El flamante papa fue muy crítico cuando se trataba en el Congreso el proyecto que permitiría el matrimonio igualitario. En 2012, cuando el Congreso se encontraba debatiendo la ley que permitiría el matrimonio igualitario, Bergoglio dio a conocer una carta de repudio dirigida a los cuatro monasterios de Buenos Aires. “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios” , expresó en esa ocasión. Posteriormente, en el mismo texto, agregaba: “No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. Asimismo, el cardenal entonces cardenal agregó: “aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra”. En cuanto al aborto no punible, en septiembre de 2012 Belg...
Bandalos Chinos
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Entrevista
Bandalos Chinos: el nuevo fenómeno del rock argentino que conquista España y Latinoamérica
El grupo de Beccar inició en junio su primera gira mundial, que en
septiembre recorrerá el país y terminará el 22 de octubre en el Luna
Park.
Goyo Degano e Iñaki Colombo, de Bandalos Chinos. Foto German Garcia Adrasti
La renovación generacional dentro del rock
argentino es toda una realidad. Quizás muchos no se dieron cuenta, pero
nombres como Zoe Gotusso y Conociendo Rusia son realmente muy populares y
exitosos, con varios Gran Rex en su haber. Y ni hablar de la música
urbana, que es otro furor aparte.
En ese podio de importancia se puede ubicar al grupo Bandalos Chinos en la cima,
con varios discos llenos de hits, actuaciones importantes en el
exterior pre-pandemia y un actual gira mundial que ya pasó por España,
Francia, México, Guatemala, Venezuela, Ecuador, Colombia y Perú, siempre
ante multitudes y con entradas agotadas.
Ahora
están recuperando fuerzas después de dos meses en la ruta, pero en
septiembre vuelven a la carga, con su Big Blue Tour llegando al interior
del país y Chile, desembocando el 22 de octubre en el estadio Luna
Park.
Iñaki y Goyo, de Bandalos Chinos. Foto German Garcia Adrasti
En Buenos Aires, su último gran show fue en el festival Quilmes Rock,
donde se vieron desbordados por una multitud que sobrepasó el área de
su escenario.
Goyo Degano, el cantante de la banda,
recuerda esa actuación de principios de mayo claramente: "Fue una
locura y la verdad es que nos tomó por sorpresa. Nos mirábamos entre
nosotros porque había un mar de cabecitas y no se llegaba a ver el
fondo. ¡Fue muy lindo recibir ese apoyo de todo el público en un
festival tan importante! Yo en los últimos shows no venía bajando entre
la gente en la vallas, pero ahí sentí tanto magnetismo que quise bajar y
abrazarme con todos. Había una energía muy copada".
Iñaki Colombo, guitarrista y también tecladista,
agrega: "Tocar ante tanta gente te da más adrenalina. Ahí en el Quilmes
nos asomábamos antes de salir y era increíble. Es una sensación muy
estimulante".
Según Goyo, agotar localidades "está
buenísimo". Dice que no se olvida de los primeros shows en Niceto,
donde hasta último momento estaban pendientes de la cantidad de gente,
para ver si podían repartir entradas entre amigos o no.
"Ahora
-admite- es olvidarse de eso y en cada lugar que vamos estamos
prácticamente a sala llena. Eso es muy grato porque te permite ocuparte y
concentrarte en dar el show, tocar y estar conectados entre nosotros.
Está buenísimo dar por descontado que va a haber gente viendo el
concierto".
Los momentos bisagra
Bandalos Chinos en pleno Sonic Ranch de Texas. Foto de prensa
-¿Cuáles serían los momentos bisagra en su carrera? Quizás aquellos primeros Niceto, ¿pero qué más?
-Iñaki: Sin duda los primeros Niceto de 2016, cuando presentamos el EP En el aire.
-Goyo: Ese
fue nuestro primer desembarco en Capital, siendo una banda de Beccar,
en Zona Norte. Nos costaba muchísimos conseguir shows y conciertos en
Capital. Fue un momento bisagra, y otro fue la salida de Bach, con toda la gira que vino después.
-¿Y en México cuál fue ese momento clave?
-Iñaki: El festival Catrina, en Puebla.
