Preguntados precisamente al respecto de si Odio arrastraba tras de sí a los seguidores más duros nos responden: “En
nuestros tiempos había hostias hasta en las verbenas populares, así que
no consideramos que nosotros moviésemos a los violentos, era más bien
algo generalizado”. Dicho lo cual no tienen problema en reconocer que: “La
represión era el enemigo, la poli. Nuestros seguidores no se pegaban
entre ellos, pero sí que es verdad que muchos conciertos no se llegaban a
terminar por alguna pelea”.
El origen de Odio se remonta a 1979 cuando cuatro amigos (tres chicos
y una chica) se plantean hacer un grupo llevados por el aburrimiento en
la barra de un bar. Convulsión política, represión y marginación
constituyen el caldo de cultivo ideal. Dadas las circunstancias Odio
parece un nombre más que apropiado. “El odio es una realidad existente (…) Sería más raro que nos llamásemos amar”, contaban en la entrevista que les hizo la revista Muskaria en abril de 1986.
Pero ni esa primera cuadrilla, ni la formación surgida tras la sustitución de la chica llegaría a cuajar. Sólo Chirolo (guitarra) persiste en el empeño y con Pazos –Kagetas- (batería), Mayi (bajo) y Fermín – Pikotas
– (voz), que tan sólo había ensayado una vez con el resto, debutan en
directo aprovechando el descanso en la actuación de Arkaitz en fiestas
del barrio de Alabega en su localidad natal Rentería.
Entrevistados por el fanzine U.A. en estos primeros momentos de la
banda, declaraban contar con un repertorio de unos ocho temas en los que
se hablaba de “caos, la destrucción, la poli… de todo, de realidades”.
Y es que si algo tuvieron claro bandas como Odio fue que la música era
una posibilidad para cantar toda la cruda realidad que les tocaba vivir:
“Somos las huestes de una ciudad destrozada / Donde la ley nunca tuvo orden / y el orden es la lucha cotidiana” cantaban en “Ciudad sin ley”; “Tú
que tienes vida, no te dejan vivir / huyes con la droga, intentas
morir. / Escapas unas horas pero ya volverás / y ahí te espera siempre
la cruel realidad” en “Voy a vivir”. Compartieron la
capacidad de plasmar en crudas postales el día a día de barriadas
urbanas por las que corrían ratas, policía y droga que también
demostraron, desde posiciones más rockeras, Leño desde Madrid, los pamplonicas Barricada, o La Banda Trapera del Río desde Barcelona, añadiendo a la fórmula la mala baba y ausencia total de perspectivas propias del punk de la época. En definitiva, utilizaron sus canciones para contar “la realidad, las cosas que te pasan, cosas que están sucediendo hoy en día y la gente ni se entera”.
Al poco tiempo de comenzar se producen relevos en el bajo: entra Montero en sustitución de Mayi, hasta que tiene dejar la banda para cumplir el servicio militar, momento en el que es sustituido por Gallo en 1980. Con éste se completaría la que podría denominarse formación clásica que se mantendría una media década más.
La banda actuaría en directo en muchas ocasiones, como por ejemplo
los numerosos bolos en las discotecas locales Happy Day o el 30 de enero
de 1982 en la sala Saioa con Basura, RIP, Optalidón, SA y Neo-Punk en
la fiesta celebrada por el III Aniversario de la muerte de Sid Vicious,
el bajista de Sex Pistols. Precisamente los británicos fueron una de las
referencias musicales que dicen haber tenido en sus comienzos. Como
Ramones, The Damned, The Clash y “todo lo que vino después: Rezillos, Sham 69…”.
En 1983 entran en los estudios de Paco Flores situado en el barrio de
Agustinas en Rentería para grabar una maqueta con seis temas: “Voy a vivir”, “Fascistas”, “Estado de excepción”, “Dinero del caos”, “Cleptomanía” y “Odio”. La cinta sin embargo no llegaría a editarse nunca debido a la mala calidad del sonido resultante. “Como
grabación fue una cagada. Todo el grupo estábamos de resaca y en la
calle hacía cuarenta grados. El resultado fue muy malo. No teníamos que
haber ido a grabar”, nos cuentan cuando les preguntamos sobre lo que recuerdan de aquella sesión.
