A 23 años de la muerte de Joey: por qué Ramone y otras curiosidades del rey del punk

Su traumática infancia. El bullying en la escuela. Su precaria salud. La redención a través del rock y el por qué de su nombre. La idolatría en Argentina y los 20 años sin hablar con el guitarrista Johnny Ramone. Jeffrey Ross Hyman, conocido como Joey Ramone, nació el 19 de mayo de 1951 en el seno de una familia judía de Forest Hills, Queens, Nueva York, hace hoy 73 años. Un dato que pocos conocen, es que al nacer, tenía un teratoma adosado a la columna vertebral, por unfeto de un gemelo que no había terminado de desarrollarse. Se lo removieron con una cirugía. Pero nunca dejó de tener problemas físicos y psicológicos por aquel tumor extraño. Los seguidores de Ramones -banda pionera de punk rock que Joey integró entre 1974 y 1996 Jeffrey era un muchacho introvertido y solitario, de 1 metro 98, flaco y desgarbado, ojos miopes saltones, anteojos de muchísimas dioptrías y dentadura asimétrica. La futura estrella estudió en el Forest Hills High School, donde sufria bullying. Sus padres se

Los Rolling Stones comenzaron su nueva gira en Madrid y recordaron a Charlie Watts

Los Rolling Stones comenzaron su nueva gira en Madrid y recordaron a Charlie Watts

Un enviado de Clarín vio el primer show del tour con que sus Majestades Satánicas iniciaron el festejo por sus 60 años en la ruta.

Los Rolling Stones comenzaron su nueva gira en Madrid y recordaron a Charlie Watts

Ron Wood, Mick Jagger y Keith Richards, en el inicio del SIXTY Tour, en el Wanda Metropolitano de Madrid. Foto AFP

Los Rolling Stones comenzaron su nueva gira en España. El SIXTY Tour con el que celebran sus 60 años de trayectoria dio el puntapié inicial y arrasó el Wanda Metropolitano de Madrid.

Espectadores de todas las edades vibraron durante algo más de dos horas con el clásico vendaval de rock and roll stoniano. A pesar de los años, la banda en vivo resulta tan enérgica y emotiva como en toda su historia. Los Stones son el manual perfecto de cómo debe ser un espectáculo de rock.

Aún con la ausencia del inolvidable Charlie Watts, Mick Jagger y Keith Richards siempre tienen motivos para brindar, seguir rodando y agigantar su leyenda viva. El secreto de la vigencia y la longevidad del grupo radica en su espíritu inalterable y en no mirar hacia atrás a contemplar el pasado. La nostalgia no compone su ADN.

jagger, interminable a los 78, en pleno concierto madrileño, abriendo la nueva gira de los Rolling Stones. Foto AFP

jagger, interminable a los 78, en pleno concierto madrileño, abriendo la nueva gira de los Rolling Stones. Foto AFP

Adolescentes eternos y relajados

jagger es un eterno adolescente que no detiene su marcha. A los 78 años corre con su inimitable paso felino, escupiendo estrofas por las extensas pasarelas prácticamente sin agitarse.

Richards (77) goza del gran banquete sonriente, relajado. Dispara sus riffs y se divierte en cada entretejido con su hermano del alma: el otro eterno adolescente, Ron Wood que festejó en vivo y sobre el escenario sus "jóvenes" 75. A la hora de las presentaciones, una lluvia de papelitos cubrió su figura mientras se coreó el tradicional feliz cumpleaños.

Steve Jordan, en batería, más Ron Wood y Keith Richards, en Madrid, donde los Stones comenzaron su nueva gira. Foto AFP

Steve Jordan, en batería, más Ron Wood y Keith Richards, en Madrid, donde los Stones comenzaron su nueva gira. Foto AFP

Juntos son los Rolling Stones, la banda de rock and roll más grande de todos los tiempos. Guste o no, emociona comprobar que envejecen con dignidad dejando un legado inigualable.

Los años pasan y pesan. Sin embargo, a ellos parece no afectarles. Las tendencias van y vienen, los Stones permanecen. Siempre. Eternamente. Obra de Dios o pacto con el Diablo.

