Fernando Ruiz Díaz: música como terapia luego del ACV

Fernando Ruiz Díaz, líder creativo de Catupecu Machu, compartió recientemente detalles sobre su recuperación tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) el 15 de febrero de 2024. Con valentía, reconoció que el proceso de recuperación fue una verdadera montaña rusa emocional, pero subrayó que la música fue su mejor medicina: “hacer música fue mi mejor terapia”, declaró en la entrevista La música como clave de sanación Más allá de los tratamientos médicos formales, Fernando apostó por el arte como herramienta curativa. Señaló que componer, tocar y crear música no solo le devolvió fuerza física, sino que también le ofreció estabilidad emocional durante los momentos más difíciles. La música, explicó, le permitió reconectarse consigo mismo y enfrentar las fluctuaciones internas tras el ACV . Emoción en subebaja constante Durante su recuperación, el músico describió su estado anímico como una montaña rusa emocional . Admitió que, incluso en medio de la calma, aparecían olas de incertidum...

los kahunas y el sueño del garage propio

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los kahunas y el sueño del garage propio
Smoking surf

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-2574-2007-01-05.html
Por Javier Aguirre

Todos llevan moñito negro, saco azul, y se mueven coreográficamente como si una ola invisible cruzara el escenario y les sacudiera las guitarras y el bajo. La marea pasa, los cuatro músicos dejan de ulular y la música surfer hipnótica lleva a pensar en que debe ser muy difícil practicar surf dentro de un garage. “El aspecto escénico es fundamental para Los Kahunas”, evalúa Alexis B., baterista de la banda que integra junto a los guitarristas Adrián “El Papu” Cast y Antonio Carlos, y el bajista El Iguana (todos ellos porteños, salvo Antonio Carlos, que no es un marcador de punta oriundo de Brasil sino un guitarrista de las “Tierras Germanas de Ballester”, según la historiografía de la banda). “Comúnmente tocamos vestidos con tuxedos”, retoma Alexis, en referencia a la indumentaria a la que —¿en castellano?— se le llama “smoking”. Y cuenta la historia: “Es algo surgido en los ‘60 en el circuito de universidades de Estados Unidos, donde a las bandas les pedían que la vestimenta para los conciertos fuera relativamente formal”. “Y las coreografías —agrega— responden a un trabajo de puesta en escena que tiene que ver con la intención sonora de cada canción.” El cuidado del aspecto visual de los shows llevó a que convocaran, para una performance en el escenario, a luchadores de catch —entre los que se destaca Gino Storni, el heroico Delivery Boy del programa de Telefé 100 por ciento lucha—. En tanto, mientras la banda preproduce el que será su segundo disco (en el 2005 apareció su álbum debut, que se llama El fantástico sonido Surf & Hot Rod de Los Kahunas), Alexis admite que el aspecto visual del grupo a veces ha motivado algunos prejuicios: “Cuando fuimos invitados a tocar en Vélez con La Renga, después del show se me acerca alguien y me dice: ‘Cuando subieron al escenario me pregunté: ¿quién carajo son esos cuatro boludos de traje’. Pero cuando tocaron, me taparon la boca”. Con tres años de carrera, su repertorio, formado por composiciones propias y clásicos del género, es fundamentalmente instrumental; salvo en las contadas ocasiones en las que cuentan con vocalistas invitados, como Chizzo de La Renga, o Marcelo Pocavida. Pero, a todo esto, y más allá del gusto por la escena, ¿Los Kahunas practican surf? Responde Alexis: “El único aficionado al deporte es El Papu —principal compositor del grupo—, que lo ha practicado en las costas locales de Mar del Plata. El resto de la banda... la verdad, no estamos, lo que se dice, en el mejor estado”, ríe, admitiendo limitaciones.

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