El directo de la banda no se resiente por el fiasco en el estudio,
tocando en dos jornadas consecutivas en actuaciones que el devenir del
tiempo convertiría en históricas. Por un lado, el 15 de abril tocarían
en Altza (San Sebastián) junto a compañeros de viaje habituales como
Basura, RIP y Optalidón, además de con Cirrosis y No.
El concierto quedaría grabado como pirata y en concreto, la actuación
de Basura se utilizaría posteriormente en la edición del disco “Dando Ostias sin Parar” (Beltza, 2006) que hiciera el sello donostiarra Beltza Records.
Pero además el día siguiente, el 16 de abril, Odio participaría en el
Festival de Oñati, lugar de encuentro de bandas y seguidores del punk radical de la época. El cartel incluía, además de a Odio y Basura, a Cirrosis, Desorden, RIP, Vulpess, Cicatriz en la Matriz y desde Barcelona, Ultimo Resorte. "Esa semana dimos unos cuatro o cinco conciertos seguidos y todos ellos sin dormir apenas nada" nos apuntan.
Precisamente en un nuevo ejemplo del trasvase entre bandas de Euskadi
y Cataluña en aquellos primeros años de la década de los 80, el 9 de
julio de 1983, las dos bandas de Rentería, Basura y Odio, oficiarían de
anfitriones de los barceloneses Kangrena.
Poco después, ese mismo verano, tocarían con Anti-Nowhere League en el
autódromo de Lasarte, en formato de doble sesión en el que se produjeron
peleas con algunos de los componentes del combo inglés.
En 1984 repetirían con Basura y RIP en una nueva edición del homenaje
a Sid Vicious. El mano a mano con sus paisanos Basura el 26 de abril en
las fiestas del barrio de Pontika (Rentería) acabaría con disturbios
con las fuerzas de seguridad.
Un año después acuden a los estudio IZ para grabar las canciones con
las que se pensaba editar un EP. Con dificultades, ya que no los
volvieron a escuchar una vez grabados, según creen recordar vagamente se
trataba de “Fascistas”, “Dinero del caos”, “Estado de excepción” y “Odio”.
De los estudios tan sólo guardan el recuerdo de un local dividido en
dos habitaciones. Tenían preparado el título para el disco, “Dinero del
Caos”, e incluso una foto para la posible portada, pero al final el
proyecto se torció y no llegó a buen puerto.
A finales de 1985 comienzan a producirse cambios en la formación,
algo que terminaría convirtiéndose en una constante a lo largo de la
trayectoria de la banda. Kagetas deja la batería, siendo Kapero
su sustituto. De esta guisa tocarían el 6 de abril de 1986 en el
polideportivo de Anoeta (San Sebastián) con Basura, RIP, Kortatu y
Cicatriz, en otro evento con uno de los mejores carteles de aquella
época, pero como rápidamente nos indican: "al que apenas acudieron novecientas personas".
Odio, que había empezado algo antes que muchas de las bandas que más
destacaron en el denominado Rock Radical Vasco, y que de siempre había
reconocido su afinidad por Basura y RIP, respondía así en la entrevista
que les hacía para la revista Muskaria el sin par Teniente Blux Berri
ese mismo mes de abril al respecto de su afiliación o no a dicha escena:
“No pensamos que personalmente haya gente que no quiera incluirnos
en su festivales; tampoco se nos ha ofrecido ni nos hemos ofrecido a
nadie. Lo único es que nosotros somos de aquí, llevamos tiempo haciendo
nuestra historia y somos parte de un rock radical quieran unos o no
quieran. Se les pasará el tiempo, se les pasará la movida y cuando se
pase todo eso, quedaremos nosotros. Entonces si ellos han pasado y
estamos nosotros ¿quién es el rock radical vasco? (…) Para mi eso es un
panfleto, un producto para vender discos”. Derivada la conversación hacia las connotaciones políticas de aquellos días apuntaban: “Lo
de Martxa eta Borroka está bien para abrir los ojos a mucha gente
joven. Ahora, la manipulación es otra cosa. Puedes ser uno más de ellos
sin integrarte en ellos. Yo prefiero que los chavales de 15 años vayan a
ver a La Polla, y si lo promociona HB me da igual”.
