Es mejor no tomarse muy en serio a Pixies

  Black Francis considera que es mejor no tomarse muy en serio a Pixies La banda que admiraba Kurt Cobain publica un nuevo disco, “The Night the Zombies Came” y su líder dice que es vulgar “hablar sobre nosotros mismos, si somos importantes o lo que sea, solo porque sí” Por Maria Sherman Muertos vivos, restaurantes suburbanos con temática medieval, un centro comercial. Druidismo, pollos decapitados, renacimiento. Iglesia, matanza de ovejas, ciencia ficción. Estos son algunos, no todos, de los temas tratados en el décimo álbum de estudio de Pixies, The Night the Zombies Came. Una colección caleidoscópica de 13 canciones —su primer álbum con la nueva bajista Emma Richardson— que oscila entre el folk, el punk, la psicodelia y de vuelta, sin encajar nunca en una fórmula particular. En realidad, The Night the Zombies Came se desarrolla como una película: cada canción es una pequeña viñeta. El líder y artista visual Black Francis, nacido Charles Thompson, dice que eso se manifiesta espec...

¿Qué queda del punk?

 


Con su eslogan No future, puede resultar extraño que, treinta años después, grupos como los Pistols y The Damned - críticos despiadados en 1976 de los viejos hippies y los cuarentones del rock progresivo- sigan de gira. ¿Qué queda de esa irrupción furibunda y original? Puede que naciera en 1974 en el club CBGB en la calle de las almas perdidas del Bowery de Nueva York con los Ramones, Television y Richard Hell and the Voidoids - ya luciendo imperdibles y camisetas rotas-,pero el punk de verdad fue un rayo en el cálido verano londinense de 1976 cuando Malcolm McLaren y Johnny Rotten escandalizaron al establishment y despertaron a una juventud en paro con manifiestos nihilistas, moda sadomasoquista, tacos fuck off en la tele y frenéticos bailes pogo bajo lluvias de lapos. Los Sex Pistols y el sarcasmo aburrido de Rotten lo cambiaron todo en 1976. Pero el punk había terminado casi antes de empezar. "Ya en 1977 todo parecía un poco quemado; un montón de grupos que sólo querían imitar a los Sex Pistols", dijo en Barcelona el miércoles pasado Colin Newman, cantante de Wire, un conjunto de enlace entre el punk y la nueva ola mucho mas ecléctica que vino después con grupos como Magazine o Joy Division. "El punk nos abrió la puerta porque la música antes estaba mirándose el ombligo, los británicos somos buenos a la hora de destruir cosas y empezar de nuevo; el punk nos dio la actitud", dijo Newman antes de un concierto de Wire en el Apolo. La brevedad del momento creativo se confirma entrevista tras entrevista con los protagonistas de la movida del nuevo libro de Jon Savage, The England ´ s dreaming tapes (Faber 2009). Dada la brevedad de la explosión punk con su eslogan No future, puede resultar extraño que, treinta años después, grupos como los Pistols y The Damned - críticos despiadados en 1976 de los viejos hippies y los cuarentones del rock progresivo-sigan de gira. Más chocante aún, Johnny Rotten acaba de salir vestido de caballero británico en un anuncio de mantequilla Country Life. "Tuvimos que actuar con los Pistols el año pasado - dijo Newman-y siguen tocando las mismas doce canciones, Anarchy, God save the Queen,Pretty Vacant, ya sabes; fue como tocar con un grupo de pub rock. ¡Horrible!". Rotten - ahora John Lydon-acaba de refundar The Public Image Limited, el grupo que formó en 1979 con su amigo Jah Wobble (John Wardle). La atrevida diseñadora Vivienne Westwood, que ideó los Pistols junto con McLaren, en su tienda de moda Sex de la Kings Road de Chelsea, ha pasado de ser azote mordaz de la monarquía, animando a Rotten a escribir God save the Queen,a ser, a los 68 años, Dama del Imperio Británico, condecorada dos veces por la Reina. McLaren, el cerebro maquiavélico del punk, sigue dando guerra. Compuso parte de la banda sonora de Kill Bill de Tarantino y produjo el último manifiesto antihamburguesa del cine, Fast Food Nation.Contaba con el be neplácito de su ex amiga Chrissie Hynde, cantante