier momento en el que se estén impulsado. La escena punk de DC comenzó alrededor de 1975-1976 al mismo tiempo que en otros lugares y fue, básicamente, un crecimiento constante y rápido hasta alrededor de 1983, cuando HarDCore implosionó aquí. Así que seguimos a algunos de los grupos principales hasta aquel momento: Slickee Boys, Bad Brains y Minor Threat, mientras que, al mismo tiempo, tocábamos a un montón de otros grupos a lo largo del camino. No queríamos hacer una película banda por banda. Más bien la película cuenta una historia y ésta llega a un buen punto y final en 1983/1984.


¿Qué es lo que tenía de especial Washington DC para que surgiese de ella una escena tan dinámica?
James: DC todavía tiene una especie de telón de fondo de potencial, han prosperado movimientos underground pero no ha habido una historia cultural dominante o imponente. Hay muchas casualidades en estas historias, pero en el caso de DC también fue una confluencia de peculiaridades. Para empezar, hubo un grupo de personas increíblemente claras de mente a mediados de los 70 que construyeron una base sólida y querían ver algo suceder, gente como Kim Kane (Slickee Boys), Skip Groff (Yesterday and Today Records) y Howard Wuelfing (The Nurses y varios fanzines); hubo grandes bandas que surgieron alrededor de 1977-1979 y luego llegaron los Bad Brains y pusieron el listón muy alto. Por encima de todo esto, por supuesto, estuvo la fundación de Dischord Records, que incorporó la ética y el enfoque DIY que ya estaban algo presentes en el tejido del panorama; eso le dio patas a la escena y ,el resto, ¡es historia! 

Paul: No fue algo exclusivo de DC, creo que todo el mundo del rock estaba preparado. Desde sus inicios, el rock tenía una sensibilidad muy fuerte. A finales de los setenta, el elemento corporativo se había convertido en demasiado para muchos, era el momento de empezar de nuevo  en todas partes.

Muchas de las grandes instituciones culturales se están interesando por el punk y su historia, sobre todo por lo que tiene que ver con el legado estético ¿Hasta qué punto crees que hemos asimilado el punk?, ¿se ha convertido en una pieza de museo?
James: El punk de DC se ha convertido en un objeto de estudio y, tal vez, parte de la música es ahora canónica, pero está lejos de estar muerta. Todavía hay muchas nuevas bandas nuevas, ideas y material punk no musical que sale de la gran escena de DC. Ya no es algo que se quede en DC tampoco, está infundido en la cultura popular, la alta cultura, la política (piensa en el candidato presidencial Beto O’Rourke), lo que sea.
Paul: Solía pensar que una vez que algo llega a un museo, su historia se acababa, pero después de 16 años trabajando con los museos del Smithsonian, lo veo distinto. Me gusta la dinámica de la historia como algo vivo (orgánico).

Bad Brains fue un grupo capital en la génesis del HC ¿Crees que han tenido el reconocimiento que merecen?
Paul: La primera vez que vi a Bad Brains no teníamos el término “hardcore”. Eran, claramente, la mejor banda. A día de hoy sigo escuchando que se refieren a ellos como “La mejor banda de hardcore de la historia”, así que, ¡la respuesta es sí!

Es necesario tener un espacio físico para que crezca una escena ¿Qué papel tuvo el Madam´s  Organ en esta?
Paul: ¡Realmente ayudaron!
James: Para los Bad Brains y los chicos que empezarían Minor Threat unos meses después de que Madams Organ cerrara, Scream, Black Market Baby… Éste era un lugar donde todo era posible, un lugar de reunión. El DC punk / harDCore no habría sucedido así sin él. Hubo dos períodos principales de transformación en la historia del DC punk, Madams Organ y lo que llamaron Revolution Summer. Era esencial.

Hubo un choque generacional en este espacio, ¿pero fue una forma de iniciarse en la política?.
Paul: Para algunos, definitivamente.
James: Es enormemente educativo tener entre 12 y 16 años, como Ian y Alec MacKaye y Henry Rollins y pasar 8 meses en ese espacio junto a hippies adultos, yippies, socialistas y comunistas. Cuando nos enfrentamos a diferentes estilos de vida e ideologías, también nos preguntamos a quién y qué representamos.


Y hablando de esto ¿Cómo era el activismo político en esa época?
Paul: En DC, la capital del imperio, el activismo me precede, como si siempre hubiera estado allí.
James: Era fascinante ver cómo el activismo estaba presente en la escena antes de 1985, el momento en que empecé a ir a conciertos. Era muy diferente la forma en que se expresaba en cada banda o en otras personas de la escena. Cuando era adolescente no estaba particularmente comprometido políticamente, me interesaba el periodismo, estar informado, y publiqué  un artículo en la sección adolescente del  Washington Post cuando tenía 16 años. Los conciertos que iban casi siempre tenía alguna connotación política; no sabía que los conciertos en otras ciudades no tenían discursos ideológicos entre los sets.

Minor Threat creó los estándares de lo que tenía que ser una banda de HC: velocidad, rabia, emoción (destilando todo lo que había en la escena). Viéndolos en perspectiva, ¿cuál crees que ha sido su aportación en la articulación de un discurso alrededor del punk?
James: Mientras estábamos editando, había dos temas sobre los que pensé que querría hacer toda una película: Madams Organ (no el nuevo que rescató el nombre) y Minor Threat. Ian tenía, y tiene, mucho que decir y todos eran músicos se tomaban su oficio muy en serio. Minor Threat estableció que el punk no se trataba de una rebelión per se, sino de una crítica constructivaque hace hueco para crear algo nuevo. Sus canciones, en conjunto, son como neuronas que conectan ideas que son de vital importancia hoy día.

Mucho se ha hablado del rol de la clase media en la creación del punk y del HC, una clase media como catalizadora de la cultura de la negación ¿Fue el HC una forma de denunciar sus privilegios?
James: Durante el período que cubre la película, no fue tanto el caso. La escena de finales de los años 70 estaba compuesta por personas de de orígenes muy diversos. Había una gran cantidad de personas cuyas familias eran de clase trabajadora, algunos de la clase media, unos pocos de la clase media alta… Pero, en general, es cierto que en su origen el DC punk no era una escena de clase trabajadora como lo fue en Inglaterra en un principio. También vale la pena señalar que la gran mayoría de la gente en la escena de DC tenían el apoyo o, al menos, la indiferencia de sus padres; pero fue una elección y se podría decir que una característica de lo que significa el punk, no guiarse por la ética egocéntrica del capitalismo.

¿Podríamos entender este documental como una historia del activismo comunitario?
James: Es casi una precuela. Personalmente, me hubiera gustado que estuviera más enfocada políticamente, pero la escena en ese momento no estaba tan unificada en torno a estos temas como lo estuvo a mediados de los años 80. La película de Robin Bell “Fuerza Positiva: más que un testigo” realmente cubre ese despertar de la conciencia política en la escena de DC.






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