Los de Rentería, que igual hablaban sin tapujos de los enfrentamientos entre punks
y policías municipales cuando HB estaba en el ayuntamiento de Rentería,
y no desaprovechaban la ocasión para dedicar una canción a los últimos
fusilamientos del Franquismo (“27 de Septiembre”) abogaron siempre por una independencia total en sus ideas.
En 1988 el que se va del grupo es Gallo, dejando el bajo en manos de Xabi (Basura) hasta que finalmente lo reemplazase Yosu. Además la entrada de Maestro
añade una segunda guitarra al sonido de la banda. Sin embargo Odio pasa
por un momento de inestabilidad, con más cambios en su seno, como el de
la batería, cuando se marcha Kapero para casarse e irse a vivir fuera.
Su última actuación con sus antiguos compañeros sería en su propia boda,
donde tocó un par de temas. Le sustituirían primero temporalmente con Fran (Basura, Ke+Da) y luego en 1989 Ibon. Tras un par de conciertos el grupo termina por disolverse.
Lo hace eso sí, tal y como demuestra la grabación pirata que circula de la actuación que dieron en el gatztetxe
de Egia, una de sus últimas apariciones en directo de esa etapa, sin
haber perdido nada de la energía con la que empezaron y dejando
auténticas amarguras hechas canción como “Fase terminal”, la descarnada crónica de la enfermedad que asoló las filas de la juventud de la década de los 80: “Vivir
en la calle tu juventud / cuando todo era una mierda todo era full /
Salir a la calle sin ilusión / por tus venas corre sangre de revolución /
Día tras día sin saber que hacer / te perdiste en el abismo de un gran
placer / El placer de una mierda que hoy no quieres ver / compartiendo
una jeringa te sentiste bien”.
El debut en este nuevo regreso tuvo lugar el 4 de febrero de 2001 en el gaztetxe de Andoian junto con Txapelpunk
-que ensayaban entonces en los mismos locales que Odio- y Micky Kaos.
El concierto fue algo accidentado porque Pikotas terminaría la actuación
con rotura de ligamentos de la rodilla.
Al respecto de su vuelta a la actividad y la de otras muchas bandas
del rock vasco de los 80 comentaban en entrevista al periódico Gara en
septiembre de 2001: "Las nuevas generaciones que no llegaron a
conocer a todos estos grupos muestran ahora mismo un gran interés.
Nosotros lo hemos notado en nuestros conciertos, peña con 19 años que
canta en primera línea nuestras canciones. El que tiene un poco de coco
no se va a las discotecas a comer pastillas".
A pesar de la lesión, que le obligó a una larga convalecencia y a
utilizar muletas todo el año, la banda no permaneció inactiva. A los
numerosos conciertos en fiestas y gaztetxes, Odio sumó su
participación en el homenaje que se dio a Portu, bajista de RIP, en el
parque Monterrón de Mondragón y en el que tocaron, además de los propios
RIP y Ume Gaiztuak, banda en la que también militaría el músico desaparecido, tocaron MCD, Puñetazo, Anti-Régimen, Heriotza y Eskizofrenia Rock.
Antes del final de año, en octubre, Antolin deja el bajo aquejado por problemas en las manos, siendo sustituido por Jorge (No Toxic, Pipe, Boogie Van).
A su vez, Patxi, deja el grupo, quedando Odio reducido al formato de
cuarteto. El primer concierto con esta formación sería el que dieran el
20 de octubre en la Kultur Etxea (Casa de la Cultura) de Altza junto a
Mundo Matadero.
En el año 2002 salen incluso del estricto circuito guipuzcoano,
tocando el 1 de junio en Ponts (Lérida), el 28 de septiembre en la V
Semana Bruta de Zaragoza y el 26 de octubre en Alsasua (Navarra).