-Goyo:
Sí. Llegamos a nuestra primera gira en México a fines de 2018, tocamos
en ese festival y fue impresionante. La verdad que fue uno de los
primeros recitales que hacíamos y había muchísima gente. A los pocos
meses, en marzo de 2019, fuimos a tocar al Vive Latino y me parece que
ahí también fue un momento bisagra.
Tocamos en la
Carpa Intolerante, que es como un escenario alternativo, más chico.
Antes de tocar el lugar estaba pelado, y cuando salimos había gente
hasta el fondo. Eso nos hizo pensar que había que seguir yendo a México.
Goyo Degano e Iñaki Colombo, de Bandalos Chinos. Foto German Garcia Adrasti.
-¿Ver tanta gente les da entusiasmo y orgullo, o miedo?
-Iñaki:
Es una mezcla. El día que pierdas el miedo tenés que retirarte. A veces
esa incertidumbre de qué va a suceder es el motor, porque no sabés si
te van a abuchear o aplaudir. Cada show es como el primero, porque
también hay gente que te está viendo por primera vez.
-Goyo:
La verdad que da mucho orgullo, sobre todo poder viajar y llegar a
lugares tan lejanos y que haya gente cantando los temas. Cuando fuimos a
México el año pasado, tocamos en Tijuana, una ciudad con una tradición
rockera muy potente. Y en cada lugar ponemos la dirección de nuestra
casita en Beccar para ver a cuántos kilómetros estamos. Y ver tanta
gente cantando y aplaudiendo es para inflar el pecho y decir "¡Qué lindo
lo que nos está pasando!".
Rumbo al Luna Park
-¿Cómo vienen soñando el recital del Luna Park?
-Iñaki:
Hay cosquillitas en la panza. Ya estamos palpitándolo desde ahora,
aunque falte mucho. Es como el cierre de toda esta primera parte de la
gira que nos lleva por tantos países. Nos da mucho orgullo y felicidad
poder hacerlo. Además, es un desafío inmenso armar un show justamente
ahí, con toda la mística que tiene el lugar.
Bandalos Chinos. Foto de prensa
-¿Qué shows inolvidables vieron ahí?
-Goyo:
Tengo uno que tiene que ver con un momento en especial, porque estaba
arrancando en eso de ir a recitales y fue la primera vez que fui al
Luna. Fue el show de los 15 años de Cultura Profética. Me metí entre la
gente y me acuerdo que un amigo se desvaneció y hubo que llevarlo a que
lo asistieran. Ahí vi la fuerza y la potencia que tiene ese lugar. Y de
los últimos tiempos recuerdo un show muy potente de Wosito.
-iñaki:
Mi recuerdo es más reciente: un recital de Patti Smith que me voló la
peluca. Me acuerdo que el escenario estaba peladísimo y salió una banda
de rock tremenda.
-Goyo: ¡Ah! Le
conté a mi abuela que íbamos a tocar ahí y me dijo, "¡Es donde cantó
Sinatra!". También vi por YouTube los shows de Rodrigo, que quedaron
para la posteridad. La verdad es que es una locura tener la oportunidad
de hacer un show ahí.
-¿Al Luna ya llegan con todas las canciones nuevas de "Big Blue"?
-Goyo:
Sí. La idea es tocar todos los temas nuevos y obviamente nuestros
grandes éxitos. El disco nuevo tiene 35 minutos nomás, y está bueno
porque lo terminás de escuchar y te da tiempo a ponerlo de vuelta.
-Iñaki: Estamos ya en unas dos horas de show.
La nueva generación
Bandalos Chinos en vivo en el festival Quilmes Rock. Foto: Martin Bonetto.
-Ya pasaron tiene diez años del primer disco y son la primera
banda de su generación en llegar al Luna Park. ¿Con quiénes se sienten
cercanos?
-Goyo: Con el Ruso, de
Conociendo Rusia. Es un colega con quien nos venimos cruzando en la
escena hace muchos años, cuando él tenía otros proyectos. Ojo que Marilina llegó antes que nosotros al Luna, pero no es banda.
-Iñaki:
También está El Mató Un Policía Motorizado, pero están hace más tiempo.
Cuando arrancamos fueron un referente y modelo de autogestión. Nos
vemos mucho con Zoe, Ainda, El Zar, Indios y bandas como Francisca y los Exploradores, Rayos Láser, Hipnótica.