de The Pretenders, incondicional del look Sex (trajes de goma, medias de red de pesca, collares de perro), ahora activista por los derechos de los animales y dueña de un restaurante vegetariano en su ciudad natal de Akron (Ohio). Steve Jones, el bajista de los Pistols, es disc-jockey en Los Ángeles. Sólo Sid Vicious se despidió como un punk auténtico. Tras matar a su novia Nancy en el Chelsea Hotel de Manhattan en 1979, bajó a recepción y dijo al dueño hotelero, Stanley Bard: "Nancy está muerta. ¿Me puedo quedar la habitación?". Semanas después murió de una sobredosis de heroína. El punk rechazó todo lo anterior e incitó a toda una generación a cortarse el pelo y tirar el pantalón acampanado. "Fucking hippy" era el insulto más cruel en clubs como el Roxy o el Marquee, en Londres, Erics en Liverpool o el Factory de Manchester. Pero, como reflexiona en el libro Robin Scott, autor del éxito mundial Pop Muzik en 1979, "el punk fue el estertor del idealismo hippy, eran hippies disfrazados de bulldogs". Captain Sensible, cantante de The Damned, empezó pronto a colaborar con Pink Floyd, cada vez más bajo la influencia de drogas psicodélicas, las llamadas hippy drugs en 1976. Al final de El futuro no está escrito de Julian Temple (2007), documental biográfico sobre Joe Strummer, el cantante icónico de The Clash, muerto súbitamente en 1992, reconoce que es un hippy. Siouxsie Sioux, ex cantante del grupo Siouxsie and the Banshees - otro miembro del núcleo duro de Sex-,conserva algo de su pasado punk mediante colaboraciones con David Lynch y con la galería virtual The Dark Side. Pero es difícil provocar a los 52 años, cuando, a los 18, has entrado en un bar de vinos del conservador pueblo suburbano de Bromley, en las afueras de Londres, llevando a tu novio con collar de perro y correa... Otra punquette de Bromley, Polystyrene, la cantante de X-Ray Spex, que actuó con The Damned y Wire en el famoso concierto del Roxy en abril de 1977, explica en su entrevista del libro de Savage que dejó la música porque "vi un ovni y tuve una crisis nerviosa, lo cual es normal cuando has visto un ovni". Ahora, dice Savage, Polystyrene se dedica a su "vida espiritual". En Nueva York, el cierre de CBGB hace tres años y la muerte de su fundador, Hilly Kristol, meses después pusieron un necesario punto final al punk neoyorquino tal como se puede ver en Burning the house down,un nuevo documental de Mandy Stein sobre el mítico club que puede verse esta semana en el festival de cine de Londres. Todos los supervivientes acudieron al entierro: Patti Smith, Tom Verlaine, Debby Blondie Harry, aún a los 64 años un personaje hip del downtown Manhattan. Pero los Ramones no estaban. Tres de ellos murieron. Joey, después de convertirse en especulador bursátil enamorado de la imagen televisiva de la presentadora del canal financiero CNBC Maria Bartiromo. De la formación original sólo queda Tommy Ramone, ahora mandolinista del bucólico trío de bluegrass Uncle Monk. Derek Jarman sobre las contraculturas El punk británico surgió en la dura recesión a mediados de los años setenta cuando "los peores datos de paro desde la Segunda Guerra Mundial" coincidieron con "draconianos recortes del gasto público" y una "vida social fragmentada", explica Jon Savage en su libro sobre los Sex Pistols England´s dreaming (1991). ¿Se repetirá? Es imposible saberlo, como decía Derek Jarman, que murió en 1994, director de la primera película sobre el punk, Jubilee. En una de las entrevistas hasta ahora inéditas- The England ´ s dreaming tapes (Faber 2009), Jarman dice: "Son los mismos problemas pero cambian de forma; o bien se intenta colaborar para salir de la situación económica o bien se produce una rebelión. El punk fue la última (rebelión). Las alternativas se mueven de una manera muy extraña, hacia delante y luego hacia atrás. La siguiente generación hizo todo lo que pudo para incorporarse a la visión económica de la señora Thatcher", explica.

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