Sin embargo el entusiasmo de la vuelta se enfriaría un año después al
tener que enfrentarse a los ritmos y maneras de la escena de gaztetxes,
centros ocupados y colectivos que dan por supuesto un compromiso no
remunerado de todas las bandas para con sus causas y campañas. Sergio es
el primero que decide abandonar el grupo desanimado y el resto,
arrastrados por la misma inercia, no consideran siquiera la posibilidad
de sustituirlo. El 25 de julio daban su último concierto en las fiestas
de Rentería, cerrando esta etapa con la composición de una canción nueva
"Cerebros comprimidos", con la que posteriormente abrirían muchas de sus actuaciones.
Tendrían que pasar siete años más para que Odio volviera a pisar un
escenario. El 28 de mayo de 2010 en la sala Mogambo de Trintxerpe se
reunieron Pikotas (voz), Jorge (bajo), Maestro (guitarra) y Jafo
(guitarra) para homenajear a Antolin, uno de los bajistas de la banda,
desaparecido un año antes. Compartieron escenario con Basura, reflotados
también para el evento, y Kaos Korporativ.
Unos meses después, en noviembre de ese mismo año, toman la
determinación de volver a la carga. Se encuentran bien en los ensayos y
aprovechan para recuperar y grabar su repertorio, al que muchos de sus
seguidores sólo podían acceder mediante las cintas pirata con sus
conciertos. Para abril de 2011 han terminado la grabación de una
selección de dieciseis temas en su mismo local de ensayo y las mezclas
en los estudios Zuzen. Se prepara así "Esclavos del Capital ¡¡Miseria Para Siempre" (Fragment, 2011).
Es ya a comienzos de los 90, tras volver a Rentería después de la
temporada que ha pasado fuera Pikotas, que el cantante se plantea
reflotar la banda. Como en la formación que consigue reunir: Ion (batería), Antolín
(bajo) y Maestro (guitarra), no se incluye Chirolo, miembro fundador de
Odio se decide funcionar bajo el nombre de Pitarra, aunque hubieran
preferido Los Piratas de no haber existido otro grupo con dicho nombre.
Debutan en la sociedad Txintxarri de Rentería junto a Onddo
Indigestion’s.
Tocaron durante tres años, muchas veces con temas del repertorio clásico de Odio, aunque también compusieron canciones nuevas: “Suicida” y “1992: Palacios y chabolas” que terminarían siendo asimiladas en el primero de forma natural.
Este regreso sin embargo no duraría mucho; decidieron parar por
motivos de salud de algunos de sus componentes con el concierto que
dieron el 16 de julio de 1994 en las fiestas del barrio de Gabierrota
(Rentería).
Algo más de media década después, en 2000, los de Rentería ven por
fin cumplidas sus expectativas de editar un trabajo suyo. Desde
Barcelona les contactan con idea de sacar una maqueta de la banda.
Animado con la oferta, lo que resuelve Pikotas es recopilar material de
Odio de conciertos grabados y sacarlos a la calles por su cuenta. En
concreto reúne veinteseis temas de una actuación de 1986, otra de 1989 y
la que dieron en 1994 bajo el nombre de Pitarra. El sello bilbaíno DDT
se encarga de poner en la calle "Todo Está Podrido" (DDT, 2000),
disco que a pesar de la crudeza de su sonido, reparaba de alguna forma
la mala fortuna que había venido arrastrando la banda hasta entonces.
Aunque en un principio la idea era simplemente sacar este trabajo, se
animan y comienzan a ensayar de nuevo. Se produce así la segunda vuelta
a la actividad de la banda. En esta ocasión regresan propiamente como
Odio. Lo hacen con la formación con la que se habían despedido
haciéndose llamar Pitarra, salvo que en vez de Maestro, tienen a Patxi y Sergio (ambos de Honako Putzua) como tándem en las guitarras.