-Goyo: También las bandas de Mendoza, las manso-indie, aunque ahora Usted Señálemelo no esté en actividad.
El último disco: Big Blue
La tapa del disco Big Blue de Bandalos Chinos
Al igual que en la previa de su álbum anterior, Paranoia pop, este reciente Big Blue
les volvió a generar la duda de volver a grabar en el Sonic Ranch, pero
se entusiasmaron con la posibilidad de utilizar una parte nueva del
"rancho" llamada Big Blue (de ahí el título del disco).
Según
Goyo, en la decisión de volver a ir a Texas tuvo que ver el encierro y
la pandemia, haber estado cada uno viviendo en su casa y haciendo su
vida. "Necesitábamos ese espacio de reencuentro y nos tentó la idea de
ir a ese estudio que habíamos visto cuando lo estaban construyendo".
Otro factor que repitieron de la fórmula que resultó exitosa en Bach y Paranoia pop
fue el productor Adan Jodorowsky. El cantante explica que se siguió
desarrollando ese vínculo creativo, además del vínculo fraterno, de
amistad.
"Es importante -explica Goyo- la energía
que se vive en una sala de grabación, cuando estás produciendo e
imprimiendo lo que va a ser un disco que va a quedar para siempre".
Iñaki reflexiona: "No sé si vamos a poder hacer un disco solos. Lo hicimos con los primeros, y en Bach lo
llamamos a Adan y nos funcionó. Definitivamente, siendo una banda de
seis personas, tener a alguien como él es bastante clave. Porque llega
un punto en que no te ponés de acuerdo en todo y necesitás alguien que
esté afuera de la situación y tenga cierta objetividad".
"Es
una persona -agrega Goyo- a la que todos le dimos ese poder y esa
potestad, entendiendo que hay que confiar en él. Una discusión puede ser
realmente eterna y es clave alguien para agilizar el proceso y no
enredarse en un sofismo innecesario".
-Leí que grabaron todo en vivo. ¿No lo habían hecho antes?
-Iñaki:
Algunas cosas sí, como la batería con el bajo y la guitarra. Pero acá
fue literalmente todos juntos, con las dos guitarras, teclados, bajo,
batería y voz principal. Prácticamente no hubo overdubs en el
disco. Fue un desafío que nos propuso Adan al llegar al estudio.
¡Nosotros no sabíamos que lo íbamos a grabar así! Creo que le da un
tinte y una filosofía al disco, porque es poder incorporar el error o la
imperfección al concepto. Se eligió la mejor toma colectiva y no nos
dejaba corregir.
-Goyo: ¡No hubo
preparación mental ni física! Fue copado eso de amigarse con el error y
levantar la cabeza y mirar al otro durante la toma. Hubo un trabajo
energético copado, que se termina escuchando en las canciones.
-Hay referencias a la pandemia en las letras. ¿Se compuso todo en pleno encierro?
-Goyo:
Sí, totalmente. Si bien no consideramos que habla exclusiva o
directamente de la situación que vivimos en la pandemia, está gestado en
esa época. Hay detalles, por ejemplo en Mi fiesta, que
compusimos con Joaco Vitola en Saldías y queríamos hablar de una fiesta
clandestina, que era muy de esa época. Termina teniendo destellos e
influencias de lo que nos pasó en el encierro, pero no me parece que sea
el hilo conductor ni la temática principal.
-¿Fue difícil armar el tracklist o salió naturalmente?
-Goyo: La
decisión tiene que ser unánime. En general, Iñaki y Mati, el baterista,
son los que proponen más y se enroscan en probar y escuchar cómo queda
cada variante. Los demás escuchamos y levantamos o bajamos el pulgar. Y
para elegir los singles tenemos un juego muy divertido que es anotar
cada uno sus tres propuestas en un papel.
-Iñaki:
Fue difícil. Siempre es un desafío lindo. Hay ciertos encargados que
proponen un orden de temas, pero luego hay que atenerse a la idea del
comité, como le decimos. Los seis votamos, pero no alcanza con ganar
4-2, porque queremos llegar a algo que le gusta a todos. Ese es nuestro
sistema. Es una democracia de unanimidad.
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