El hecho concreto es que Rolling Stones versión 2022 seguirá tomando por asalto la ciudad de turno, en una nueva gira europea de 14 fechas que llevará su circo rockero tras 60 años de ruta uniendo generaciones en un sólo corazón con forma de lengua.

Cómo fue el show de Madrid

La velada comenzó pasadas las 22 con imágenes del recordado Charlie Watts y su inconfundible sonido de batería e inmediatamente se inició el fuego con los acordes de Street Fighting Man. La banda se adueñó del escenario luego de los invitados apertura: Vargas Blues Band y Sidoney.

El recuerdo para Charlie Watts, el fallecido baterista stone, en el inicio de la gira europea, por Madrid. Foto AFP

El recuerdo para Charlie Watts, el fallecido baterista stone, en el inicio de la gira europea, por Madrid. Foto AFP

Jagger saludó con un simpático "Hola Madrid", para darle paso a 19th Nervous Breakdown, una de las primeras gratas sorpresas de la noche a la que pegaron Sad Sad Sad que hacía tiempo no tocaban.

Sin embargo, el gran punto alto del concierto fue la emotiva interpretación de la melódica Out Of Time, gema de la década del sesenta que muy pocas veces ejecutaron en vivo, mientras que Beast Of Burden resultó la canción votada en redes por el público.

Los Stones estuvieron acompañados por Chuck Leavell en teclados, Darryl Jones en bajo, Steve Jordan en batería, Bernard Fowler junto a la morena Sasha Allen en coros, Matt Clifford en teclados y cuerno francés y Karl Denson y Tim Ries en saxos.

El listado de temas es una suerte de catarata de clásicos, un set plagado de aquellos que todos conocen: (I Can't Get No) Satisfaction, Sympathy For The Devil, Honky Tonk Women, Jumpin' Jack Flash, Gimme Shelter, Tumbling Dice, Miss You, You Can't Always Get What You Want, Paint It Black y Start Me Up.

Por supuesto, se sumaron las dos de Keith que por suerte nunca faltan, en este caso Happy y Slipping Away y alguna más nueva como la celebrada Ghost Town.

Ron Wood, Mick Jagger, Steve Jordan y Keith Richards, en el concierto en el Wanda Metropoiltano de Madrid. Foto AFP

Ron Wood, Mick Jagger, Steve Jordan y Keith Richards, en el concierto en el Wanda Metropoiltano de Madrid. Foto AFP

Padres, hijos y nietos

Hay público de todas las generaciones. Muchos emocionados de ver en vivo la banda de sonido de sus vidas, otros experimentando esa sensación por primera vez. Y allí están ellos, en su "oficina" disfrutando de su fiel hábitat que es el escenario, ese lugar en el que son dueños de todo.

La escenografía es simple, pero atractiva y colorida, con una única pasarela central, dos laterales y una nítida pantalla de leds detrás para no perder detalle y dos a cada lado. No hay parafernalia lumínica. Ni siquiera fuegos artificiales. Son ellos y su rock and roll eterno marca Rolling Stones.

Jagger juega con el clásico futbolístico madrileño y menciona al Real y al Aleti que provoca la eufórica reacción de sus hinchas.

Párrafo aparte para la infernal versión de Midnight Rambler, la oda blusera es quizás el momento más épico e imbatible del show que parece extraído de un bar de mala muerte de Chicago.

De pronto, Madrid se impregna de Club 54 con los primeros compases de Miss You. El estadio se convierte en una enorme discoteca neoyorquina y Darryl Jones demuestra porque toca con los Stones desde el '94. La masa se conmueve con el riff inoxidable de Start Me Up, que abre la puerta a esa catarata de super hits.

La primera fecha de los 60 años comienza a bajar la persiana, aunque por supuesto, faltan los bises. Y la banda regresa para el clásico Gimme Shelter, que acto seguido conduce a Jagger al centro de la escena para obtener lo que necesitamos todos: más satisfacción.

Se apagan las luces una vez más y se encienden los corazones de todos los presentes. Es la despedida, el saludo agradecido marca el final y en la pantalla aparece un gigante Gracias. Se baja el telón, pero sólo por esta noche. Ellos seguirán rodando. Al menos por bandas como los inoxidables Rolling Stones, el rock and roll goza aún de buena salud y los fans continúan amando que nunca paren.

WD

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