Durante este proceso Jorge deja Odio al no poder compatibilizar su militancia en Boogie Van. El reemplazo llega con Kikiel,
inyección de sangre nueva proveniente del mismo Rentería. En octubre de
2011 tras una buena rutina de ensayos, inician una serie de conciertos a
la espera de la salida de fábrica del disco. Fueron el 8 de octubre en
el XI Aniversario del gaztetxe de Rentería, el 29 de octubre en
el IX Quemando Zapatilla en Echo (Huesca), el 4 de noviembre en la sala
de Trintxerpe, el 26 de noviembre en la VIII Sogin Gagua en Zizur Mayor
(Navarra)... Finalmente el disco se presentaría oficialmente el 17 de
diciembre en el bar Oñatiara de Rentería.
2012 lo saldaron con conciertos por Guipúzcoa, Zaragoza y Burgos y la
desafortunada baja de Maestro que los deja reducidos al formato de
cuarteto. Siguiendo la tónica de actuaciones en directo el año
siguiente: En marzo van a Zorrotza por el X Aniversario de la tienda
StreetWarriors, compartiendo cartel con Distorsión, Putakaska y Naste Borraste; en abril tocaron en el gaztetxe Kortxoenea (San Sebastián) con Distorsion, que les devolvían así la visita; en mayo van junto a Basura, Sutura y Drakes
a Oñate, celebrando un pequeño homenaje al festival allí celebrado tres
décadas atrás; en Junio 2013 tocaron en el festival solidario "Aia
Rock" en el gaztetxe Lakaxita de Irún, y en julio en fiestas de
Rentería en el mismo escenario donde lo dejaron diez años atrás,
compartiendo cartel con Basura, Gatillazo congregaron a más de dos mil personas.
El final de 2013 coincide con la salida a la calle del recopilatorio
"Gipunkzkoa" (Petruska / Puzkarra / Sikizo, 2013), un trabajo pergeñado
por varios grupos de Guipúzcoa como: Material Rechazado, Apurtu, Zombi & The Amboters, Krisis, Achtung!, Afonía, Malos Tiempos y Kaos Kooperativ.
Aunque el disco estaba listo antes del verano, todos ellos acordaron
esperar para poder incluir la participación de Odio y Basura. El
proyecto, que contó con la colaboración de varios sellos y colectivos,
se gestionó de manera que cada grupo grabó sus temas poniendo dinero a
cambio de copias. Odio decidió recuperar dos canciones de su repertorio
de siempre: "Mentiras" e "Hijos de perra", grabando en
el local pero mezclando y masterizando en los estudios Nothern Drunkens
de Bergara (Guipúzcoa) trabajando con Biru a los mandos técnicos.
Odio vuelven por tanto y se marcan como objetivo celebrar su 35
Aniversario en 2014. Es entonces que empiezan a grabar en los estudios
Ijitu-Baita de Oiartzun (Guipúzcoa) temas de esta última y más reciente
etapa. La remezcla y remasterización fue cosa de Mikel El Gordo (Vómito,
Speed),
que trabajó entre mayo y septiembre de 2015 en el estudio Ederson de
Hernani (Guipúzcoa). El disco no vería la luz hasta el año siguiente en
2016 de la mano del sello vallecano Potencial Hardcore "Ratas, Putas, Policías, Proxenetas" (Potencial Hardcore, 2016)
recoje bien el espíritu de siempre de la banda ejecutado con la energía
y ganas que la sangre joven ha insuflado a esta nueva fase.
Pero antes de todo ello, el 31 de enero de 2015, Odio reúne a sus
seguidores y amigos para rendirle homenaje a Chirolo. Acompañados por
Odio, Basura y Escorbuto Crónico
tocaron en la sala Nielssen de Errentería (Guipúzcoa) en un evento
emotivo con el que además de recordar al compañero, evidenciaban el
retorno a la actividad del grupo.
El 23 de abril de 2016 se acercaron a la sala Jimmy Jazz de Madrid para presentar el disco.
Todo indica por tanto que la banda ha encontrado la estabilidad
suficiente para seguir enfrentándonos con la cara amarga de nuestro día a
día. Hace falta que alguien se encargue de ello.
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